HOMENAJE A LA MUJER SALVADOREÑA
Mujeres salvadoreñas triunfadoras en EEUU
POR: ALIRIO ALEMÁN
Agosto es el mes más celebrado con alegría en todas las comunidades salvadoreñas en los Estados Unidos y la razón es inmensa pues desde hace mucho tiempo el gobierno reconoció la grandeza de los cuscatlecos que han sobresalido con su esfuerzo al desarrollo económico, cultural y social en la sociedad americana.
En esta gran celebración hay que destacar que detrás de esa grandeza está la mujer que a diario ha sabido ganar su espacio como esposa y madre, trabajadora y consejera, y muchas como líderes comunitarias, políticas y empresariales, nada les ha sido fácil, ni regalado, se la han sabido ganar.
Quiero destacar un homenaje especial a esas mujeres que en la política han ganado prestigio como la Delegada Estatal de Maryland y candidata al Congreso, Ana Sol Gutiérrez, y a Jackie Reyes, Directora Ejecutiva de La Oficina del Alcalde para Asuntos Latinos (OLA) de Washington. Ambas son un orgullo nuestro.
Y qué decir de la mujer emprendedora que a pulso ha creado su propia empresa y ha visto a su esposo como el socio, el amigo y su mano derecha, es que la mujer salvadoreña inmigrante se convierte como un cancionero lleno de amor y deseos, pero también ha estado llena de frustraciones.
En esta ocasión quiero destacar la grandeza de tres mujeres que con su ejemplo de lucha y sacrificio merecen todos los elogios y reconocimientos.
DORA “LA CHIQUITA” ESCOBAR
Dorita como la llaman todos, abandonó su natal Potrero Sula, al norte de Chalatenango cuando apenas tenía 20 años de edad, la situación precaria que ella y su familia vivían la impulsó a realizar ese viaje sin retorno trayendo consigo esa maleta llena de ilusiones. Sus primeros pasos laborales los da en Los Ángeles California en una fábrica textil, ahí siente la explotación en carne propia y todas esas contradicciones fueron las deseadas y decide moverse al Estado de Maryland.
Para “La Chiquita” Escobar en un principio la vida en este país fue de contrastes, más su visión emprendedora y las ganas de salir de la pobreza la impulsa a crear su propio negocio: vender agua y comida en las canchas de fútbol en el Condado de Prince George.
Narra en la entrevista especial a El Imparcial News que todo ese sacrificio de progreso le costaba a diario multas que la policía del área le imponía, pero no claudicó y fueron larguísimos años de lucha y hoy ella es reconocida como el ejemplo vivo en el desarrollo empresarial y cultural en EEUU por el prestigioso Museo Nacional de la Historia Americana del Instituto Smithsonian de Washington.
Para el Museo de Historia Americana no le fue nada difícil encontrar el perfil deseado para otorgar el prestigioso reconocimiento y bastó con mirar a Dorita Escobar y vio la abnegación al trabajo en su diario vivir, la sencillez emanada llena de virtudes y ahora pasó a ser la primer mujer salvadoreña galardonada por tan prestigioso museo de historia donde comparte con los grandes personajes como el inventor Thomas Alba Edinson, el activista agrícola César Chávez, el líder en tecnología Bill Gates y Opra Winfrey entre otros.
El salón “Era Global” hospeda la fotografía y legado de esta gran mujer que con orgullo y sencillez sigue trabajando en sus cuatro restaurantes y diez casas de cambio en el área de Maryland.
MIRNA GIRÓN
Cuando la madre de Mirna decide emigrar hacia este país del norte, ella y su hermana Ana quedaron muy pequeñas al cuidado de su abuela allá en el pueblo de Intipucá, en el oriente salvadoreño.
Para Mirna escuchar la palabra migración no le inmutaba, mucho menos aquel deseo de que cuando fuese grande emigraría como la mayoría de los intipuqueños han solido hacerlo, pero el destino escribe como quiere y sin grandes deseos un día su madre les dijo que tendrían que viajar porque sus visas estaban aprobadas.
Mirna recuerda en un mar de pensamientos que nunca quiso venir, pero tampoco podía seguir allá, lamentaba dejar su gente y su mini empresa de costuras que había fundado con apenas 14 años de edad y sus dos máquinas de coser eran su tesoro escondido y prometedor, pero el caprichoso destino la trajo y entró en un mundo tan diferente donde sobrevivir y sobresalir era la meta primordial.
Un día ya cansada de limpiar oficinas y otros trabajos mal pagados analizó que para sobresalir en este país hay que prepararse e ingresa a la Universidad del Distrito de Columbia (UDC) donde se gradúa con una Licenciatura en Negocios.
Ahora admite que extraña todo lo que dejó atrás, extraña sus mini negocios de “Coser por encargo” y revender “Melcocha” a sus compañeras de escuela, como también recuerda que en su tierna mente de empresaria le gustaba “sacarle un cinco a otro cinco”. Ahora que los vientos están a su favor como una empresaria exitosa con una flota de limosinas y camiones de lujo para celebrar fiestas, reconoce que no ha sido fácil, pues todos estos frutos los ha logrado junto a su esposo Benjamín Girón.
Mirna Girón es el ejemplo vivo de la mujer salvadoreña donde no pierde ni el mínimo detalle, ahí está atenta a ser una gran madre, esposa, ama de casa y una gran empresaria con gran futuro por delante. Otro orgullo nuestro.
AIDA DIAZ
Aída Díaz recuerda que los primeros días de vivir en este país sentía esa presión psicológica que como inmigrante venimos a enfrentar una cultura y costumbres tan diferentes, un idioma que no es el nuestro, pero el gran deseo de seguir a la familia la impulsan a quedarse de una vez por todas.
Allá en San Salvador dejó un mundo que parecía prometedor, pero no lo era, allá dejó una Licenciatura en Educación…allá dejó otros sueños y decidió radicarse en el Estado de Maryland para darle otro giro a lo que sería su nuevo mundo.
Igual que Dorita Escobar y Mirna Girón, también estuvo trabajando en limpieza en la empresa de uno de sus hermanos, mas eso no le satisfacía y su empeño de sobresalir del mundo asalario miró hacia donde ella quería ser su propia jefa. A grandes esfuerzos y sacrificios se dedicó con empeño al negocio de Agencia de viajes y fue así como fundó Diversity Travel.
Aída admite que nunca quiso abandonar su terruño natal, pero fueron las circunstancias de la situación económica y delincuencial que la empujaron a reencontrarse con sus familiares en Wheaton, Maryland.
Aída Díaz merece también el galardón de “Orgullo Nuestro” por su entrega a la superación sin dejar atrás sus costumbres, su cultura e idiosincrasia.
La comunidad inmigrante latina y los salvadoreños en particular homenajeamos a la Mujer cuscatleca por su esfuerzo en el desarrollo empresarial y cultural en EEUU, todas ella son un “Orgullo Salvadoreño”.
