EL EVANGELIO EN MARCHA
Por: Claudio Freidzon
La Palabra de Dios. De ninguna manera se puede separa la oración de la lectura de la Biblia, deben ir siempre unidas.
A medida que la lectura de la Biblia entra a formar parte del tiempo diario de oración, se incorpora a la vida cristiana una nueva dimensión. El tiempo que se pasa a solas con Dios llega a ser un tiempo de poder y renovación espiritual, y el nombre de Jesús es glorificado en la vida. Todo lo que Dios tiene reservado para nosotros solo puede apropiarse por medio de la oración. La tragedia de la vida no es la oración no contestada sino la oración no elevada a Dios.
Lee bien la Palabra de Dios, conviértete en un gigante espiritual. Podemos notar un cambio fundamental en nuestra vida espiritual si logramos disciplinarnos en la lectura de la Biblia. La lectura constituye el fundamento de todo aprendizaje.
A menos que una persona tenga la costumbre de leer regularmente la Biblia, jamás adquirirá el hábito de estudiarla de manera sistemática.
Para obtener el mayor provecho de la lectura, consideremos cuidadosamente las siguientes técnicas:
LECTURA DIARIA: Esto es a la vida espiritual, lo que el alimento cotidiano es a la vida física. Así como todos sabemos que es necesario determinar horarios regulares para las comidas, porque de otro modo no nos alimentaremos bien; el hombre espiritual también precisa nutrirse en forma continua de la Palabra de Dios. Job 23:12 expresa: “del mandamiento de sus labios nunca me separé, guardé las palabras de su boca más que mi comida”.
ELEGIR UN LUGAR FIJO: Esto nos ayuda a concentrarnos y cumplir regularmente con lo que nos hemos propuesto. Se recomienda realizar la lectura sentado, preferentemente ante un escritorio con pocos objetos encima (lógicamente con el celular apagado) para facilitar la concentración. El tener un lugar apartado y específico ayuda a crear una atmósfera devocional adecuada.
LEER CON UN LÁPIZ EN LA MANO: El mayor peligro en la lectura devocional de la Biblia radica en la posibilidad de dejar correr la vista por la página sin entender realmente el contenido. Muchos creyentes cumplen con la lectura diaria y concluyen con una oración. Piensan que han tenido un devocional efectivo pero si se les pregunta una hora más tarde sobre lo que han leído, muchos no recuerdan absolutamente nada. Han leído con sus ojos pero su mente no estaba sintonizada.
Por eso, es importante tomar un lápiz y prepararnos para recibir un mensaje de Dios. Ese solo acto nos predispone adecuadamente. También ayuda a fijar las cosas en la memoria. Entonces, cuando encontremos algo especial en la lectura, lo anotamos. Esto contribuye a cimentar el pensamiento de forma más clara en la mente.
REALIZAR UNA LECTURA DEVOCIONAL DE LA BIBLIA: La Biblia es un libro viviente, escrito por un Dios amante, para sus hijos. En él nos proporciona principios básicos y fundamentales, dirección e inspiración para la vida. La Biblia constituye un mensaje para el pueblo de Dios y un verdadero alimento para el hombre.
El mejor modo de leer la Palabra de Dios devocionalmente es pedir a Dios que nos dé un mensaje para ese día. Muchas veces no dará un pensamiento. Otras, una bendición. Debemos tener sumo cuidado de tomar un versículo y sacarlo fuera de su contexto, pues sino podemos llegar a darle un sentido distinto del que tiene dentro del pasaje donde se encuentra. Es peligroso sacar un texto de su contexto.
El Espíritu Santo no nos llevará jamás a utilizar una porción de su Palabra en forma que resulte contradictoria con su sentido original.
LLEVAR UN DIARIO ESPIRITUAL: Este resulta un instrumento muy útil para obtener el mayor provecho de la lectura devocional. Basta una hoja para cada día. Se escribe arriba la fecha, luego la cita de la porción a leer, y el mensaje que Dios nos da para ese día. También se puede señalar alguna promesa, algún mandamiento y un principio permanente. Se finaliza con la aplicación que tiene para nuestra vida práctica.
¿QUÉ ES LA BIBLIA?
¿Qué es la Biblia? Es la Palabra de Dios. A pesar de que la Biblia fue escrita por más de 30 hombres aproximadamente, se dice que es uno el autor principal. ¿Quién es y por qué? El Espíritu Santo porque a pesar de haber sido muchos escritores hay una misma unidad temática. En Mateo 4:4, se nos habla de dos alimentos que el hombre necesita para vivir.
¿Cuáles son? El pan y la Palabra de Dios.
¿Por qué es importante la lectura diaria? Porque el hombre espiritual necesita nutrirse para crecer en su vida espiritual, de la misma manera que en la vida física no podemos obviar el alimento cotidiano.