EL EVANGELIO EN MARCHA
¿Cómo reedificar mi vida?
LECTURA BIBLICA: SALMOS 43: 1-5
Por: Rev. Ricardo Carrillo
¿COMO REEDIFICAR UNA VIDA? Que ha caído en la depresión, cómo podemos salir del valle oscuro de la depresión, ahora vamos a mirar estos dos salmos y vamos a encontrar tres imágenes en función del tiempo; cada imagen tiene 2 palabras claves:
- PODEMOS VIVIR RECORDANDO EL PASADO
Si usáramos nuestra imaginación, podemos ver al salmista diciendo en los primeros versículos: Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, así clama por ti, oh Dios, el alma mía, mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo; ¿Cuándo vendré, y me presentaré delante de Dios? Salmo 42:1-2.
Así comienza el salmista y cuando uno junta los dos salmos encuentra algunos detalles geográficos y podemos descubrir que el salmista está fuera del país, está en el norte, podríamos decir en el extranjero, está lejos del hogar y sobre todo lejos de su lugar de culto, nosotros sabemos que para un hebreo, el templo era el centro de su adoración y tenía que serlo porque en ese lugar habitaba la gloria de Dios.
EL SHEKINA DE DIOS
El Shekina de Dios, por eso la función de hombre de esa época era adorarle en ese lugar, no era ir a cualquier lugar, porque allí estaba la gloria de Dios.
Por esa razón el salmista está recordando el pasado en medio de su estado de ánimo y el salmista se imagina ver a un ciervo pasar, en un día terrible, donde el país está seco, no hay agua por ningún lado, han pasado los meses y los meses y no llueve y los animales comienzan a morirse y las plantas también se están secando y él se imagina un siervo agonizante, que está bramando, buscando un poco de agua antes de morir y él dice, así como ese animalito me siento yo, tengo sed de Dios, mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo, ¿cuándo vendré y me presentaré delante de ese Dios vivo?.
El salmista está utilizando el agua como símbolo de vida, Dios es su vida en ese momento, él entiende en esa forma de expresión, él está mirando al pasado y recordándolo.
“Fueron mis lágrimas mi pan de día y de noche, mientras me dicen todos los días: ¿Dónde está tu Dios? Me acuerdo de estas cosas y derramo mi alma dentro de mí; De cómo yo fui con la multitud y la conduje hasta la casa de Dios; entre voces de alegría y de alabanza del pueblo en fiesta. Salmo 42:3-4.
Su búsqueda lo proyecta hacia el pasado, el salmista dice, me acuerdo de esos tiempos, cuando todo era felicidad, me acuerdo cuando no estaba en la condición que estoy ahora, me acuerdo de lo que significaba adorar a Dios allá en Jerusalén, allí en medio de la gente, toda la gente estaba alegre y juntos.
El salmista va añorando eso, mientras su estado depresivo lo está tomando; imagínate a una persona que está exiliada de su país, por razones que no conocemos, pero está lejos de su patria, está lejos de su lugar de adoración y recuerda todos esos tiempos pasados y él sabe que ya no volverán, esa añoranza lo lleva a recordar el pasado.
Es interesante como el salmista usa el lenguaje de la sed, qué sentido tiene un ciervo muriéndose de sed por falta de agua y compararlo con el hecho que estaba lejos del lugar donde se podía adorar a Dios. Esa imagen del pasado, que la ve lejana, que la ve difícil de volver a repetirla, lo deprime más, lo deprime más.
¿TE HAS SENTIDO ALGUNA VEZ ASÍ?
Quizás por algún tipo de pérdida o se rompió una relación, se acabó el trabajo, tuviste una bancarrota en el negocio, se acabó la salud, entonces en ese momento te acuerdas como era cuando eras sano, como era cuando no tenías dolores, cuando no temías por tu vida, pero eso ya es parte del pasado.
Hermano querido, tienes que saber que mientras tú estés evocando el pasado tú estás viviendo tu depresión.
Millones y millones de personas viven así; la historia del gran profeta Elías, este hombre fue sumamente especial, Elías es uno de los dos hombres que no han conocido la muerte, porque la Biblia dice que Elías fue arrebatado vivo por Dios y se lo llevó al cielo, no podemos encontrar el cadáver de Elías en la tierra porque no está. Pero después de 800 años allí en el monte de la transfiguración aparece Elías conversando con Jesús.
Pedro, Jacob, Juan los tres discípulos, los ven, ven a Elías vivo, a Moisés vivo, ¿sabes por qué? Porque Dios es un Dios de vivos, no de muertos.
Pero este Elías un día se sintió deprimido y huía de una mujer que lo quería matar, pensaba que el llamado que Dios le había dado, había llegado a su final, que no servía para nada, se fue huyendo del país, 1ª Reyes 19:4: Y él se fue por el desierto un día de camino, y vino y se sentó debajo de un enebro; y deseando morirse, dijo: Basta ya, oh Jehová, quítame la vida, pues no soy yo mejor que mis padres.
Mi hermano, Elías continúa evocando el pasado, ahora habla de sus padres, habla de sus ancestros, porque el desear morirse, es característica de todas las personas deprimidas, que no tienen ganas de vivir, no tiene ganas de levantarse, ni de ir a la ducha, no tienen ganas de nada, solo dormir y morirse.
¿ALGUNA VEZ TE HAS SENTIDO ASÍ? QUE DIFÍCIL QUE ES
La verdad que lo que pasó con Elías es impresionante, 24 horas antes había tenido una experiencia inigualable, Dios había mostrado sobrenaturalmente su poder, este hombre ahora está deprimido, la reina Jezabel lo amenaza y él sale corriendo, porque así es la depresión, te hace obrar de manera incoherente, ves todo perdido y quieres morirte.
Eso quería Elías, pero a mí me llama la atención poderosamente que en el Nuevo Testamento en Santiago 5:17 dice que a pesar que Elías era un hombre muy especial, él era un hombre común y corriente. Elías era hombre sujeto a pasiones semejantes a las nuestras y oró fervientemente para que no lloviese, y no llovió sobre la tierra por tres años y seis meses.
Elías era una persona como tú y como yo, se enojaba, se entristecía, se ponía feliz, pero un día Elías se deprimió, como quizás tú te has deprimido en algún momento, y terminas como Elías.
MIRANDO AL PASADO
El profeta Elías fue asistido por Dios, quizás en este primer cuadro de evocar el pasado. Yo te quiero preguntar ¿Cómo te sientes hoy? Quizás estás viviendo algún proceso depresivo, quizás has llegado al punto de decir, ¡no vale la pena vivir! Soy un fracasado, no tengo futuro, mis ilusiones se perdieron, mis sueños ya no existen y sigues en tu mente recordando las ilusiones perdidas.
Eso es evocar el pasado y la única manera de salir de eso, es reconociendo la condición que tienes y reconocer que Dios tiene el control y puede ayudarte. No solo podemos vivir recordando el pasado sino también podemos vivir esperando el porvenir.
Sigue la próxima semana
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