EL EVANGELIO EN MARCHA
La Disciplina del Discípulo
JUAN 8:30-36
Por: Rev. Ricardo Carrillo
Hablando él estas cosas, muchos creyeron en él. Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres. Le respondieron: Linaje de Abraham somos y jamás hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo dices tú: Seréis libres? Jesús les respondió: De cierto, de cierto os digo, que todo aquel que hace pecado, esclavo es del pecado y el esclavo no queda en la casa para siempre; el hijo sí queda para siempre, así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres. Juan 8:30-36
Discípulo y disciplina vienen de la misma palabra, discípulo es alguien que se disciplina, en el cristianismo tenemos que entender que somos llamados a ser discípulos. No somos llamados a ser creyentes sin compromiso, cómodamente ubicado en un credo, sino que cada uno de nosotros estamos llamados a ser discípulos, de allí sale el nombre de nuestro tema: la Disciplina del discípulo.
Queremos extraer del anterior pasaje Bíblico tres requerimientos del discípulo; Juan 8:30 dice: Hablando él estas cosas, muchos creyeron en él. Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos
- “PERMANECER EN SU PALABRA”
Jesús está mostrando el principio del discipulado Cristiano, esto no viene de un curso de teología, sino que viene del mismo Señor Jesucristo; dice este verso que muchos creyeron en él, pero tenemos que detenernos aquí, eran judíos que habían creído, ¿Captamos lo que está en juego aquí?, creer en Jesús como hijo de Dios, siendo judíos, implicaba romper con la escuela religiosa sacerdotal de aquel entonces; era declararse abiertamente un revolucionario religioso.
Vamos a comprobarlo en Juan 7:48-49, ¿Acaso ha creído en él alguno de los gobernantes, o de los fariseos? mas esta gente que no sabe la ley, maldita es.
¿De quién estaban hablando? de aquellos que querían aceptar a Jesús como su Señor, como Mesías; veamos la declaración oficial de la casta sacerdotal dominante, de la escuela religiosa popular de aquel tiempo, veían a Jesús como un Anatema; los judíos que creían en Jesús estaban rompiendo con una atadura de muchos años, estaban rompiendo con una tradición, que hasta llegaba a maldecirlos, tenían como una atadura social al congregarse en la Sinagoga y el ser expulsado de la sinagoga significaba ser expulsado de la vida comunitaria.
Tenemos que entender que creer en Jesús, no solamente era estar en contra de los religiosos de aquel entonces, sino; estar en contra de la vida sociopolítica de la iglesia.
Juan 9:22: Esto dijeron sus padres, porque tenían miedo de los judíos, por cuanto los judíos ya habían acordado que si alguno confesase que Jesús era el Mesías, fuera expulsado de la sinagoga.
Los judíos tenían miedo de ser expulsados de las sinagogas, por el que dirán, es decir tenían más temor del hombre que de Dios. Y esto ocurre en nuestras iglesias también, muchas personas se conducen como cristiano, pero cuando se trata de dar testimonio a alguna persona que no conoce al Señor, cualquier pretexto es válido.
Cuando se trata de decir la verdad y permanecer en la verdad, es difícil para algunos; la vida cristiana es una disciplina, por favor entendámoslo.
ILUSTRACION
La palabra nos dice que nuestro si, debe ser sí; y nuestro no, debe ser no, estos son valores absolutos, valores que no cambian. Aún recuerdo como si fuese hoy, yo era encargado de las ventas mayoristas de una corporación transnacional en mi país, estaba a cargo del 80 % de la venta nacional.
Yo me había hecho Cristiano hacia muy poco tiempo, todos los de la compañía ya sabían y estaba conversando con mi gerente de ventas, cuando timbra el teléfono y me dice, por favor puedes contestar y yo respondo, “gerencia de ventas, y me contestan, por favor ¿podría comunicarme con el gerente de ventas? ¿Departe de quién? De Carlos Bacigalupo, un momento por favor, le comunico al gerente y me dice: dile que no estoy y yo le repliqué, díselo tú, porque yo no puedo mentir.
A muchos les cuesta decir la verdad, pero mi hermano, uno de los desafíos más grandes que tiene en la vida, el cristiano es disciplinarse en decir la verdad. Por ningún motivo la mentira te va a ayudar, para Dios estás pecando deliberadamente. Le tememos más al hombre, que al Dios Altísimo, y esto es el síntoma más frecuente de la persona religiosa, no cristiana, sino religiosa.
Otros caminan por las calles escondiendo las Biblias y entonces le temen más a los hombres que al mismo Dios. Miremos Juan 8:23: Y les dijo: Vosotros sois de abajo, yo soy de arriba; vosotros sois de este mundo, yo no soy de este mundo.
Que está diciendo Jesús: yo vengo de la eternidad y me meto en el tiempo, yo vengo del cielo, esto es la tierra, yo no soy como son ustedes, Yo Soy, a ustedes yo los hice, crean o no crean, si creen tendrán vida y si no creen van a morir.
Si seguimos la narración del texto Bíblico, muchos creyeron en él; y es a estos judíos, en estas condiciones que estamos describiendo, que Jesús les va a decir:“… si vosotros permanecieres en mi Palabra…” Juan 8:31b
SU PALABRA ES VERDAD
Queridos hermanos, y su palabra es verdad, este es el mensaje de hoy para nosotros y el requerimiento que Dios ha puesto en aquellos que creyeron en él. El requerimiento básico para seguir a Cristo es: el cristiano llamado tiene que permanecer, tiene que vivir una permanencia comprometida.
Esto no incluye experiencias subjetivas, hay personas que descansan en una visión, en un sueño, una conversión espectacular y han hecho de su experiencia el pasaporte de su vida espiritual y viven la vida como si estuviera todo solucionado.
Confío que vamos a entender esto: Permanecer en su Palabra, no significa permanecer en lo que yo estoy experimentando o lo que en una oportunidad experimenté; significa objetivamente que estoy tomando su Palabra y la estoy haciendo como rectora de mi vida; no trato de razonarla, ni de entenderla en su cabalidad; si no que estoy sometiéndome a su voluntad, permanencia, perseverancia, fidelidad comprometida.
Esto que vivimos en los países de primer mundo, se está viviendo en nuestros países, ya no descansamos tanto en la Palabra, sino estamos descansando en algunos grandes predicadores, se dice que nuestra generación, es una de las generaciones más analfabetas de la Biblia en la historia de la humanidad.
Sabemos mucho acerca de lo que se dice de la Biblia, pero sabemos muy poco de lo que la Biblia dice; porque no hemos entrado en la disciplina de beber de la fuente misma de la Palabra de Dios.
ENAMORADOS DE LA PALABRA DE DIOS
Cualquier persona que siquiera presuma que sirve al Señor, tendrá que conocer bien la Palabra de Dios y esto reclama un enamoramiento con la Biblia. La pregunta es: ¿Estamos enamorados de la Palabra? o nos aburre.
¿Prefiero llenarme de conocimiento de estudios de la Palabra, pero me aburro cuando abro mi Biblia? Esto pone a la luz los quilates de mi cristianismo: No solo de pan vivirá el hombre sino de toda Palabra que sale de la boca de Dios y esa Palabra esta acá en la Biblia, y necesitamos comerla.
Hermanos amados debemos de ir madurando en nuestra vida espiritual, de tal manera que empecemos a crecer, pero crecer en la verdad, no en conocimientos de otros; Crece de tal manera que puedas ver la Palabra de Dios con humildad, con candidez y comprensión y puedas descubrir el poder revolucionario que la Palabra tiene en nuestra vida.
En este tiempo de analfabetismo de la Palabra de Dios es urgente volver a la disciplina de la permanencia en la Palabra; ¿amamos la Palabra?, ¿Cuánto amamos la Palabra de Dios?.
Si mi hermano, debemos enfrentar nuestra responsabilidad de persona como todo ser humano, pero es necesario que mi vida espiritual y mi disciplina de discípulo se vayan forjando, voy a descubrir que no puedo vivir sin la Palabra, porque la Palabra es el pan de vida del cual se nutre mi alma y en un tiempo de apostasía como el que estamos viviendo, si no tenemos nuestros pies bien cimentados en el discipulado y su disciplina, vamos a terminar totalmente barridos por las corrientes de la mundanalidad y del secularismo.
Leer la Palabra demanda un poco de interés de parte de nosotros y antes de leerla tenemos que orar y pedirle al Señor, decirle que nos acercamos a Su Palabra y sabemos que el Espíritu Santo lo ha inspirado, ahora háblanos, por favor, de acuerdo a tu voluntad.
Y cuando preparamos nuestro corazón, a escuchar la Palabra con reverencia, la Palabra comienza a hablarnos, porque Dios es un Dios vivo; porque Dios habla con aquel que lo busca con sencillez de corazón, el Señor nos dice que debemos permanecer en la Palabra.
Muchas veces nuestras mentes están tan cansadas, los trajines de la vida diaria, las tensiones de un mundo acelerado como el nuestro, hace que mentalmente estemos cansados y no podamos dedicarnos calmadamente a escudriñar la Palabra y eso va desembocar en nuestra ruina espiritual.
“no solo de pan vivirá el hombre sino de toda Palabra que sale de la boca de Dios” Mateo 6:33
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