EL EVANGELIO EN MARCHA- PERLAS DEL ALMA
Palabras de paz
Por: Francisco Aular (faular @hotmail.com)
Les dejo un regalo: paz en la mente y en el corazón. Y la paz que yo doy es un regalo que el mundo no puede dar. Así que no se angustien ni tengan miedo. Juan 14:27 (NTV).
“Gracias pastor, tengo paz en mi corazón y en mi espíritu. Tengo paz con Dios”. Fueron algunas de las últimas palabras coherentes que pronunció aquel hombre, a quien yo asistía en un hospital, en sus últimos momentos en esta vida. ¿Es posible tener paz con Dios? No sólo es posible, sino que el único propósito por el cual hemos nacido humanamente hablando, en esta vida temporal. Dios no quiere que salgamos de este mundo, sin conocer esa paz con él y vivir a la altura de ella.
¿Que significa la expresión paz (heb.shalóm) de Dios? La palabra puede definir un saludo y para desear una bendición a quien tienen relación con el Eterno. JESÚS, puede darnos la paz como un regalo porque, Él, es el “príncipe de paz” prometido en Isaías 9:6). Sin duda como el MESÍAS prometido traerá la paz definitiva a este enguerrillado mundo cuando retorne en Su Segunda Venida.
Mientras tanto en la vida presente, la paz que nos ofrece y da JESÚS, nunca quiere decir que no tendremos problemas, sino que a pesar de las circunstancias de esta vida, Él estará con nosotros y procurará todo nuestro bienestar y bien supremo. El mundo ofrece una paz como cese de hostilidades, la evasión de problemas y el éxito y felicidad al final. Sin embargo siendo realista, esa era no ha llegado, ni llegará a un mundo como el presente. ¡Pero sí tendremos un fabuloso futuro al retorno de JESÚS!:
“El SEÑOR mediará entre las naciones y resolverá los conflictos internacionales. Ellos forjarán sus espadas en rejas de arado y sus lanzas en herramientas para podar. No peleará más nación contra nación, ni seguirán entrenándose para la guerra.” (Isaías 2:4, NTV).
Verá, por ahora, JESÚS ofrece “Y la paz que yo doy es un regalo que el mundo no puede dar. Así que no se angustien ni tengan miedo.” El SEÑOR hace posible la paz con Dios, con nosotros mismos y nuestros prójimos, porque es la paz que nos lleva a la victoria a pesar de las dificultades y las demandas de la vida, porque es la paz que ningún peligro ni los sufrimientos la pueden ensombrecer; también es la paz que sobrepasa largamente nuestras limitaciones humanas; la paz de quien sabe que todo lo que es y tiene, está en las poderosas manos de Dios.
La paz de aquel que no la busca en nada ni nadie en este mundo, que no sea JESÚS; la paz del que sabe que todo lo puede en JESÚS porque le da la fortaleza, y lo hace vivir en victoria, cualquiera sea su situación económica, social o cultural; la paz del que canta en medio del sufrimiento; la paz del que sabe que está muerto a este mundo y su vida “está escondida con Cristo en Dios” (Colosenses 3:3), y nadie ni nada lo puede apartar del amor de Dios.
La paz que es independiente de todas las circunstancias exteriores; la paz que a través de los siglos ha hermoseado el carácter y la pasión del cristiano nacido de nuevo por su amado JESÚS; la paz que posee todo aquel que rinde todo lo que es y lo que tiene a los pies de JESÚS; la paz del que deja aquí lo que puede perder, para ganar lo que nunca perece. Es la paz que triunfará al final de esta historia como la hemos conocido. ¡Alabado sea el nombre de JESÚS! Sí, Él y sólo El, es nuestra paz:
“¡Tú guardarás en perfecta paz a todos los que confían en ti; a todos los que concentran en ti sus pensamientos!” (Isaías 26:3,NTV).
PERLA DE HOY: Alabe a Dios por esa paz, que Él en su gracia da a sus hijos. Pídale, que usted pueda mostrar esa paz que ya posee, en todo lo que es y lo que hace.