EL EVANGELIO EN MARCHA
Heridas en el alma
TEXTO BIBLICO: Juan 5: 2-9
Por: Rev. Ricardo Carrillo
¿COMO ENFRENTAMOS LAS PÉRDIDAS?, INTRODUCCION.
Cuando hablamos de pérdida tenemos que hablar por ejemplo de la salud, perder la salud, verse limitado por la inclemencia de los años, de los achaques de la vejez; la persona que no se quiere dar cuenta que los años se le vinieron encima y que ya no son los jovencitos de hace 35 o 30 años, realmente han perdido la objetividad de la vida, no pueden ser sinceros con ellos mismos.
En este mundo lleno de orgullo, rencores, envidias y maldades, no hay nada peor que seguir pensando, que nuestra vida física, este cuerpo que Dios nos prestó y que es de Él, se deteriore y que deje de vivir para trasportarse a la presencia de nuestro Padre.
Todos experimentamos el dolor de la pérdida de un ser querido, todos somos testigos de cómo nuestros seres queridos se están yendo y seguiremos experimentando ese dolor cada vez que vemos a un familiar o a un amigo partir a la presencia del Señor, es duro, pero no podemos impedirlo.
EXISTEN CUATRO CAUSAS DE LA ENFERMEDAD
Cualquier respuesta que esta fuera de estas cuatro causas, no le debemos prestar atención, porque lo que en estos días se va difundiendo por los medios de comunicación, están hundiendo a la gente en la mentira y en el error. Por ejemplo se le dice a la gente que está enferma porque ha pecado o está enferma porque le falta fe. Mis hermanos hoy abriremos la Palabra de Dios y vamos a encontrar cuatro causas de las enfermedades: La primera causa es:
- LA CAUSA NATURAL
La enfermedad está en mi cuerpo, aquí hay dos palabras claves, natural y cuerpo; la Biblia presenta esta causa natural, En 2ª Reyes 13:14, encontramos al profeta Eliseo: Estaba Eliseo enfermo de la enfermedad de que murió, y descendió a él Joás rey de Israel y llorando delante de él, dijo! Padre mío, padre mío, carro de Israel y su gente de a caballo.
Es decir, llegó a una edad avanzada, empezaron los achaques y se murió, hermanos hay una causa natural. No tiene que ver con el pecado necesariamente, no tiene que ver con acciones satánicas, ni tiene que ver con falta de fe. Es simplemente porque nos hacemos viejos y la escritura nos dice en el nuevo testamento, que en Adán todos mueren, en 1ª Corintios 15:22, dice que algún día estaremos en un cementerio, ¿verdad que si? “Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados”.
Algunos no pasaran por el cementerio, ni por el crematorio, ¿sabes quiénes son? aquellos que serán testigos de la llegada de Cristo, esa es la última generación, ellos no conocerán la muerte. En Génesis 5, encontraremos, como se describe lo que se llamó la simiente piadosa, los hijos de Set, el tercer hijo de Adán, los teólogos lo llaman la simiente buena, los hombres que aprendieron a llamar a Dios, a buscar a Dios, pero tú vas a darte cuenta que en todo el capitulo 5, esos hombres nacieron, crecieron se casaron, tuvieron hijos y murieron.
Y la palabra y murió se ve en todo este capítulo 5. Es algo que todos nosotros tendremos que experimentar; el Salmo 90:10, nos dice que algunos llegamos hasta los setenta años, quizás alcancemos hasta los ochenta, si las fuerzas nos acompañan. Tantos años de vida, sin embargo, sólo traen pesadas cargas y calamidades: pronto pasan, y con ellos pasamos nosotros.
Por eso mi hermano, cuando alguien enferma, no te llenes de mentiras la cabeza, el primer test que tienes que hacer es preguntarte: ¿esta es una causa natural? Y allí encontraremos respuesta porque no somos eternos, somos seres temporales, cuando tú te das cuenta que ese ser querido está enfermo y la causa es una causa natural y le pides a Dios por tus enfermedades y tu y yo sabemos que Dios a puesto hombres que estudian y se capacitan para ayudar, ellos son médicos, hay medicinas, hay cirugías, trasplantes, hasta las investigaciones de células madres que están provocando tremendos cambios en nuestra sociedad. Elementos naturales para combatir lo que es natural; esa es la primera causa de la enfermedad y de muerte.
- CAUSA PERSONAL
La enfermedad está en mi culpa, cuando mi enfermedad es por mi culpa y aquí encontramos dos palabras claves, la palabra personal y la palabra culpa.
En el evangelio de Juan se revela esta causa personal de enfermedad; en el Capitulo 5 de Juan, allí el Señor nos cuenta, una experiencia que tiene en la ciudad de Jerusalén. Juan 5: 2-9: “Y hay en Jerusalén, cerca de la puerta de las ovejas, un estanque, llamado en hebreo Betesda, el cual tiene cinco pórticos. En éstos yacía una multitud de enfermos, ciegos, cojos y paralíticos, que esperaban el movimiento del agua. Porque un ángel descendía de tiempo en tiempo al estanque, y agitaba el agua; y el que primero descendía al estanque después del movimiento del agua, quedaba sano de cualquier enfermedad que tuviese.
Y había allí un hombre que hacía treinta y ocho años que estaba enfermo. Cuando Jesús lo vio acostado, y supo que llevaba ya mucho tiempo así, le dijo: ¿Quieres ser sano? Señor, le respondió el enfermo, no tengo quien me meta en el estanque cuando se agita el agua; y entre tanto que yo voy, otro desciende antes que yo. Jesús le dijo: Levántate, toma tu lecho, y anda. Y al instante aquel hombre fue sanado, y tomó su lecho, y anduvo. Y era día de reposo aquel día.
Mira el escenario, un lugar con un estanque, que se le atribuye condiciones milagrosas, hoy en día, en este tiempo de la globalización, en este tiempo de la modernidad, todavía hay personas que creen que hay lugares especiales en el mundo donde tú te puedes sanar en forma milagrosa.
La gente hace viajes, hace peregrinaciones y va de un sitio a otro esperando ser sanados, ¿Por qué? Porque creen en algo sobrenatural en ese lugar, no importa que venga de donde venga, cual sea el origen de esa sobrenaturalidad.
En el pasaje que hemos leído, había una tradición, es más, era una superstición, es lo que hoy día se llama la fe popular, este hombre de la lectura tenía 38 años esperando, y había una multitud de enfermos esperando su turno o tratando de entrar al estanque, todos estaban pensando en esta superstición en masas.
La superstición estaba basada en que un ángel iba a mover el agua y se produciría una sanidad, esta es la base Bíblica en la actualidad, de algunos charlatanes, quienes han hecho una doctrina errada de este pasaje.
En el pasaje de Juan, la gente estaba esclavizada a esa tradición, a esa superstición. Lo interesante de este pasaje es que Jesús no le contradice al enfermo, no era tiempo de contradecirle, era tiempo de sanarle, ¿me entiendes mi hermano?
Por eso Jesús no le dice que su mente está esclavizada de esa mentira, no le dice tampoco que las ideas que él ha dejado que entren en su cabeza, han provocado que sean esclavos de esa superstición.
Si ese hombre tuviera vida, hasta ahora estaría esperando que se mueva el agua; pero así viven millones y millones de personas y tú tienes que investigarlo, se habla de la fe popular, de la fe folklórica y tantos tipos de fe, pero la gente está buscando sanarse a través de lugares especiales.
Hermanos las ideas tienen consecuencias, porque se afincan en nuestras mentes y esas creencias comienzan a gobernarnos.
Mira lo que dice Proverbio 23:7 “Porque cual es su pensamiento en su corazón, tal es él. Come y bebe, te dirá; más su corazón no está contigo”. El proverbista está diciendo: “lo que yo pienso, define mi persona, mis patrones mentales, gobiernan mi persona” Y eso es lo que está pasando con mucha gente, quizás te está pasando a ti.
III. CAUSA ESPIRITUAL
La enfermedad está en mi controlad, las escrituras nos narran un diálogo que ocurre en los lugares celestiales, este diálogo se encuentra en el libro de Job, en el primer y segundo capítulo. No sabemos las razones por las cuales Satanás, tiene acceso a Dios, no me lo preguntes porque yo no sé, Pero en el capítulo uno de Job dice: que vienen todos los hijos de Dios, que son los ángeles y llega también Satanás, y Dios le pregunta: ¿de Dónde viene Satanás? Y Satanás le responde “de rodear la tierra, de andar por ella” y Dios le dice: ¿No has considerado a mi siervo Job, varón perfecto, intachable y todo lo demás, la respuesta de Satanás es tremenda.
Mira lo que dice Job 1:9-10, Respondiendo Satanás a Jehová, dijo: ¿Acaso teme Job a Dios de balde? ¿No le has cercado alrededor a él y a su casa y a todo lo que tiene? Al trabajo de sus manos has dado bendición; por tanto, sus bienes han aumentado sobre la tierra.
Satanás aquí desafía a Dios, diciendo: a ver quítale lo que le has dado, pero la palabra clave aquí es la pregunta que le hace Satanás a Dios. ¿No le has cercado, no le has protegido a Job porque es tu engreído?, así que no es en vano, pero quítale tu cerco de protección, tenemos que entender este pasaje para entender de qué tipo de cerco estamos hablando en verso 10 de Job encontramos tres cercos: su vida (cuerpo), casa, cosas.
Debemos entender esto, porque nos da una tremenda seguridad a nosotros como hijos de Dios, ¿sabes por qué? Porque Satanás no toma decisiones propias, no es autónomo para actuar en contra de un hijo de Dios, Satanás no puede atacarte sino tiene el permiso de nuestro Padre.
Encontramos que Satanás no puede hacer daño sin el permiso del Señor, Satanás ataca dos veces a Job, en el primer ataque Dios le dice a Satanás, allí tienes a Job, está en tus manos, pero no lo toques a él. Y Satanás le rompe el cerco y le quita todas sus cosas, le mata a todos sus ganados, acaba con todos sus sembríos, lo deja en la bancarrota material y en este ataque mata a sus 10 hijos, imagínate el dolor de Job
Yo no sé si usted sabe el dolor que se siente cuando se pierde un hijo, es un dolor indescriptible perder un hijo. Job perdió diez y todo lo que tenía; en el segundo ataque, Dios le da permiso para que toque su cuerpo, pero no lo puede matar, Dios le da permiso para que Satanás influya en su esposa, la reacción de la esposa en este segundo ataque es terrible.
Leamos Job 2:9-10: Entonces le dijo su mujer: ¿Aún retienes tu integridad? maldice a Dios y muérete; Y él le dijo: Como suele hablar cualquiera de las mujeres fatuas has hablado. ¿Qué? ¿Recibiremos de Dios el bien y el mal no lo recibiremos? En todo esto no pecó Job con sus labios.
Satanás hiere con una sarna desde la punta de la coronilla hasta la punta de los pies, Job tiene que agarrar una rama para rascarse la sarna que estaba sufriendo, hizo un hueco en el suelo y le puso cenizas y echaba allí, ¡que doloroso era eso!
Hermanos queridos el ataque de Satanás no solo es el físico, sino también emocional y a veces va a usar a la persona que tú amas. Y la palabra nos dice que Job aun así, nunca peco a pesar de esos ataques, pero cuando hablamos de enfermarse por causas espirituales como en este caso, que hermoso es saber que Dios nos protege con un cerco protector, Satanás no puede atacarte a ti si tu eres un hijo de Dios, no puede atacarte a ti , porque el cerco de Dios te protege, Amen
Esto es maravilloso, y Job lo sabe, sin embargo a veces el cerco se rompe y Dios permite que nos ataquen, por fuerzas espirituales y necesitamos decir: “Señor que está pasando con ese cerco protector” este es un ataque de abajo y hoy clamo para que tú me protejas, porque tu palabra me dice que tu estarás conmigo hasta el fin. Pero es necesario discernir de donde viene el ataque.
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