No me dejare dominar

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EL EVANGELIO EN MARCHA

No me dejare dominar

Por: Enrique Monterroza

 

dontgiveupA veces nos sentimos tan cansados de luchar con las mismas áreas en nuestras vidas y al notar que no las hemos podido superar casi nos rendimos de seguir tratando de vencerlas.

A veces duramos unos cuantos días, semanas o meses creyendo que ya hemos superado ese hábito que no nos orgullece o esa área que nos avergüenza contar a los demás, pero de pronto después de un corto o mediano tiempo caemos en el mismo error y sinceramente sentimos que nunca lo venceremos.

Todos tenemos un área o varias áreas con las que luchamos diariamente, hábitos, acciones o actitudes con las que luchamos por tratar de vencer o superar. Por muy espiritual que él o ella parezcan, detrás de esa “espiritualidad” existe también un hombre o una mujer con luchas como cualquier otro, luchas diarias que a veces pareciera que nunca vamos a poder vencer.

Y es que la mayoría de nosotros al notar que no podemos vencer eso que tan mal sabor de boca nos deja, casi dejamos que nos domine a su antojo.

¿Estará bien que nos dejemos que nos domine?, ¿Estará bien que no hagamos nada por seguir luchando?, Al no ver resultados en esa área de nuestra vida, ¿Debemos rendirnos?

Yo sé que tu respuesta a estas preguntas serán: “¡No!, no debemos rendirnos, ni dejar que nos domine”, pero la realidad es que muchas veces nuestras acciones demuestran que estamos siendo dominados por nuestros instintos pecaminosos, por ese habito oculto que se ha apoderado de tu atención o por esa área de tu vida con la que tienes meses o años de estar luchando.

¿Cuándo fue la última vez que de verdad y siendo sincero, te propusiste hacerle guerra a ese mal habito o a esa área que tanto te cuesta vencer?, ¿Cuándo fue la última vez que hiciste algo para contrarrestarla?, ¿Cuándo fue la última vez que dijiste con autoridad que no volverías a caer en el mismo error?

El Apóstol Pablo decía: “Todas las cosas me son lícitas, mas no todas convienen; todas las cosas me son lícitas, mas yo no me dejaré dominar de ninguna” 1 Corintios 6:12 (Reina-Valera 1960).

A veces pareciera que estamos siendo dominados por esa área que realmente no tiene por qué tener dominio sobre nosotros. A veces nos vemos como esclavos a esa necesidad de hacer cosas que no tenemos que hacer o hacer cosas que sabemos que están desagradando a Dios, pero por alguna razón no hacemos nada por evitarlo, a eso se le llama: ser dominado o esclavo de eso.

Actuamos en ocasiones solo por instinto y obviamente nuestro instinto carnal nos llevara a hacer lo contrario a lo que Dios nos manda. Frente a esto: ¿Qué vamos hacer?

La Biblia dice: “Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio” 2 Timoteo 1:7 (Reina-Valera 1960).

No podemos rendirnos y dejar que los malos hábitos o nuestro mal accionar nos domine y nos esclavice, ¡Ya no somos esclavos del pecado!, ¡Ahora vivimos por Dios y para Dios!

No es posible que ese mal hábito que te ha hecho pasar tan malos momentos te siga dominando.

No es posible que te rindas frente a esa área que lo único que te ha hecho es causarte vergüenza delante de Dios y alejarte de Él.

No puedes dejarte dominar, esclavizar y menos vencer, tu no naciste para ser esclavo de ese pecado, no naciste para ser dominado por ese habito negativo, tú fuiste llamado por Dios, perdonado por Dios, liberado por Dios y sobre todo has sido comprado por Él.

Es hora de pararnos firmes, es momento de decirle a ese pecado: ¡Basta ya!, es hora de permitir que Dios tome las riendas de nuestra voluntad y provoque en nosotros tanto el querer como el hacer.

Su Palabra nos dice: “Pues Dios trabaja en ustedes y les da el deseo y el poder para que hagan lo que a él le agrada” Filipenses 2:13 (Nueva Traducción Viviente).

Hoy quiero motivarte a que permitas que Dios actué en tu vida y te ayude a superar todo aquello que hasta este día te dominó o te quiso esclavizar, hoy es un día idóneo para que rindas tu voluntad a Él y permitas que Él comience a trabajar en tu vida y ponga en ti el deseo y el poder para que comiences a vencer todo aquello que hasta este día creíste que no podrías vencer.

No hay pecado que pueda dominarte más de lo que Dios puede capacitarte para enfrentarlo y vencerlo, no en tu capacidad, sino en la fuerza y poder de Dios actuando en ti. “Dios pagó un alto precio por ustedes, así que no se dejen esclavizar por el mundo”. 1 Corintios 7:23 (Nueva Traducción Viviente)