Biden deja el camino libre a Clinton

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POLITICA

Biden deja el camino libre a Clinton

PAG 7El vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden, anunció que no se presentará a las elecciones del año que viene. El informe deja a Hillary Clinton como virtual ganadora de la nominación a la presidencia por el Partido Demócrata, ya que lleva más de 20 puntos al siguiente candidato, el representante del ala izquierda del partido, el senador Bernie Sanders.

Biden ha explicado que “por desgracia, es demasiado tarde para una campaña ganadora” y que la muerte de su hijo a causa de un tumor cerebral, el pasado mes de mayo, “ha afectado” a la decisión que ha tomado.

El vicepresidente ha anunciado su decisión de la forma más institucional posible: en los jardines de la Casa Blanca, y en compañía de Barack Obama. Era el entorno perfecto para anunciar su entrada en campaña, y, además, con el respaldo explícito del presidente. Pero los hechos han sido exactamente los contrarios.

 

APOYO DE LOS DONANTES DEMÓCRATAS

La candidatura de Biden había sido planteada en los últimos meses por gran parte de los donantes demócratas, que son quienes, en último término, tienen la mayor parte del poder en el partido. Las razones que argüían eran dos. Por un lado, afirmaban, la campaña de Hillary está haciendo un verdadero desastre, como prueba el hecho de que haya perdido dos tercios de la ventaja que tenía con respecto a Sanders, un candidato que no tiene ninguna posibilidad de ganar unas elecciones generales.

El otro factor era que Clinton, para seguir siendo competitiva con respecto a Sanders, estaba girando a la izquierda y acercándose a los sindicatos demasiado para los gustos de sus grandes apoyos en Wall Street, Silicon Valley, Hollywood y las empresas de servicios profesionales.

Pero Biden también tenía serios problemas. El obstáculo más obvio era su edad, 72 años. Además, el vicepresidente no tiene ninguna estructura en estados como Iowa, New Hampahire, o Carolina del Norte, en los que arrancan las primarias.

 

EL ‘PROGRAMA’ DE UN HOMBRE FIEL

Finalmente, el vicepresidente ha decidido no entrar en la carrera. En vez de eso se ha limitado a lanzar un mensaje con aire institucional, en el que sólo le faltó hablar “ante Dios y ante la Historia”, y en el que reclamó a sus conciudadanos unidad.

“Aunque no seré candidato, no voy a permanecer callado”, ha dicho. “Es más, hablaré tan alto y claro como pueda para influir lo más posible en los valores que nuestro partido debe defender y en la dirección que nuestro país debe tomar”, ha declarado Biden.

“Este partido y este país cometerían un error trágico si se alejaran o trataran de abandonar el legado de Obama”. En una muestra de inquebrantable fidelidad a su jefe en estos dos mandatos en la Casa Blanca, el vicepresidente ha añadido: “Los demócratas no sólo deben defender y proteger este legado, sino hacer campaña de él.”   Obama tiene un gesto cariñoso con su vicepresidente al final de la comparecencia.

Este veterano de la política estadounidense ha sido el aliado más fiel del presidente desde su elección en 2008, cuando Obama lo recogió para formar el ‘ticket’ demócrata tras haber competido con él por la nominación en las primarias. Y este miércoles ha dado una última muestra de ello, a diferencia de Hillary Clinton, cuya campaña se ha alejado de Obama en varios temas (la política respecto a Libia, los tratados de libre comercio).

Clinton no ha tardado en reaccionar vía Twitter, donde ha colgado un mensaje cariñoso con el vicepresidente, de quien ha dicho que es amiga. “Es un gran hombre que me ha inspirado hoy y siempre por su optimismo y compromiso por cambiar el mundo para mejor”, ha dicho.

En su discurso, Biden ha incluido las claves de lo que podría haber sido su programa. Así, ha abogado por restaurar los lazos políticos y evitar “el desgarro” que está suponiendo para el país la incapacidad de llegar a acuerdos. “Pacto no es una mala palabra, los republicanos no deben ser nuestros enemigos“, ha defendido.

Pero incluso ha entrado en medidas concretas. El todavía vicepresidente ha planteado la necesidad de que se defienda a la clase media y se “reduzcan las desigualdades”. Además, ha reclamado que la “educación pública y gratuita se garantice hasta los 16 años, no sólo hasta los 12” y, recordando quizás a su hijo fallecido, que las autoridades hagan “un mayor esfuerzo ne la lucha contra el cáncer, incrementando los fondos para la investigación”.

En cuanto a la política exterior y de defensa, Biden ha manifestado que “Estados Unidos debe entender que no puede resolver por sí solo los problemas del mundo”. (Con datos de BBC)

En un sondeo a finales de septiembre, la valoración de Biden era mejor que la de los otros candidatos demócratas. Un 40% decía tener una opinión positiva del vicepresidente frente a un 28% que la tenía negativa. Es decir, con un saldo positivo de +12. En cambio, Clinton tenía un saldo negativo de -8.

ENCUESTAS

Sin embargo, una encuesta más reciente -de mediados de octubre, tras el primer debate televisivo de los demócratas- cuestionaba la capacidad de victoria de Biden. Solo un 30% de votantes de primarias demócratas apoyaba que se presentara a las elecciones. Y un 15% decía que le votaría, por detrás de Clinton (49%) y el senador independiente Bernie Sanders (29%). Tanto Clinton como Sanders llevan meses de campaña y disponen de una sólida infraestructura de donantes y trabajadores. Biden hubiera empezado con amplia desventaja, como él mismo reconoció este miércoles.

La especulación sobre si Biden optaría a las elecciones se disparó en agosto después de que Maureen Dowd, columnista del diario The New York Times, escribiera que el vicepresidente sopesaba presentarse debido a que se lo había pedido su hijo Beau en su lecho de muerte, en mayo, víctima de un tumor cerebral.

Desde entonces, Biden no confirmaba ni negaba sus intenciones. Pero sí alimentaba la especulación constante, lanzando algunos dardos subliminales a Clinton. En los últimos meses, el escándalo del correo electrónico de la exsecretaria de Estado -solo usó una cuenta privada como jefa de la diplomacia y borró la mitad de sus mensajes- ha acrecentado la imagen de opacidad y secretismo de la exprimera dama y senadora.

Hablando casi como un candidato, el vicepresidente destacaba los pasados días su cercanía a Obama. “Paso, dependiendo de la temporada, entre cuatro y siete horas al día con el presidente”, dijo en un coloquio. Y subrayó sus encuentros con líderes internacionales, tratando de frenar una de las posibles bazas de Clinton: “Hemos tenido dos grandes secretarios de Estado [Clinton y el actual, John Kerry], pero cuando yo voy saben que estoy hablando por el presidente”. (Con datos de BBC y El País)