Respeto: la verdadera relación

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EL EVANGELIO EN MARCHA

Respeto: la verdadera relación

Por: Rev. Ricardo Carrillo

PARTE II

APRENDER A ACTUAR EN RESPETO

Aprender a actuar en respeto significa cambiar nuestros patrones de  conducta, cambiar la manera en que nos relacionamos unos con otros, aprender a ser capaces de mostrar respeto a las demás personas es un aprendizaje. Esto lo podemos ver en tres aspectos en los cuales tenemos que cambiar nuestra conducta, para realmente aprender a actuar en respeto.

La primera es: Mejorar nuestro trato y lenguaje hacia los demás; Tú has escuchado alguna vez la frase, “ si las paredes hablaran”; Tenemos que pensar un instante, si las paredes de nuestros hogares hablaran y fueran como un tipo de grabadora o cámara de video, si las paredes de nuestra iglesia que es el lugar donde estamos interactuando unos con otros hablaran y pudiéramos ver después como si fuera una película, esas conversaciones que tenemos, esos diálogos, nos quedaríamos sorprendidos de nosotros mismos, de lo que decimos, y quizás diríamos, ¿ese soy yo? dije eso, ¿actué de esa manera? ¿Yo puse esa cara?; cuantas veces nuestro trato, nuestro lenguaje no es el mejor y no muestra un respeto a la otra persona.

Muchas veces estamos en situaciones en las cuales, hablamos y hablamos y nos quedamos sorprendidos de pensar ¿cómo hemos sido capaces de decir eso?, pero a veces realmente hay personas que sacan lo peor de nosotros, que nos hacen decir cosas y no nos damos cuenta de lo que estamos haciendo y lastimamos y herimos y después nos quedamos sorprendidos y nos sentimos culpables y muchas veces sucede con las personas que más amamos, las personas que están más cerca de nosotros.

 

CUIDADO CON LA LENGUA

Cuantas veces nos dejamos llevar por las emociones, por la exaltación de aquel instante y terminamos diciendo cosas de las cuales después nos arrepentimos y todo por un pequeño órgano de nuestros cuerpos, la lengua.

Leamos Santiago 3: 1:10, “Todos cometemos muchas faltas, pero sólo quien es capaz de dominar su lengua, es una persona madura y puede dominarse a sí mismo.” Detengámonos un instante, el apóstol dice: todos tenemos muchas faltas, todos tenemos muchos errores y todos queremos dominarnos a nosotros mismos y comenzar a avanzar y hacer cosas mejores, sin embargo dice, solo el que puede dominar su lengua, es capaz hacer estas cosas.

Mi hermano si tú quieres cambios significativos, si tú quieres crecer, empieza por tu lengua, empieza por las palabras que dices, empieza por tu  expresiones, hacia los demás.

Sigamos leyendo el pasaje: Al caballo podemos dominarlo y hacer que nos obedezca si le ponemos un freno en la boca; algo parecido pasa con los barcos, por grande que sea un barco y por fuertes que sean los vientos que lo empujan, el navegante lo dirige con un timón muy pequeño; y lo mismo pasa con nuestra lengua, es una de las partes más pequeñas de nuestro cuerpo, pero es capaz de hacer grandes cosas. ¡Es una llama pequeña que puede incendiar todo un bosque!

Las palabras que decimos con nuestra lengua son como el fuego, nuestra lengua tiene mucho poder para hacer el mal, puede echar a perder toda nuestra vida y hacer que nos quememos en el infierno.

 

APRENDER A DISCREPAR CON LOS DEMÁS

¡Qué difícil es esto!, porque todos queremos siempre tener la razón, mira lo que dice en Efesios 4: 14-15 “Ya no seremos como niños, que ahora piensan una cosa y más tarde piensan otra y que son fácilmente engañados por las falsas enseñanzas de gente astuta que recurre a toda clase de trampas. Al contrario, el amor debe hacernos decir siempre la verdad, para que en todo lo que hagamos nos parezcamos cada vez más a Cristo, quien gobierna sobre la iglesia”

Para parecernos más a Cristo, no se trata de ridiculizar a la persona, cuantas veces he escuchado a personas decir una enseñanza errada, una enseñanza que no se ajusta a la sana doctrina y le dicen ¡no así no es; estás equivocado!! No sabes lo que estás diciendo!, y lo corregimos duramente y avergonzamos a las personas.

Mis hermanos, tenemos siempre que ser motivados por el amor, debemos decir las cosas pero hay que decirlo con amor. Siempre se nos van a presentar en la vida momentos en donde tenemos que rectificar conceptos erróneos, pero el amor tiene que ser nuestra motivación.

En una oportunidad leí esta cita: “si eliges no escuchar o aprender de aquellos que están en desacuerdo contigo, limitarás severamente tu habilidad de crecer como persona”; Pero cuantas veces somos cerrados, no queremos escuchar y empezamos a discutir con alguien y tenemos dos opiniones totalmente diferentes en algún aspecto, puede ser ministerial o de cualquier índole y empezamos la discusión y cuando nos damos cuenta, ya nos hemos faltado el respeto.

La Palabra de Dios nos muestra con personajes auténticos, lo que vivieron líderes de la iglesia primitiva por ejemplo, la Biblia nos enseña no solamente la parte positiva de los siervos de Dios, sino también sus debilidades, tal como la tenemos nosotros.

 

COMIENZOS DE LA IGLESIA

Vamos a ver una historia que está en el libro de los Hechos, este libro describe los primeros años de la iglesia del Señor, en Hechos podemos ver como interactuaban los miembros de aquel entonces, tenían todas las cosas en común; pero tenemos que recordar que también habían problemas, había persecución y la iglesia mostraba sus debilidades como la tenemos nosotros.

Por ejemplo Bernabé, era un hombre lleno del Espíritu Santo, un hombre que tenía una tremenda visión, un hombre que era líder de la iglesia primitiva, era un hombre que miraba las cosas desde la perspectiva divina; estaba siempre adelante de la obra del Señor, Bernabé fue el maestro de Saulo de Tarso.

Saulo de Tarso era un hombre que perseguía y asolaba a la iglesia de Cristo, él estuvo de testigo y fue culpable de la muerte de Esteban el primer mártir  de la iglesia Cristiana. Hasta que este Saulo de Tarso tiene un encuentro con Jesucristo, allí Cristo se le aparece y le dice: Saulo, Saulo porque me persigues y Saulo después de este encuentro, cambia su vida y se convierte a Cristo y es transformado por el poder del evangelio.

Y su nombre es cambiado por el de Pablo, el apóstol Pablo que escribió tantos libros de la Biblia, ese mismo Pablo al principio tuvo grandes problemas, primero que los discípulos de Jesús, los apóstoles, lo conocían como el enemigo de los cristianos y desconfiaban de él, no creían que Dios lo había trasformado, ellos pensaban que era un infiltrado y que los quería matar.

Le tenían miedo a Pablo, y allí entra Bernabé y los convence de que Pablo había cambiado por el poder de Dios y lo llevó ante los discípulos y dio testimonio genuino de la fe de Pablo.

Y nosotros sabemos el tremendo ministerio que tuvo el apóstol Pablo a partir de esa presentación, hicieron con Bernabé viajes misioneros y cuando viajaban, llevaban asistentes de viaje y uno de estos asistentes era Marcos, era sobrino de Bernabé, pero algo sucedió con Marcos; la Biblia no detalla, pero Marcos de pronto abandona la obra, los deja plantados, los deja a mitad del viaje.

Quizás Marcos tuvo miedo por la persecución, tal vez sintió la presión del ministerio de Pablo que era  muy exigente y muy enérgico, o quizás  tenía una enamorada que la dejo en Jerusalén y quería regresar por eso, nadie lo sabe, pero Marcos abandona el viaje y dejó a Bernabé y a Pablo sin ayuda.

Ellos continúan los viajes y la obra del Señor, “Después de algunos días, Pablo dijo a Bernabé: Volvamos a visitar a los hermanos en todas las ciudades en que hemos anunciado la palabra del Señor, para ver cómo están. (Esto era una costumbre, que hasta ahora se estila para confirmar  a las iglesias).

Y Bernabé quería que llevasen consigo a Juan, el que tenía por sobrenombre Marcos; Pero a Pablo no le parecía bien llevar consigo al que se había apartado de ellos desde Pánfila, y no había ido con ellos a la obra y hubo tal desacuerdo entre ellos, que se separaron el uno del otro; Bernabé, tomando a Marcos, navegó a Chipre, y Pablo, escogiendo a Silas, salió encomendado por los hermanos a la gracia del Señor y pasó por Siria y Cilicia, confirmando a las iglesias” Hechos 15:36-41.

Hermanos este no fue un simple desacuerdo, realmente fue un gran altercado, la palabra que se usa en griego es una palabra que incluso se mantiene en el idioma español con un significado, no es una palabra coloquial, pero es una palabra que existe, la palabra es “Paroxismo”, esta palabra significa “la exaltación extrema de los sentimientos y pasiones”.

Esto  fue una pelea fuerte entre Pablo y Bernabé, fue un desacuerdo muy fuerte, y posiblemente en ese proceso se faltaron el respeto, a punto de que ya no quisieron viajar juntos.

Hombres de Dios frágiles como nosotros, seguro que en algún momento tuvieron un tiempo de reconciliación y aunque la Biblia no lo relata pero esto ocurrió, porque cuando pasó un tiempo, el corazón de Pablo había tenido un cambio, en 1Corintios 13:5 dice: “No se comporta con rudeza,  no es egoísta,  no se enoja fácilmente, no guarda rencor”.

Mi hermano, Pablo está diciendo: cuando me exalté con Bernabé estuve mal, la palabra nos confirma su cambio.

Es que Dios va hablando a nuestros corazones y nos va mostrando nuestras fragilidades, nuestras debilidades, cuantas discusiones así hemos tenido en la iglesia del Señor, en tu hogar, en tu centro de trabajo o de estudios; cuantos paroxismos has tenido en tu vida y al final muchas veces, ni nos acordamos porque empezó la discusión.

 

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