EL EVANGELIO EN MARCHA
Pensando en volver a tu antigua vida
Por: Enrique Monterroza (www.enriquemonterroza.com)
A veces se nos olvida que somos peregrinos en este mundo, que nuestra ciudadanía no es terrenal sino celestial. (Filipenses 3:20)
Se supone que cuando permitimos que Jesús entrara en nuestro corazón renunciamos a nuestra vieja manera de vivir, comenzando así un proceso que durara hasta que Cristo venga o hasta el día que partamos de este mundo. Pero lastimosamente en muchas ocasiones después de haber abandonado el mundo, seguimos viendo de reojo lo que allí sucede y deseando en ocasiones ser parte de el.
Cuando Dios advirtió a Lot sobre que iba a destruir Sodoma y Gomorra le dio instrucciones especificas de NO VOLVER A VER HACIA ATRÁS, de escapar por su vida. De todos es conocido que la esposa de Lot echó un vistazo a lo que estaba dejando y se convirtió instantáneamente en una estatua de sal: “Entonces la mujer de Lot miró atrás, a espaldas de él, y se volvió estatua de sal.” Génesis 19:26 (Reina-Valera 1960). Cuando Dios nos saca de un lugar de perdición lo menos que Él quiere es que volvamos a ver hacia atrás o que deseemos lo que allá hacíamos o peor aun amemos lo que antes hacíamos o teníamos.
El pueblo de Israel también fue castigado por Dios por recriminar que estaban mejor en Egipto, olvidando que allí eran esclavos y eran maltratados, pero parece ser que cuando nos sentimos un poco cómodos somos capaces de reclamar a Dios cosas de las cuales no tendríamos derecho a reclamar. Su amor por su vida en Egipto y sus desobediencias y falta de fe los llevó a vagar por cuarenta años en el desierto antes de llegar a la tierra prometida. (Números 14:33)
Hay un personaje en la Biblia que ayudaba al Apóstol Pablo en su labor misionera, es mencionado solo tres veces en la Biblia y las tres veces se refiere a actos misioneros, pero llegó un momento en donde este personaje llamado Demas tomó la decisión de dejar sólo a Pablo porque amó más las cosas del mundo, la Biblia lo narra de la siguiente manera: “Demas me ha abandonado y se ha ido a la ciudad de Tesalónica, pues ama demasiado las cosas de este mundo. Crescente se fue a la región de Galacia, y Tito a la de Dalmacia.” 2 Timoteo 4:10 (Traducción en lenguaje actual).
Es triste cuando después de haber conocido el amor incomparable de Dios, decidimos regresar a ese pozo cenagoso, regresar a nuestra antigua vida despreciando así todo lo que DIOS hizo por nosotros.
La Biblia es muy directa en describir lo que pasa después de haber conocido a Dios y regresarse a vivir al estilo del mundo: “Y cuando la gente escapa de la maldad del mundo por medio de conocer a nuestro Señor y Salvador Jesucristo, pero luego se enreda y vuelve a quedar esclavizada por el pecado, termina peor que antes. Les hubiera sido mejor nunca haber conocido el camino a la justicia, en lugar de conocerlo y luego rechazar el mandato que se les dio de vivir una vida santa. Demuestran qué tan cierto es el proverbio que dice: «Un perro vuelve a su vómito». Y otro que dice: «Un cerdo recién lavado vuelve a revolcarse en el lodo».” 2 Pedro 2:20-22 (Nueva Traducción Viviente).
¿Cómo está nuestro amor por Dios? ¿Cómo están nuestros ánimos de seguir negándonos a nosotros mismos para seguir cada día a Jesús?, ¿Será que estamos amando más a Dios que al mundo?, ó ¿Será que estamos amando más al mundo que a Dios?
Cada uno de nosotros somos responsables de nuestra manera de vivir, no podemos pasarnos la vida echándole las culpas a otro de nuestro estado espiritual, cada uno fuimos llamados a vivir una RELACIÓN PERSONAL con Dios y somos responsables por mantener esa comunión diaria con Él, pero cuando las cosas del mundo comienzan a atraernos más y comienzan a quitarle el lugar a Dios en nuestras vidas, entonces vamos directo a un precipicio que lo único que nos traerá es dolor y hasta muerte espiritual.
¡Vivamos cada día amando al Señor!, negándonos a nosotros mismos, negándonos a nuestros deseos engañosos, negándonos a lo que quisiéramos hacer, pero que ahora no lo hacemos porque amamos más a Dios que a cualquier otra cosa.