Cuatro tipos de disciplina

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EL EVANGELIO EN MARCHA

Cuatro tipos de disciplina

Por: Rev. Ricardo Carrillo

Continuación…

  1. LA DISCIPLINA CON LOS HIJOS.

 

  “Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es justo. Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa; para que te vaya bien y seas de larga vida sobre la tierra. Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor” Efesios 6:1-4.

Solo está pidiendo que obedezcan, simplemente eso; obedezcan, no es discutir, no es razonar; los niños hoy responden a los padres porque no me gusta, no quiero.

Por favor veamos con cuidado lo que el Espíritu Santo quiere decirnos: No es lo que la psicología secular, ni la del mundo que está diciendo: Obedecer en el Señor. “la obediencia, ¡no, al cuestionamiento, si, al acatamiento en el Señor”.

Deben ser instruidos en la fe por la Palabra y ejemplo paternal. Es necesario que los niños sean instruidos por Palabra y el ejemplo, tenemos que cerrar ese circuito.

Queridos hermanos, los hijos van a obedecer sin cuestionamientos, en la medida que sean formados espiritualmente, no le pidamos peras al olmo; si como padres hemos sido mal ejemplo, si nuestro testimonio en la casa en cuanto a nuestro modo de vivir no ha sido el mejor, como vamos a exigir peras al olmo.

Los hijos van a asimilar lo que ven y en segundo lugar lo que se les dice y si hay contradicción, aquí habrá un corto circuito; pero puede resolverse hoy, si hoy te acercas al Señor y le pides perdón y luego te acercas a tus hijos y les pides perdón también, y comienzan de nuevo, ¿te atreves a hacer esta decisión? o quieres que el Señor te sorprenda hoy como ladrón en la noche. Esto es la disciplina formativa que los va a llevar a tener en la promesa de la Palabra de Dios, una larga vida.

El carácter formado de los hijos (disciplinados espiritualmente) repercutirá en larga y próspera vida. ¿Qué diría el padre del psicoanálisis Freud, de esto?: Vamos a proverbio 23:13-14 “No rehúses corregir al muchacho, porque si lo castigas con vara, no morirá; lo castigarás con vara y librarás su alma del seol (del infierno) Proverbio 23:13-14.

Lo está diciendo Salomón el hombre más sabio en la historia de la humanidad y está mostrando la disciplina correctiva que nace de Dios, repito, no del garrote.

 

III. LA DISCIPLINA DEL DINERO

Mira lo que dice 1 Timoteo 6:10 “Porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe y fueron traspasados de muchos dolores” 1 Timoteo 6:10.

Entregarle con alma, corazón y vida, la energía de mi ser viviente al vil metal, hay gente que mata y se deja matar por el dinero, desprecian la vida y endiosan al dinero. El dinero por cierto es necesario para vivir en el mundo que nos toca vivir, pero que no debe ser el motivo de vivir; si hay amor al dinero, Pablo advierte el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe.

Mire lo que dice por favor “está hablando a gente que tenía fe, gente que era creyente, que leía la Biblia, que iba a la iglesia, pero el amor al dinero que estaba escondido en un rincón del corazón, comenzó a crecer como una maleza extraña y asfixio la fe.

Y dice el pasaje: “… y fueron traspasados de muchos dolores.” Traspasados como con flechas, con mucha angustia y dolor por la maldición de un amor mal encaminado, del amor al dinero. El dinero es importante en la vida, cuando es tu servidor, pero cuando es tu amo, es el más vil de todos; la disciplina de dinero significa suplir las necesidades del hogar como dice 1 Timoteo 5:8: “Porque si alguno no provee para los suyos y mayormente para los de su casa, ha negado la fe y es peor que un incrédulo”.

Proveer a las necesidades del hogar, es una  responsabilidad solemne; suplir las necesidades de los más necesitados. El dinero debe ser administrado con sabiduría, porque también la disciplina del dinero nos permite apoyar la predicación del evangelio.

Y yo os digo: Ganad amigos por medio de las riquezas injustas, para que cuando estas falten, os reciban en las moradas eternas. El que es fiel en lo muy poco, también en lo más es fiel; y el que en lo muy poco es injusto, también en lo más es injusto.

Pues si en las riquezas injustas no fuisteis fieles, ¿quién os confiará lo verdadero? Y si en lo ajeno no fuisteis fieles, ¿quién os dará lo que es vuestro? Ningún siervo puede servir a dos señores, porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro; no podéis servir a Dios y a las riquezas: Lucas 16:9-13.

Servir como administradores de Dios, en  las riquezas de maldad para ganar almas para el Señor. Necesitamos aprender la disciplina del dinero, para nutrir las necesidades del hogar; para ayudar a los necesitados, para sustentar la predicación de la Palabra, en misiones o en un programa de su iglesia local.

Hemos visto ya lo concerniente a la disciplina del matrimonio; la disciplina de los hijos y la disciplina del dinero; nuestro cuarto punto es:

 

IV.LA DISCIPLINA DEL TIEMPO

 

El Salmo 90 es muy antiguo escrito por Moisés, que fue uno de los pocos hombres que pudo dialogar directamente con Dios y Dios le hablaba directamente. “Enséñanos de tal modo a contar nuestros días, Que traigamos al corazón sabiduría: Salmo 90:12

Moisés el hombre que hablaba con Dios le dice: Señor enséñanos, porque no entendemos, abre nuestros sentidos para captar lo que necesitamos captar. Enséñanos de tal modo a contar nuestros días, que traigamos al corazón sabiduría.

 

¿CÓMO INVERTIMOS NUESTRO TIEMPO?

Alguien examinó el tren de vida de un hombre hace algunos años, quizás en algunos casos no aplica, pero es un promedio de 75 años, la distribución del tiempo en una persona es más o menos así, considerando que alguien dijo que el 75% de la población de occidente muere antes de los 75 años.

De promedio de 75 años: 20 años la pasamos durmiendo, 14 años se invierten trabajando, 7 años se invierten estudiando, 6 años se invierten viajando, 5 años se invierten comiendo, 4 años en conversaciones, 9 años se invierten viendo televisión, 6 años se invierten en vacaciones y recreación, 4 años se invierten en enfermedades, total 75 años.

Y ¿cuánto invertimos para Dios?, tenemos que recordar que Dios nos creó para la alabanza de su gloria; el Señor le dijo a su pueblo 6 días trabajarás y el séptimo lo guardarás para descansar y dedicárselo al Señor; ¿Cuánto tiempo le dedicamos a Dios, a su Palabra, a orar, a reflexionar en la Palabra?. Debemos interesarnos en saber dónde estamos frente a la Palabra de Dios.

Muchas veces como predicadores tenemos un gran problema, porque no se trata que Dios me hable un mensaje, que es un mensaje dirigido para su pueblo, pero, ¿qué me dice a mí personalmente?; te doy gracias porque puedo entregar tu Palabra, pero necesito que me hables a mí, porque si tu no me hablas, voy a estar raquítico espiritualmente.

Yo necesito esa disciplina del tiempo, a solas con Dios; usted sabe cuál es el mejor momento para estar a solas con Dios, es de 2 a 3 de la mañana; en esa quietud, en el silencio del bullicio del mundo, decirle al Señor cuanto necesito de ti, háblame por favor, necesito de tu gracia, hay momentos en que Dios me da una Palabra y me tonifica y algunas veces me dice espera y se me viene a la mente el profeta Jeremías, en Jeremías 8:20: Pasó la siega, terminó el verano, y nosotros no hemos sido salvos.

Te pregunto, si el tiempo que Dios nos presta a ti y a mí, lo estamos usando con conciencia de eternidad, mi paso por este mundo ha sido de bendición, porque he sido trasmisor del mensaje salvador. ¿A cuántas personas has compartido el evangelio y cuantos  han decidido rendir sus vidas a Cristo? ¿Estoy bendiciendo a mi familia?, ¿a mi cónyuge, a mis hijos y al mundo que me rodea?  ¿estoy viviendo el tiempo de acuerdo a la voluntad de Dios?

Por favor leamos en Apocalipsis 10:6: Y juró por el que vive por los siglos de los siglos, que creó el cielo y las cosas que están en él y la tierra y las cosas que están en ella y el mar y las cosas que están en él, que el tiempo no sería más.

El tiempo como lo conocemos, no será más, entraremos a la eternidad y lo único que nos llevaremos tu y yo será nuestro carácter.

Lo que hemos hecho nosotros durante el tiempo, la disciplina del discípulo. Quiera Dios que las disciplinas que hemos visto, hayan sido de ayuda para nuestras vidas y que el Espíritu Santo las utilice con poder en nuestros corazones.

Pero la verdad es, si nosotros no consideramos seriamente estas disciplinas que nuestro Señor nos da, estamos perdiendo tiempo, estamos estancados en una religión inoperante y estamos desperdiciando la oportunidad de una vida transformada que Jesús nos brinda. Hoy es el tiempo aceptable, hoy es el día de salvación.

 

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