EL EVANGELIO EN MARCHA
El sonido de la trompeta
(1 TESALONICENSES 4:13-17; 1 CORINTIOS 15:51-52)
Por: Rev. Julio Ruiz, Pastor de Iglesia Bautista Hispana Columbia, Falls Church, Virginia
INTRODUCCIÓN: Definitivamente uno de los temas que más despierta nuestra atención en la Biblia es el que está relacionado con la segunda venida. ¿Pensó hoy en su venida? Al comenzar el año, ¿estuvo en su mente que Cristo pudo venir la primera semana del 2015? Si la segunda venida de Cristo no forma parte de nuestra cotidianidad, andamos en descuido espiritual. Una de las advertencias de Cristo, la que incluía en muchas de sus parábolas, tenía que ver con la palabra “velad”. En el mensaje a la iglesia de Sardis, el Señor le dijo: “Acuérdate, pues, de lo que has recibido y oído; y guárdalo, y arrepiéntete. Pues si no velas, vendré sobre ti como ladrón, y no sabrás a qué hora vendré sobre ti” (Apc. 3:3). La segunda venida de Cristo es un hecho como lo fue cuando nació en Belén. La diferencia en ambas venidas sería, que mientras en la primera casi nadie supo de ella, en la segunda “todo ojo le verá”. En la primera venida una multitud de ángeles cantaron en su nacimiento, siendo unos pocos los que vieron y oyeron; cuando regrese otra vez, una voz como arcángel y con trompeta de Dios anunciarán su llegada. Este anuncio tendrá que ver con el “arrebatamiento” de la iglesia. El toque de la trompeta de Dios será para despertar a los que duermen y anunciar a los vivos que Su Salvador ha venido para arrebatarlos al cielo. Sea que usted crea o no en el arrebatamiento de la iglesia, el sonido de la trompeta de Dios tiene que ver con este fin. Los escritores bíblicos estaban bien relacionados con las trompetas. Ellos sabían que cada trompeta se usaba para proclamar la victoria, llamar a una asamblea, anunciar una advertencia y convocar a la batalla. El sonido de la “Trompeta de Dios” será para que su iglesia sepa que el día de su redención ha llegado. Su propósito será el de despertar y transforma a los santos. Entonces, ¿qué sucederá cuando la trompeta suene?
- CUANDO LA TROMPETA SUENE EN AQUEL DÍA FINAL SE AFIRMARÁ QUE JESÚS CUMPLIÓ SU PROMESA
- El Señor…descenderá del cielo v. 16. El arrebatamiento de la iglesia plantea un hecho insólito. El hombre para romper con la llamada “ley de la gravitación universal”, que sostiene la atracción de dos cuerpos en el espacio, tuvo que inventar la llamada “ley de la aerodinámica”, que logra mantener un objeto en el aire, volando en un espacio y en un tiempo determinado. Sin embargo, esa ley no puede evitar que todo lo que sube, baje. Cuando Cristo venga se tocará la trompeta de Dios que anunciará su presencia, en fiel cumplimiento a su promesa y las almas que desciendan con él tomarán un cuerpo nuevo de acuerdo a esta promesa de la palabra. Su descenso será “con voz de mando”. Hay una sola “voz de mando” a quien todo el universo obedece. Y hay una sola “voz de mando” a quien los muertos y los vivos también le obedecerán. Esa voz es la del Cristo triunfante. Pero también vendrá con voz de arcángel: lo máximo en la jerarquía angelical. La combinación de su voz de mando y la voz de arcángel hace que su venida sea única. Ningún gobierno terrenal podrá enfrentar el poder de esta manifestación. Para la iglesia, esta será su hora. Nada será más glorioso que oír aquella voz con semejante poder.
- Jesús traerá a sus santos v. 14. Jesús estuvo solo en su primera venida. El mundo necesitaba conocer a un salvador nacido como uno de nosotros, por aquello que “siendo rico se hizo pobre”. Pero note cómo será ahora su segunda venida. La compañía que descenderá con él no podría ser más extraordinaria. Vendrá con todos los “que durmieron con él”. Interesante que en este texto, Pablo nos desafía al ejercicio de la fe para creerlo. Su planteamiento es que si creemos que Jesús murió y resucitó, entonces también debemos creer que todos los que nos han antecedido vendrán con el Señor, según su promesa.
- CUANDO LA TROMPETA SUENE EN AQUEL DÍA FINAL LOS SANTOS QUE DUERMEN RESUCITARÁN PRIMERO
- Los santos que duermen v. 13. Por cierto que no es lo mismo “los santos que duermen”, que los “santos durmientes”. Estos últimos están vivos, mientras que los anteriores ya han muerto. La preocupación del destino final de los muertos no es nueva. Este texto es un reflejo de ello. La metáfora de la muerte como un “sueño” es un tema del Nuevo Testamento. De hecho, Jesucristo la usó cuando supo de la muerte de su amigo Lázaro (Jn. 11:14). Pablo también define la muerte como un sueño. Eso lo afirma cuando habla de la resurrección de los muertos (1 Cor. 15:51). ¿Dónde están los santos que han partido? ¡Pues están durmiendo! Pero, ¿qué es lo que duerme? Su cuerpo, porque su alma está muy viva delante del Señor. No hay tal cosa como el “sueño del alma”. Pablo aclaró esta doctrina cuando nos habló de estar ausentes del cuerpo, pero presentes al Señor (2 Cor. 5:8). Esta misma verdad la afirmó en Filipenses 1:23. La pregunta de dónde va el creyente cuando muere tiene una sola respuesta: a la presencia misma del Señor. Pero esos santos que duermen, al escuchar la final trompeta resucitarán primero. Cuando el creyente muere su alma va al Señor y su cuerpo aguarda para ser despertado en su venida.
- Cuerpos incorruptibles (1 Cor. 15:52b). Una de las preguntas que se hace el creyente es, ¿qué cuerpo tendremos con la resurrección? Tendremos un cuerpo glorificado. Jesús nos dio las primicias, por lo tanto, en la resurrección de los muertos, nuestros cuerpos no estarán sujetos a la corrupción, sino que tendrán la naturaleza inmortal. Su duración y su incorrupción son la primera garantía para vivir los primeros mil años con el Señor en su reino milenial. ¿Cuáles serán las características de ese nuevo cuerpo? Además de ser incorruptible, será un cuerpo que podrá ser visto. El ejemplo de Elías y Moisés, hablando con el Señor en la Transfiguración, nos revela eso. Pero también será un cuerpo que podrá comer y beber. La resurrección incorruptible del cuerpo del creyente plantea la importancia de un cambio total. Este cuerpo que poseemos no podrá heredar el reino de los cielos.
III. CUANDO LA TROMPETA SUENE EN AQUEL DÍA FINAL OCURRIRÁ EL RAPTO DE TODOS LOS CREYENTES
- En un abrir y cerrar de ojos (1 Cor. 15:52ª). Este versículo está lleno de velocidad. Vea las palabras “en un momento” y en “un abrir y cerrar de ojos”. Se ha dicho que un abrir y cerrar de ojos son tres décimas de segundos y que cada uno de nosotros parpadea 15 mil veces por día. De acuerdo a lo que Pablo afirma, la iglesia será arrebatada con esa rapidez. Eso explica porqué el arrebatamiento es un evento distinto o separado de la segunda venida de Cristo. La palabra “arrebatar” usada en este texto significa “arrebatar para apoderarse por la fuerza, para reclamar para sí mismo”. La idea es que los santos de Dios serán “arrebatados de este mundo con fuerza y ser reclamados por la gloria de Dios”. Esto significa que no habrá ningún aviso previo.
- Los vivos transformados (1 Cor. 15:51). ¿Cuál es el misterio del que Pablo nos habla? El de no gustar la muerte. El toque de la trompeta de Dios es desconocido para el hombre, pero bien conocido por Dios. Cuando eso ocurra, aquellos que estemos vivos seremos transformados en un solo momento. Esto será necesario porque la carne y la sangre no heredaran el reino de los cielos. La transformación inmediata de un cuerpo sujeto al pecado y a los padecimientos del mundo, en un cuerpo nuevo, glorificado e inmortal, tiene que ser la experiencia más gloriosa del cual se tenga memoria. La promesa de la palabra es que este cuerpo que se deteriora con los años, que está sujeto a todo tipo de enfermedades que lo hace débil, será transformado como en un cuerpo hermoso y apto para subir y vivir con el Señor en el cielo.
- CUANDO LA TROMPETA SUENA EN AQUEL DÍA FINAL NOS REUNIREMOS CON EL SEÑOR EN EL AIRE
- Una reunión en las nubes (1 Tes. 4:17). Note los detalles interesantes de este texto. Por un lado es el hecho de sostener una reunión en las nubes. Eso usted simplemente no puede imaginarse, pero con un cuerpo glorificado será posible. Por otro lado, esa reunión en las nubes plantea algo realmente maravilloso, porque nos encontraremos con los que desciendan con el Señor para tomar sus cuerpos resucitados. Pero sobre toda cosa vista, en esa reunión en las nubes veremos al sublime y exaltado Señor Jesucristo que vendrá en persona a buscar a su iglesia. ¿Y quiénes estarán en esa reunión de los aires? Pues allí estará Adán y Eva, Noé, Enoc, Matusalén, los patriarcas como Abraham, Isaac y Jacob. Estarán hombres como Moisés, Josué y Caleb. Estarán los profetas, los apóstoles y los mártires. Pero estarán también nuestros familiares y hermanos que ya se han ido. ¿Se imagina esa reunión? ¿Será usted parte de ella?
- “…así estaremos siempre con el Señor” v. 17b. La trompeta de Dios tendrá el propósito de reunir a todos los redimidos, estén donde estén, para la gran celebración con el Señor en las nubes. Una vez hecho esto, entonces comenzará el gran viaje hacia la Patria celestial. Será el gran momento cuando todos los santos, en compañía de los ángeles, volaremos a través del universo escoltando a nuestro gran Dios y salvador Jesucristo, en medio de la más grande alabanza, adoración y fiesta que jamás el mundo haya conocido. Y al estar “siempre con el Señor”, los que hayan quedado en la tierra tendrán que pasar por la Gran Tribulación, mientras la iglesia estará con su Señor disfrutando lo que serán las “Bodas del Cordero”.
CONCLUSIÓN: El toque de trompeta será para que esa iglesia que duerme (hablando de los que han muerto), o que esté viva, sea cambiada de ropa y se vista de “lino fino” para recibir y estar con su novio en la patria celestial. El encuentro de Cristo con su novia será el acto más glorioso del que se tendrá memoria. Es el más esperado de todos los encuentros, porque plantea la redención total de ella. Es la venida para tomar lo que a él le pertenece, pues fue por su iglesia que él derramó su sangre preciosa, con la que la compró y ahora ella es levantada para ser parte de lo que su Dueño ha preparado (Jn. 14:3). Note este doble privilegio que gozará la iglesia cuando Cristo venga. Primero, será transformada en total santidad. Y en segundo lugar, entrará al cielo a disfrutar de lo que anticipadamente preparó su novio. La “trompeta de Dios” anunciará el descenso de Cristo, la resurrección de los muertos en Cristo, el rapto de la iglesia y el hecho de estar para “siempre con el Señor”. ¿Será usted uno de los que oirán su voz? ¿Se irá con el Señor?
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