¿Es usted del bando de Cristo?

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EL EVANGELIO EN MARCHA

¿Es usted del bando de Cristo?

1 CORINTIOS 1:10-17

 

Por: Pastor Kléber Jiménez

 

INTRODUCCIÓN

Días atrás hubo 35 diferentes grupos de manifestantes en Washington DC, algunos apoyando al gobierno de Trump, otros en contra de él, y otros grupos por otras razones. Esto nos hace de la realidad de la existente división, la cual la vemos en el matrimonio, familia, sociedad, países y tristemente aun dentro de la Iglesia.

Pablo en su firme carta a los corintios nos advierte y condena las divisiones dentro del Cuerpo de Cristo, y pasa a mencionar los diferentes “bandos” o divisiones que existían dentro de aquella Iglesia. Analicemos cada uno de los diferentes bandos y preguntémonos a ¿cuál de ellos pertenece usted?

 

  1. EL BANDO DE PABLO.

Pablo había predicado siempre el evangelio de la libertad cristiana y del cumplimiento de la Ley. Es probable que este bando quisiera convertir la libertad cristiana en licencia y libertinaje para hacer lo que quería, y como un justificativo para cometer sus pecados. Se olvidan de que el ser llamado cristianos, implica intrínsecamente el tener responsabilidades, se olvidan que habían sido salvos, no para ser libres para pecar, sino para no vivir en santidad y en servicio a Dios.

Son aquellos que piensan que pueden cometer sus “pecaditos blancos” y que nadie puede decirles nada, ni aun el pastor puede exhortarles o disciplinarles, ya que según dicen están en el período de la Gracia o que Dios conoce sus corazones o que nadie debe meterse en la vida de ellos y que no admiten que se les hable de la Palabra de Dios, pero si demandan que se los acepte tal como son, o demandan privilegios o cargos muy importantes dentro de la Iglesia. ¿Usted pertenece a este bando?

 

  1. EL BANDO DE APOLOS.

En Hechos 18:24, hay un pequeño bosquejo de la personalidad de Apolos, sucesor de Pablo en Corinto, hombre elocuente y conocedor de las Escrituras. Era judío de Alejandría, que era el centro del saber y de la actividad intelectual; allí los eruditos habían hecho una ciencia de alegorizar las Escrituras, encontrando los significados más recónditos en los pasajes más simples.

En pocas palabras a este bando pertenecían aquellos hermanos “súper espirituales” y maestros de las escrituras que no permiten que nadie que no fuera de su categoría se les acercase, pues se podían contagiar con ellos. Intelectualizaban las cosas pero a un extremo exagerado, haciendo que el cristianismo se convirtiera rápidamente en una religión filosófica en vez de una relación personal e íntima con el Creador a través de Cristo.

Apolos no alentó este espíritu de división: 4:6, 8; antes, para impedirlo, se negó a repetir su visita allá en aquel entonces: 16:12.

También pertenecen aquellos hermanos que siguen a ciertos predicadores intelectuales y que no aceptan o escuchan a otros siervos de Dios. ¿Usted pertenece a este bando?

 

  1. EL BANDO DE CEFAS.

Cefas es el nombre judío del apóstol Pedro. Lo más probable es que se tratara de judíos que intentaban enseñar que el hombre debía observar la Religiosidad Judía. Eran hermanos legalistas que exaltaban la Ley, pero menguaban la Gracia.

Este tipo de legalismo aún existe dentro de las iglesias, siendo extremistas y convirtiéndose hasta algunas veces en verdugos de los hermanos o de los pastores (Pablo más adelante pone su defensa contra ellos), son implacables y son muy dados a juzgar, a ver los defectos de los demás, pero casi nunca  a exaltar las virtudes de los hermanos, levantan críticas destructivas en vez de críticas constructivas y se olvidan muchas veces que Dios ha tenido misericordia con todos, aun con ellos y que somos llamados a animar, a orar, a levantar al caído, a reconciliar al hermano, a  perdonar y sobre todo a amar. ¿Usted pertenece a este bando?

 

  1. EL BANDO PRIVILEGIADO.

Una de las causas de las divisiones en las iglesias, es la existencia de grupo(s) de personas que quieren tener el poder, control e influencia en las Iglesias, sin tener que dar cuenta a nadie o el asumir responsabilidades; generalmente se da en iglesias que no tienen pastores o ancianos, se levantan personas “salvadoras” de la Iglesia, formando “cúpula”, “trinca”, “piña” o “privilegiados” que escogen a las personas que ellos quieren para el “funcionamiento” de la Iglesia.

A veces se da en iglesias con pastores y más aún puede ser que el pastor sea el promotor de eso, cosa que sería triste para el crecimiento espiritual y numérico de la Iglesia, en un gran número de estas iglesias con bandos, no existe tal crecimiento, al contrario provoca resentimiento en los demás hermanos que de pronto si son llamados por Dios a servir, pero por no ser parte del grupo “privilegiado” no pueden servir con el don que Dios les ha dado, provocando el éxodo de miembros en las iglesias, algunos se cambian de Iglesia u otros simplemente regresan al mundo. ¿Usted pertenece a este bando?

 

  1. UN LLAMADO DE EXHORTACIÓN A LA UNIDAD. V:10-11.

Pablo se refiere  a los corintios en dos ocasiones como “hermanos”; la usa para suavizar la reprimenda, la cual no proviene de un maestro con vara para castigar, sino de un pastor que siente solamente amor por sus ovejas. También el uso de la palabra “hermano”,  les   hace  ver  cuán  errados estaban  en  sus  discordias  y divisiones, eran hermanos y debían vivir en el encanto del amor fraternal.

Pablo les exhorta a que “todos hablen una misma cosa, que estén perfectamente unidos en una misma mente y en un mismo parecer”. En un mundo donde todos somos diferentes, con gustos, personalidades y caracteres diferentes, parecería imposible hablar una misma cosa, pensar una misma cosa, ser todos de un mismo parecer, parece imposible cuando existe un compromiso débil con la doctrina unificada, la cual conduce a  la desunión y debilita a la Iglesia; y lo único que queda a cambio es un sentimiento superficial o una armonía superficial, pero no unidad verdadera.

Pablo demanda unidad interna entre sus mentes individuales y unidad exterior en las decisiones que se toman como grupo. Unidos en la verdad con sus creencias, convicciones y parámetros, y en la conducta con sus principios morales aplicados a su vida práctica. La única fuente de esa clase de unidad es la Palabra de Dios que establece el parámetro de verdad en que se fundamenta la unidad verdadera.

 

CONCLUSIÓN:

La única solución para evitar las divisiones dentro de las iglesias es que todos pertenezcamos a un mismo bando, al bando de la victoria: al bando de Cristo; pero esto será posible cuando realmente entreguemos a Él todo nuestro ser, cuando nos sometamos a su soberana voluntad, no a la voluntad egoísta personal, cuando entandamos que todo lo que hagamos es por Él y para Él; cuando entandamos los propósitos de Cristo para nuestras vidas, el cual es: El de glorificar a Cristo con mi vida.

En el bando de Cristo están todos aquellos que se humillan, aquellos que perdonan a su hermano, que exaltan más las virtudes que los defectos de los hermanos, aquellos que quieren la gloria de Cristo y  no la suya propia, aquellos que buscan el bienestar de todo el Cuerpo y no el propio; aquellos que escudriñan las Escrituras para comprobar cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta, aquellos que queremos alcanzar al perdido en vez de pasar tiempo en discusiones necias, aquellos como Pablo demanda: que estamos unidos, solidificados como la unión de dos huesos rotos.

¿Usted pertenece a este bando? Si no pertenece a este bando, Dios le invita a pertenecer a Él, y que nunca trate de separarse de Él. Amén.

 

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