EL EVANGELIO EN MARCHA
¿Cómo vencer las trampas de Satanás?
(PARTE IV)
Por: Pastor Kléber Jiménez
“ …para que Satanás no gane ventaja alguna sobre nosotros;
pues no ignoramos sus maquinaciones. ” 2 Corintios 2:11
De acuerdo a los libros de historia que nos enseñan en las escuelas, colegios o universidades; se cree, que cuando el emperador Constantino “El Grande”; en el 312 D.C., “oficializó” al Cristianismo como religión de todo el Imperio Romano; más del 50% de la población de dicho imperio ya era cristiana.
Sabiendo, que hasta ese tiempo, a lo mucho existían menos de cinco templos cristianos en todo el Imperio Romano, debido a la persecución. Entonces nos podríamos preguntar: ¿Cómo es que el Cristianismo creció grandemente en tiempos de terrible persecución?
La respuesta a esta pregunta es que los hermanos cristianos de ese tiempo, entendieron y sobre todo obedecieron al mandato de nuestro Señor, de no solo convertirnos en discípulos; maestros; sino mucho más, en hacedores o multiplicadores de discípulos.
Ahora bien, hoy en día, con tantas herramientas bíblicas y tecnológicas que tenemos y con muy poca persecución contra los cristianos, más en este continente; ¿Por qué no hemos alcanzado, ni el 20 % de nuestra población hispana para Cristo?
Porque, nuestro enemigo en común:
- SATANÁS NO DESEA QUE SEA UN REPRODUCTOR DE DISCÍPULOS, PABLO LE RECUERDA ESO A SU DISCÍPULO TIMOTEO: 2 TIMOTEO 2:2.
Se puede decir, que lamentable y tristemente, Satanás, ha ganado terreno en esta trampa. Ya que hoy en día, de acuerdo a las estadísticas; el porcentaje promedio de siervos líderes que sirven en las iglesias; no supera el 20% de la congregación.
Es decir, aproximadamente el 20% de la congregación, lleva la carga del 100% de la congregación. Entonces, el 80% de la congregación, viene a ser carga para la Iglesia. ¿En qué porcentaje usted se ubica?
De acuerdo a las estadísticas de población aquí en Manassas, somos unos 40.000 hispanos o más; de los cuales menos del 10% son cristianos o asisten a alguna Iglesia Cristiana Evangélica.
El reto es bien grande para llegar a ser imitadores de los hermanos de los primeros siglos. El reto que lanzo a mis hermanos es que: si cada uno de los miembros de una Iglesia, ganara por lo menos a una persona para Cristo en el año; lo tome de la mano cada día, y lo discipule, lo entrene para que sea maestro y multiplicador de discípulo; y este nuevo hermano hace lo mismo cada año; en pocos años tendríamos una grandes congregaciones; pero más que eso, tendríamos un alto porcentaje de cristianos, lo cual es la voluntad de Dios.
Recuerde que si Satanás, no desea que usted se convierta en un discípulo, y maestro, mucho menos en el desea que usted se convierta en un multiplicador.
Para vencer esa artimaña del enemigo, usted tiene que tomar un compromiso serio y entender quién es usted; si usted es un hijo de Dios, entonces, la determinación de su vida, se enfocará a hacer la voluntad de Dios; tal como nuestro Señor Jesús nos dio ejemplo cuando estuvo en este mundo. El vino, primeramente a glorificar al Padre y hacer Su voluntad: Juan 6:38.
Segundo, debe hacer cambios en su vida; debe adoptar nuevos hábitos y de pronto, abandonar algunos malos hábitos o cosas infructuosas que estemos haciendo. Recuerde que toma tiempo formar un hábito en nuestras vidas, pero no se dé por vencido. Tenemos que establecer el hábito del estudio diario y profundo de la Palabra de Dios; el hábito de la oración; el hábito de la asistencia al templo; entre otros.
Tercero; al ir creciendo espiritualmente, vaya involucrándose en el servicio a su Iglesia, donde Dios lo vaya direccionando; poniéndose a las órdenes de su Pastor.
Cuarto; cuando haya adquirido más entrenamiento ministerial, enfóquese en abrir usted mismo algún grupo celular, un estudio bíblico en casa, con la visión de reproducirse.
Quinto; vaya levantando siervos líderes para convertirlos en maestros y reproductores de discípulos.
De pronto, usted pensará que esto es muy pesado para usted. Pero le recuerdo que los primeros discípulos y apóstoles del Señor, eran considerados como gente vulgar y analfabeta. Lo maravilloso es que usted no está solo. Dios nos ha dotado del mayor poder del universo: La persona del Espíritu Santo en nuestras vidas; y lo único que usted puede hacer, es abrir a plenitud su corazón, para que el Espíritu Santo haga la obra por medio de usted.
Recuerde lo que dice el apóstol Pablo en 2 Timoteo 1:7. “Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.
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