EL EVANGELIO EN MARCHA
Dios mi Protector
Por: Enrique Monterroza
La Biblia habla acerca de un Dios Protector que cuida de los suyos: “Dios envía a su ángel para que salve del peligro a todos los que lo honran” Salmos 34:7 (Traducción en lenguaje actual). Y aunque a veces no lo percibamos, no significa que Dios no está pendiente de nosotros para cuidarnos del peligro.
El día de ayer, al salir de la Iglesia íbamos junto a mi Familia, Yamita, Valentina y Uziel, a almorzar. Cuando yo manejo y voy con mi familia trato de ser lo más precavido posible, manejo entre 80 y 90 kilómetros por hora máximo.
Íbamos en la autopista y quizá iba a unos 90 kilómetros por hora, de pronto vi a un automóvil delante de mí que llevaba abierta la puertecilla de la gasolina. Realmente en ese momento no sé por qué razón me percaté de ese detalle, entonces traté de avisarle al conductor de ese automóvil, bajé velocidad, me puse al lado suyo, toqué la bocina dos veces, el hombre me volvió a ver pero no entendió, él bajó un poco la velocidad, entonces en ese momento se me ocurrió bajar la velocidad para decirle a mi esposa Yamita que bajara el vidrio y le dijera que llevaba abierta la puertecilla.
Hasta ese momento no entendía por qué razón yo llevaba tanto empeño en avisarle de ese pequeño detalle y que al fin de cuenta no era de peligro. Quizá tres o cinco segundos después de que bajé la velocidad para colocarme al lado de ese otro automóvil, delante de nosotros en el otro carril venía otro auto y de pronto se le salió la llanta, perdió el control, la llanta salió directo hacia donde nosotros, no sé como la esquive, fue como de película o de juego de video, y salí totalmente ileso, gracias a Dios. La llanta pegó con otro automóvil que venía más atrás pero no le pasó gran cosa y fue un momento de susto para todos los que iban en ese momento en la autopista, creo que no paso nada grave.
Al pasar ese momento, mi esposa un poco asustada y alterada por el momento me dice: “Dios nos cuidó, Él te dio la capacidad para que maniobraras así y no nos golpeara la llanta”. Hasta ese momento no me había percatado de tantos detalles, sino que le dije: “Si Él nos guardó”, aunque sinceramente eso lo dije mas por costumbre, que por reflexión.
Luego del incidente, varias horas después comencé a reflexionar sobre todo lo que pasó y comencé a darme cuenta de la PROTECCION PERFECTA de Dios.
Primero, ¿Por qué me percaté de la puertecilla de la gasolina del otro auto?, ¿No me era más fácil solo mirar y seguir de paso?, ¿Por qué baje la velocidad y persistí en avisarle al otro conductor?, ¿Me interesaba a caso?, ¿Era tan importante ese pequeño detalle?, quizá no, pero TODO estaba en el PLAN PROTECTOR DE DIOS.
Bajar la velocidad según yo para avisarle del detalle al conductor, me dio la oportunidad de no estar exactamente al lado del otro automóvil que iba en el otro carril, si yo no hubiera bajado la velocidad, según como iba, hubiera estado exactamente al lado del vehículo que se descarrió y posiblemente o mejor dicho me hubiera sido imposible esquivarlo y a lo mejor hubiera pasado algo mas grave y doloroso, sin embargo cada detalle que se dio en menos de 30 segundos sirvieron para evitar un accidente o que mis hijos o mi esposa o quizá yo saliéramos lastimados.
Pensar en cada cosa, me hizo comprender aun mas lo PROTECTOR QUE ES DIOS, LO DETALLISTA QUE ES.
Pensando en esto me pregunte: ¿Qué tal si Dios abrió esa puertecita para que yo me fijara y bajara la velocidad?, ¿Por qué el conductor del otro vehículo no se había fijado, si iba del lado de su espejo izquierdo?, es imposible no verlo si mira hacia su izquierda utilizando el espejo. Al hacer tantas preguntas y tratar de analizar todo el suceso llegué a la conclusión que no importa el porque de cada cosa, solo importaba que Dios tenía un PLAN DE PROTECCION para mi familia y para mí en ese día a esa hora en ese lugar.
Quizá en algunos momentos no seremos capaces de darnos cuenta de la protección de Dios. Quizá pensaremos que fuimos tan buenos como para evitar el peligro, pero aunque creamos que tenemos buenas capacidades para algo, lo cierto es que Dios es quien realmente merece todo el reconocimiento, porque Él es capaz de en pocos segundos llevar a cabo un PLAN PERFECTO DE PROTECCION.
¡No tengas temor, Dios es tu Protector! “sólo bajo su protección podemos vivir tranquilos, pues nunca deja de cuidarnos”. Salmos 91:4 (Traducción en lenguaje actual)