EL EVANGELIO EN MARCHA
ADMINISTRACIÓN EN EL SEÑOR– PARTE I1
Por: Rev. Ricardo Carrillo
2ª Pedro 3:1- 8
INTRODUCCION.
Decíamos la semana pasada, que el hombre en sí, no es dueño de nada, solo somos administradores de Dios. La semana pasada tratamos el tema de la administración de nuestra vida; decíamos que nosotros no podemos administrar nuestras vidas como queríamos, porque no éramos dueño de ella; esta semana queremos tratar el tema administrando mi trabajo.
Todos trabajamos, ¿verdad? y el desafío es administrar nuestro trabajo desde la perspectiva de Dios; este mensaje solo tiene dos puntos, son dos acciones para dar sentido a la administración de mi trabajo delante de Dios.
¿CÓMO ENFOCAR MI TRABAJO?
Si nosotros hacemos esta pregunta así en primera persona, el Señor va a permitir que podamos tomar decisiones en nuestros corazones, acerca de cómo enfocamos nuestras actividades diarias.
Cuando decimos como enfocar mi trabajo, tenemos que mirar panorámicamente al mundo y desde de esta perspectiva debemos decir: que hay tres enfoques sobre el trabajo y cada uno de estos enfoques va a depender de la cosmovisión socio cultural que tú y yo tengamos, para efectos de didáctica, de mejor aprendizaje, podemos sintetizar las cosmovisiones humanas en tres grandes grupos:
La cosmovisión Animista, la cosmovisión secularista y la cosmovisión Cristiana; y lo más crítico de esto es que podemos ser cristianos y vivir con una cosmovisión que no es cristiana y eso sí que es una tragedia, por eso que debemos abrir nuestra mente a lo que el Señor nos propone. El primer enfoque es el Animista y podemos decir:
SI SOY ANIMISTA PUEDO VER EL TRABAJO COMO RESIGNACIÓN
¿Porque como resignación? Escúchame bien, en el pensamiento animista, la vida se ve como una rueda, una rueda que gira sobre su eje, te imaginas; el pensamiento animista se mueve cíclicamente y es estático no se mueve de lugar.
Si tú le preguntas a una persona que tiene un pensamiento Animista ¿de dónde vienes?, este responderá, de ningún lado y ¿A dónde vas? A ningún lado; Él está girando sobre sí mismo, el entiende la vida como un ciclo interminable de acontecimientos que se suceden unos a otros, empieza con el nacimiento de la persona, su crecimiento, sus estudios, su matrimonio, sus hijos, su vejez y su muerte.
Y si tiene un pensamiento animista, puede creer que tiene que reencarnarse y la vida entonces es un ciclo interminable, de primavera, verano, otoño e invierno y otra vez primavera. Esta cosmovisión de vida siempre lleva a la reencarnación y está sujeto a que el alma vive prisionera de esas vidas mutantes, que es aberrante y totalmente FALSO por supuesto.
SI SOY SECULARISTA PUEDO VER MI TRABAJO COMO REMUNERACIÓN
¿Quién es el secularista? El secularista es el que vive en el mundo, tu compañero de estudios, tu compañero de trabajo, que no tiene esperanza, que tiene un pensamiento secular desde que amanece hasta que se va a dormir.
Este hombre ve la vida como algo que se va agotando, el secularismo tiene un símbolo, es el reloj de arena, en el pensamiento secularista el reloj es un enemigo. Porque el reloj mide el tiempo y al medir el tiempo te está recordando que te estás muriendo; nunca se detiene, inexorablemente, cada mañana tiene una arruga más en su rostro.
Tiene un dolor más que le aqueja, tiene un día menos de vida, porque el pensamiento secularista dice así: “la vida se está agotando “y el final es la tumba y, mis hermanos hay millones y millones de cristianos que viven así, que viven con ese pensamiento; por eso cuando enfocan a su trabajo, lo ven como una remuneración.
SI SOY CRISTIANO PUEDO VER MI TRABAJO CON REVERENCIA
La vida no es como los animistas que piensan que la vida es una rueda y que la vida no va a ningún lado, el cristiano sabe a dónde se dirige a un punto. Tampoco es como el pensamiento secularista que el reloj es un enemigo, el tiempo es oro y todo lo medimos en función de la rentabilidad que obtendremos. El cristiano dice no, hay un futuro y puedo distinguir el pasado del presente y estos dos los puedo distinguir del futuro.
Mira lo que dice 2 Pedro 3:6-7 (NVI) “Por la palabra y el agua, el mundo de aquel entonces pereció inundado. Y ahora, por esa misma palabra, el cielo y la tierra están guardados para el fuego, reservados para el día del juicio y de la destrucción de los impíos.
El cristiano sabe cómo va a terminar este mundo, y en esto no hay fatalismo, no hay tal cosa, que estaba escrito que yo salgo de aquí y un automóvil me atropella y me mata. Los creyentes sabemos con claridad cómo será el fin de los días de este mundo, pero cada uno de nosotros es constructor de su destino, es importante aclarar que cuando hablamos de destino no estamos hablando del horóscopo.
Cuando se habla de destino en la Biblia se habla de propósito y a esto se refiere esta cosmovisión cristiana; cuando tengo la característica de mi vida como cristiano, entonces veo mi trabajo con reverencia.
¿QUÉ SIGNIFICA ESTO?
Que yo creo que Dios reconcilia al mundo consigo mismo, a través de Jesucristo, no a través de la religión cristiana y cuando yo creo en eso enfoco mi trabajo y puedo decir lo que Pablo le dijo a los colosenses.
Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres;(Pablo les hablaba a esclavos, a hombres que tenían amos, hombres que no tenían derecho alguno) sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís. Colosenses 3:23-24.
Lo que Pablo les está diciendo: miren ustedes son esclavos, pero ustedes son cristianos y todo lo que están haciendo, háganlo de corazón, como para el Señor, para el amo de los cielos, para nuestro verdadero amo.
Hermano, convierte tu trabajo en algo que adore a Dios y ese es el verdadero enfoque que tenemos que tener los cristianos.
CÓMO ENTENDER MI TRABAJO: Para que el cristiano pueda entender el trabajo, el cristiano tiene que tener, tres convicciones.
COMO IMITADOR DE DIOS
No solo considero el trabajo como un acto de adoración, sino considero el trabajo como santo. Dios es trabajador, la Biblia dice que Dios trabajó seis días y descansó en el séptimo. Génesis 1, pero Dios crea al hombre para que el primer día de su creación descanse. El hombre fue creado el día sexto y el séptimo día todo el día descansó, o sea que Adán no trabajó el primer día de su vida.
Fueron pues acabados los cielos y la tierra, y todo el ejército de ellos y acabó Dios en el día séptimo la obra que hizo; y reposó el día séptimo de toda la obra que hizo. Génesis 2:1
Dios no está ocioso, la Biblia menciona a Dios como el arquitecto y constructor de la Jerusalén celestial mira lo que dice en Hebreos 11.
Y Jesús les respondió: Mi Padre hasta ahora trabaja, y yo trabajo Juan 5:17; Tenemos que entender que Dios trabaja y nosotros lo imitamos, nuestro trabajo imita a Dios; tu trabajo es digno, no existe el trabajo indigno.
COMO LLAMADO POR DIOS
Dios nos llama al trabajo; desde el Génesis, mira lo que dice en el capítulo 1 Y los bendijo Dios y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra. Génesis 1:28
La primera vez que Dios le habla al hombre en toda la Biblia, es con una palabra de bendición; ¿Por qué? Porque para Dios el trabajo es una bendición; el trabajo es inherente al ser humano; el hombre debe y necesita trabajar.
COMO RESPONSABLE ANTE DIOS
Dios espera que yo entienda que ¡tengo que trabajar! Que es una responsabilidad; mira lo que dice Génesis 2; Tomó pues Dios el Señor al hombre y lo puso en el huerto de Edén, para que lo labrara y lo guardase. Génesis 2:15.
Es interesante los versos labrar y guardar, estos dos verbos señalan la responsabilidad del hombre. Labrar tiene que ver con cultivar la tierra; Guardar implica un cuidado de la tierra; el hombre no es llamado a explotar la tierra, cuando se habla de explotar una mina, explotar un terreno, el hombre explota un terreno.
El hombre no es llamado a explotar la tierra, sino a cuidarla; los cambios climáticos que estamos experimentando en el mundo, están llevando a la destrucción inevitable. Tenemos que entender que el trabajo aparece como un privilegio en el paraíso.
Cuando el señor le dice al hombre que tiene que labrar y guardar la tierra, la palabra guardar implica que debemos dar cuenta a Dios.
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