Reflexión sobre la Navidad

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EL EVANGELIO EN MARCHA

Sembrando Futuro

Reflexión sobre la Navidad

Por: Pastor Juan Arispe

 

PAG 18Porque un niño nos ha nacido, un hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre: Admirable, Consejero, Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de paz.» (Is. 9:6)

 

¿Qué es la Navidad? ¿Qué y cómo se celebra? En un mundo cada vez menos familiarizado con el mensaje de la Biblia, la Navidad es una forma más de folklore religioso. Pero, si en esencia, la Navidad es el aniversario de un nacimiento, obviamente necesitamos conocer al protagonista de tan famoso cumpleaños. Hemos de entender quién fue Jesús.

El pasaje de Is. 9:1-7 nos presenta un retrato formidable a través de los nombres de Cristo. Este retrato se hizo varios siglos antes de su nacimiento; tal dimensión profética le imprime un valor añadido al texto porque las profecías cumplidas siempre refuerzan nuestra fe. Son cinco los nombres que se le dan a Jesús: Admirable, Consejero, Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de paz.

Otra razón de la venida de Cristo al mundo y esta es la esencia de la Navidad: «Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz». Es una realidad frecuente y triste que muchas personas abren la ventana sólo a medias: para ellos Jesús fue «Admirable» o un sabio «Consejero-Maestro»; pero no dejan que entre toda la luz de la identidad de Cristo, la rechazan, y se quedan en la oscuridad, viviendo sin la plenitud del que afirmó ser «la luz del mundo».

ADMIRABLE

Este es el primer atributo de Jesús. Algunas versiones lo traducen por «maravilloso». La persona de Jesús fascina tanto al creyente como al no creyente. La primera reacción al conocerle como hombre es de admiración. No nos sorprende que alguien tan inteligente como Einstein, judío pero no cristiano, se expresara en estos términos: «La figura radiante de Jesús ha producido en mí una impresión fascinadora. En realidad sólo hay un lugar en el mundo sin oscuridad: la persona de Jesús».

Admirable o maravilloso fue su carácter. Su bondad, su capacidad para amar, su sensibilidad, su humildad, su dominio propio, su mansedumbre adornaron en todo momento su vida.

CONSEJERO

Este atributo es consecuencia del anterior. Si Jesús tenía un carácter sensible y empático, capaz de escuchar, con un amor profundo por las personas y una sabiduría fuera de lo común, éstos son los requisitos idóneos para ser un buen consejero. Así, las conversaciones personales de Jesús con diferentes hombres y mujeres constituyen un modelo de diálogo y de encuentro fecundo. Nicodemo, la mujer samaritana, la mujer pecadora en casa de Simón y muchos otros ejemplos nos muestran esta excelencia de Jesús como consejero. En medio de las peores tormentas Jesús se nos presenta como el Príncipe de los Consejeros: «Venid a mí todos los trabajados y cargados y yo os daré descanso»; «yo soy la luz del mundo, el que me sigue no andará en tinieblas».

DIOS FUERTE

La manifestación progresiva de su identidad nos revela que no fue sólo un hombre. «Dios fuerte» es el siguiente paso en nuestro conocimiento del Jesús de la Navidad. Jesús era Dios y como tal es poderoso, fuerte. Así lo demostró en vida: fue poderoso para curar a los enfermos, para acallar la tempestad, para dar vida a los muertos, para dominar las fuerzas diabólicas. Y sobre todo fue fuerte para levantarse de la tumba y dejar el sepulcro vacío. La Navidad no es tanto solo recuerdo y algo ingenuo del nacimiento del niño Jesús, sino la memoria de que hay un Dios fuerte que es Señor de la Historia y de mi vida, que un día reinará sobre todo. En este sentido, la Navidad es fuente de esperanza y de fortaleza para el creyente.

PADRE ETERNO

Este Dios fuerte es al mismo tiempo un Padre íntimo, personal, que ama a cada ser humano como algo precioso y único. Jesús, aunque él mismo no es Dios Padre, comparte esta sensibilidad paternal. Ello es lógico puesto que Cristo es la «imagen del Dios invisible».

PRÍNCIPE DE PAZ

Cristo ha venido para traer paz. El Evangelio son buenas noticias. El mensaje de la Navidad resume perfectamente estas noticias: «Os doy nuevas de gran gozo… que os ha nacido hoy un Salvador que es Cristo el Señor» (Lc. 2:10-11). Es un príncipe -aunque nació en humillación- y ha venido para traer paz.

SIEMBRA HOY Y COSECHARAS MAÑANA.

 

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