EL EVANGELIO EN MARCHA
Miedo al fracaso
Por: Enrique Monterroza (www.enriquemonterroza.com)
Muchos de nosotros en más de alguna ocasión hemos tenido miedo al fracaso. Es ese sentimiento de disconformidad que existe en dentro de nuestro ser, que nos hace temer al resultado negativo de lo que queremos o estamos emprendiendo.
En muchas otras ocasiones quizá hemos tenido miedo de lo que pasará en nuestra vida, quizá porque hemos estado orando por algo en especial y aún no hemos visto una respuesta a lo que desde hace mucho tiempo esperamos.
El miedo no es algo nuevo, fue de las primeras emociones o sentimientos que se reflejaron en la vida del hombre. Cuando Adán y Eva desobedecieron a Dios se escondieron de su presencia, y cuando Dios le pregunto dónde estaba, Adán respondió: “El hombre contestó: -Te oí caminando por el huerto, así que me escondí. Tuve miedo porque estaba desnudo.” Génesis 3:10 (Nueva Traducción Viviente).
El miedo es hasta cierto punto normal, miedo a malos resultados, miedo a no recibir lo que esperamos, miedo a morir a pesar que sabemos que si morimos somos del Señor y tenemos una vida eterna esperándonos, sin embargo por algún razón tenemos la facilidad de sentir miedo a diferentes situaciones de la vida.
La Biblia narra un episodio único, en donde Jesús sube a una barca junto a sus discípulos después de predicar a multitudes, entonces dice la Biblia: “Pronto se desató una tormenta feroz y olas violentas entraban en la barca, la cual empezó a llenarse de agua.” Marcos 4:37 (Nueva Traducción Viviente).
Algunos de los discípulos eran pescadores experimentados, sin embargo por alguna razón comenzaron a tener miedo de morir. Curiosamente Jesús quien iba en esa misma barca iba dormido: “Jesús estaba dormido en la parte posterior de la barca, con la cabeza recostada en una almohada. Los discípulos lo despertaron: «¡Maestro! ¿No te importa que nos ahoguemos?», gritaron”. Marcos 4:38 (Nueva Traducción Viviente).
Los gritos de los discípulos además de reflejar miedo, reflejaban la falta de seguridad en cuando al cuidado de Jesús sobre los suyos. Y es que a veces parecerá que Jesús está dormido y nosotros estamos peleando contra las olas y el fuerte viento, quizá en esos momentos lo que más quisiéramos es que Él se dé cuenta de nuestra ardua lucha, se levante y haga algo, sin embargo en algunas ocasiones simplemente esperará, ¿Por qué?, pues no lo sé, pero lo que sí sé es que a Él no se le escapa ningún detalle. Por muy fuerte que parezca la tormenta y por mucho que creamos que moriremos en ella, Jesús “despierta” siempre a tiempo: “Cuando Jesús se despertó, reprendió al viento y dijo a las olas: «¡Silencio! ¡Cálmense!». De repente, el viento se detuvo y hubo una gran calma” Marcos 4:39 (Nueva Traducción Viviente).
Jesús hizo un acto sobrenatural, era un milagro extraordinario, los discípulos estaban presenciando algo único y especial, Jesús estaba calmando todo aquello que hasta hace pocos segundos era una enorme amenaza para la vida de los tripulantes de esa barca y es que si Jesús esta en tu barca, ten la seguridad que NO TE HUNDIRÁS.
Jesús luego de hacer ese maravilloso milagro les dice: “Luego él les preguntó: «¿Por qué tienen miedo? ¿Todavía no tienen fe?»” Marcos 4:40 (Nueva Traducción Viviente).
A través de estas palabras de Jesús yo entiendo y aprendo una cosa: La FE es el antídoto para el miedo. Quizá estés a punto de emprender un nuevo proyecto en tu vida, quizá ahora comenzarás a hacer lo que siempre quisiste hacer, pero al mismo tiempo tienes una sensación de miedo al fracaso, miedo a lo que va a pasar, miedo a los resultados que obtendrás, sin embargo, no importa lo que emprendas, cuando Jesús va en tu barca, entonces NO HAY QUE TEMER, solo mucho que confiar.
En la vida nos enfrentaremos a muchos episodios que nos infundirán miedo, temor y toda clase de sentimientos que nos querrán hacer fracasar, sin embargo con Jesús en nuestra barca no hay nada que temer, solo mucho que confiar, pues la fe es el antídoto exacto para el miedo o el temor.