Desechando la vieja naturaleza para mantener la unidad de la Iglesia

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EL EVANGELIO EN MARCHA

Desechando la vieja naturaleza para mantener la unidad de la Iglesia

Por: Pastor Kléber Jiménez

 

INTRODUCCIÓN

Pablo ha estado tratando en este capítulo acerca de la unidad de la Iglesia; para ello, el usa la ilustración del cuerpo humano que es compuesto de muchos miembros; y de la misma manera, la Iglesia está compuesta de muchos miembros y todos ellos deben estar mancomunadamente unidos entre sí, para que el Cuerpo, llamado la Iglesia, crezca espiritual y numéricamente, como es el deseo de nuestro Señor.

Pero hay ocasiones en que el cuerpo humano se ve afectado por infeccione o enfermedades que debilitan, dañan o destruyen el cuerpo.

Cuando tenemos una enfermedad, vamos al doctor, y este usualmente nos hace una serie de exámenes, para desechar cualquier cosa mala que de pronto algún órgano de nuestro cuerpo tenga.

De la misma manera, el apóstol Pablo, nos presenta ante el médico divino, quien  nos opera de nuestro corazón, sacando todo lo maligno de ello, para que sea un corazón sano, conforme a su corazón; y es por eso que en este pasaje, nos da algunas recomendaciones acerca de lo que debemos de desechar de nuestras vidas y corazones, para poder funcionar y producir los frutos que Dios espera de nosotros dentro del Cuerpo de Cristo y mantener la unidad de la Iglesia, veamos:

 

  1. PARA PODER MANTENER LA UNIDAD DE LA IGLESIA, HAY QUE DESECHAR LA MENTIRA: V.25.

 

La mentira es una de las cosas que nuestro Dios aborrece y abomina: Proverbios 6:19a; 12:22. Y como hijos de Dios, nosotros también debemos aborrecer la mentira: Proverbios 13:5.

Mentirle a otro quebranta la unidad, crea conflicto y odio; y destruye la confianza: Proverbios 10:18. Rompe las relaciones y conduce a una guerra abierta en el matrimonio, en la familia, en la sociedad y lamentablemente también en la iglesia. Proverbios 6:19b;   ¿Qué clases de mentiras son las que generalmente se hacen en estas diferentes áreas? Selah.

Si pertenecemos a la verdad, ¿cómo podemos darnos a las mentiras? Satanás es el padre de toda mentira (Juan 8.44); sus espíritus hablan mentiras (1 Juan 2.21, 27); un día todo el mundo creerá en «la mentira» (2 Tesalonicenses 2.9–11). Recordemos que los que practican la mentira, recibirán el castigo de Dios: Proverbios 19:5. Crisóstomo dijo: “Que el ojo no le mienta al pie, ni que el pie le mienta al ojo” Selah.

 

  1. PARA PODER MANTENER LA UNIDAD DE LA IGLESIA, HAY QUE DESECHAR LA FALTA DE DOMINIO PROPIO: V.26.

 

La Biblia no nos dice que debemos evitar sentir enojo, pero sí destaca que debemos saber controlarlo apropiadamente. Si somos descuidados al hablar, el enojo herirá a otros y destruirá las relaciones. Si las guardamos, motivará amargura y nos destruirá por dentro. Pablo nos dice que debemos enfrentar nuestro enojo de inmediato, de modo que edifique relaciones antes que las destruya.

Hay una ira que no es pecado (Marcos 3:5). Si nos encolerizamos contra las personas, hay lugar para el pecado; si nos enojamos contra el pecado y los principios pecaminosos, podemos mantener un andar santo. ¡Qué fácil es que los cristianos llamen «indignación santa» a sus arranques de cólera! La ira del hombre nunca produce la rectitud o justicia de Dios (Santiago 1:20).

  1. PARA PODER MANTENER LA UNIDAD DE LA IGLESIA, HAY QUE DESECHAR EL DARLE LUGAR AL DIABLO: V: 27.

 

Si alimentamos nuestro enojo, daremos a Satanás la oportunidad para dividirnos. ¿Está molesto con alguien en este momento? ¿Qué puede hacer para resolver las diferencias? No deje que termine el día antes de que empiece a hacer algo para solucionar el conflicto y salvar su relación.

Darle lugar al diablo (v. 27) incluye tanto el mentir como la cólera; porque Satanás es mentiroso y homicida. ¿Nos damos cuenta de que las mentiras, la hipocresía y la cólera le dan a Satanás una entrada en nuestras vidas? Las mentiras y la cólera de Caín le llevaron al homicidio (Génesis 4). ¿En qué otras formas le damos lugar al diablo?

  1. PARA PODER MANTENER LA UNIDAD DE LA IGLESIA, HAY QUE DESECHAR LOS ROBOS. V: 28.

 

El versículo 25 se liga con 1 Tesalonicenses 4.11 y 2 Tesalonicenses 3.6–12. El inconverso ladrón solía robar para complacerse; ahora que ha sido salvado debe trabajar para poder dar a otros. Este es el maravilloso cambio que genera la gracia en el corazón de una persona.

Nótese que el primer motivo de un cristiano para ganar dinero es tener algo que compartir con el que padece necesidad. El cristiano no sólo se dedica a ganarse la vida, sino a servir de instrumento en el servicio de Dios a la humanidad por medio de su trabajo y ofrendas. Hechos 20:35.

  1. PARA PODER MANTENER LA UNIDAD DE LA IGLESIA, HAY QUE DESECHAR PALABRAS CORROMPIDAS. V:29.

 

Nuestros labios deben hablar lo que edifica (Col 4.6; Sal 141.3). La corrupción de labios sólo denota corrupción del corazón. No debemos hablar palabras insípidas, torpes, que no edifican, al contrario, debemos de tener conversaciones edificantes, mucho menos que caer en chismes o habladurías.

Explica Trench: “No generalidades vagas, que convendrían igualmente bien a miles de casos, y probablemente, igualmente mal: nuestras palabras deben ser como clavos metidos en lugar seguro, palabras convenientes en el tiempo presente y a la persona indicada, y que sean “para edificación según la ocasión” La lengua falsa, atormenta al que ha lastimado, y la boca lisonjera hace resbalar. Proverbios 26:28.

Jamás un predicador o pastor debe tratar de ganar a las personas con palabras de mentiras: 1 Tesalonicenses 2:5. Lamentablemente hoy en día, vemos que muchas personas que siguen a predicadores que hablan cosas vanas y falsas promesas para agradar a los oyentes y se cumple la palabra que Pablo advirtió: 2 Timoteo 4:3.

  1. PARA PODER MANTENER LA UNIDAD DE LA IGLESIA, HAY QUE DESECHAR TODA AMARGURA, ENOJO, IRA, GRITERÍA, MALEDICENCIA Y MALICIA. V.31.

 

“La amargura” engendra “enojo”; “él enojo”, “ira”; “la ira” “voces”, y las “voces”, “maledicencia”, chismes, calumnias, insinuaciones y conjeturas que engendran el mal. La “malicia” es la raíz secreta de todo mal. “Los fuegos que son alimentados por dentro, y no se manifiestan a los que pasan por fuera, son los que causan más daños.” [Crisóstomo].

La ira que es enojo congelado y la amargura, es una bomba de tiempo que en cualquier momento explota y produce tanto daño y contamina a todos: Hebreos 12:15.

 

  1. PARA PODER MANTENER LA UNIDAD DE LA IGLESIA, HAY QUE DESECHAR TODO ESTO, ENTONCES NO CONTRISTAMOS AL ESPÍRITU SANTO. V: 30.

 

Comp. “hicieron enojar su espíritu santo” (Isaías 63:10; Salmo 78:40); “me provocaron” (Ezequiel 16:43: dando a entender su tierno amor por nosotros); y con referencia a los incrédulos endurecidos, “resistís siempre al Espíritu Santo” (Hechos 7:51).

 

  1. PARA PODER MANTENER LA UNIDAD DE LA IGLESIA, HAY QUE ANDAR EN EL NUEVO HOMBRE. V:32.

Debemos andar en benignidad: es decir, siempre buscando lo bueno, lo que edifica, lo que glorifica a Dios: Pablo ordena que sigamos lo bueno en Romanos 12:9; 1 Tesalonicenses 5:15. Porque el que sabe hacer lo bueno y no lo hace le es pecado: Santiago 4:17.

La misericordia y el perdón no son en base para que nuestros pecados sean perdonados; sino en base del perdón que recibimos del Señor; así como el amor que recibimos de Él, debe reflejar en nuestras vidas, de la misma manera el perdón. Pero el perdón no significa volver a confiar en la persona que nos ofendió, sino que significa que cuando recordemos el mal que esa persona nos hizo, no sintamos ningún dolor. David y Saúl.

 

 

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