EL EVANGELIO EN MARCHA
Lección básica del discípulo
Por: Rev. Ricardo Carrillo
TEXTO BIBLICO: Lucas 5:1-11
Hemos intentado poner los primeros ladrillos para explicar lo que significa ser discípulo, es decir cada semana vamos a ir reuniendo elementos, hasta completar todo lo que significa el ser discípulo en la práctica en la vida de la iglesia. Es nuestra intención ir colocando semana a semana un ladrillo más para entender más lo que es ser discípulo.
¿Qué es un discípulo?, Un discípulo es una persona que voluntariamente se dispone a obedecer a Jesús y está dispuesto a seguir sus indicaciones y dejarlo obrar en su vida. Pedro tuvo 2 encuentros con Jesús; en el primer encuentro Jesús le hace la propuesta a Pedro, “Simón hijo de Jonás, serás llamado Pedro; Simón era la materia prima, lo que venía de sus padres, por supuesto que venía con todos los defectos de la naturaleza humana, absolutamente todos, Jesús le propone a ese hombre que era alguien impulsivo, rebelde, inestable y cambiante y le propone hacerlo firme, dócil, estable y sólido.
Esto sería todo un proceso y este sería el primer encuentro, en el segundo encuentro, Jesús se trasladó al mar de Galilea y ve a Simón y Andrés, y Jesús los invita a seguirle y allí comienza todo este proceso de seguimiento a Jesús, aquí comienza la historia de todo el seguimiento a Jesús. Es necesario que analicemos estos dos encuentros, porque los dos encuentros son totalmente diferentes.
¿CUÁL ES EL PROPÓSITO DEL SEÑOR CON ÉL?
En el primer encuentro el Señor Jesús le propuso a Simón un cambio de carácter, es decir tú eres Simón y tendrás que ser Pedro, este es un cambio de carácter. En el segundo encuentro Jesús le da una tarea determinada y le dice “serás pescador de hombres.”
Los dos encuentros fueron diferentes, en el primero se dirigió a la transformación de la persona, y en el segundo a la misión que tenía que cumplir.
Pero tenía que ser en ese orden, era necesario cambiar el carácter de la persona y luego recibir la misión que el Señor le ha encomendado. El Señor tiene una doble intensión sobre sus discípulos, trabajar sobre su carácter y después de haber trabajado sobre su carácter, entonces enviarlos.
¿Por qué es esto?, en primer lugar porque en la primera etapa, el hombre tiene que transformarse, estar con Jesús, recuerda que para eso fueron llamados los primeros discípulos, para estar con Jesús; el Señor llama a Pedro para estar con Él.
El crecimiento espiritual de la persona se va dando con el contacto personal que tengamos con el Señor, es decir; el Señor va ir modelando el carácter y para eso lo llama, para que esté con él y en esta relación con él se vaya plasmando un carácter diferente.
Por ejemplo, si la persona no sabe manejar su lengua, sus pleitos, sus amarguras, su economía, su orgullo, su vanidad; esta persona no puede ser útil para el reino de Dios; la persona tiene que aprender a manejar todas esas cosas para poder avanzar, por lo tanto, lo que primero que hay que cambiar es el carácter de la persona y una vez que entramos en la transformación del carácter, entonces el servicio va a ser efectivo.
Si empiezo a servir antes de la transformación del carácter de la persona, los resultados serán desastrosos, por eso Jesús los tomó y estuvo tres años formando su carácter.
TRANFORMACION DEL CARÁCTER: ENVIARLOS
La segunda etapa será enviarlos, el hecho de enviarlos significa que el discípulo ha aprendido, ha evidenciado un fruto perdurable y está listo para una misión. ¿Porqué muchos fracasan, como discípulos en la obra del Señor?, porque quieren entrar directamente a la acción, pero el Señor nos enseña que primero tiene que haber una trasformación, primero debemos estar convencidos que lo que primero tenemos que hacer es estar con el Señor y él tiene que trabajar en la transformación de nuestro carácter y en lo que somos.
En este tiempo en donde todo el mundo está en actividad y movimiento, todos quieren hacer, hacer, hacer; pero no todos están capacitados para hacer. Si la persona corta camino para evitar estar con el Señor y pasar por la escuela de la trasformación del carácter, entonces la acción de esta persona será mala, infructífera, estéril, dañina.
Jesús quiere mostrar las reglas de juego desde el principio para el discípulo. Simón y Andrés su hermano siguieron a Jesús como se sigue a un maestro, al principio el Maestro se movía dentro de la zona y los discípulos iban detrás de Él, pero continuaban con su trabajo.
Bueno allí ocurre este pasaje que va a cambiar la vida de estos discípulos; Simón era pescador y estaba en la playa, habían dos barcas una era de Simón y ponían las redes estiradas de una barca a otra y cuando sacaban las redes eran redes barredoras y según las leyes tacitas que regían en el mar de Galilea, los pescadores ¡no! podían dejar las redes colocadas, había que sacarlas, lavarlas y guardarlas.
Simón había estado pescando toda la noche y no pescó nada, ustedes conocen la historia, no lo vamos a repetir. Simón estaba frustrado por todo el esfuerzo perdido y aquí aparecen tres diálogos con Jesús, estos tres diálogos van a marcar las reglas de juego fundamental del discipulado.
JESUS LE PIDE LA BARCA
Y entrando en una de aquellas barcas, la cual era de Simón, le rogó que la apartase de tierra un poco y sentándose, enseñaba desde la barca a la multitud, Lucas 5:3
Jesús le pide a Simón la barca para predicar, le pide que la aleje de la orilla y Jesús la usa como pulpito, los que conocen algo de sonido, saben lo que significa esto, el agua es excelente proyector del sonido o sea que al alejar la barca, el agua multiplica la voz.
Jesús comienza a predicar a la gente, mientras que Simón continúa lavando sus redes; cuando Jesús termina de predicar, se produce el segundo diálogo
JESUS LE ORDENA QUE VUELVA A PESCAR
Cuando terminó de hablar, dijo a Simón: boga mar adentro y echad vuestras redes para pescar: Lucas 5:4.
Cuando Jesús le ordena a Simón que entre con la barca; Jesús le ordena a Simón que vuelva a pescar y se origina el primer conflicto entre Simón y Jesús, porque Jesús le dice a Pedro, boga mar adentro y echa las redes, ahora pongámonos en los zapatos de Pedro, ellos han lavado las redes, han guardado las redes y Jesús viene y les dice, vuelvan a meter las redes al agua, Pedro estaría pensando, pero si acabamos de salir del mar, he lavado mis redes, las he guardado y el problema estaba que cuando volvieran a entrar al mar, tendrían que volver a lavar las redes y volver a guardarlas.
Jesús estaba desafiando a estos hombres a realizar un trabajo doble, pero Jesús sabía lo que estaba haciendo, Pedro y Andrés y Jacobo no lo sabían, solo veían que iban a repetir todo el proceso de las redes, recogerlas, lavarlas y guardarlas y aquí viene el tercer diálogo de Jesús con Pedro.
JESUS MUESTRA SU PODER
Respondiendo Simón, le dijo: Maestro, toda la noche hemos estado trabajando y nada hemos pescado; más en tu palabra echaré la red y habiéndolo hecho, encerraron gran cantidad de peces, y su red se rompía. Lucas 5:5-7.
Seguro que Pedro miraba al Señor y pensaba, pero es un maestro espiritual, ¿qué sabe de pesca?, Pedro considera a Jesús como una autoridad espiritual, pero también cree que Jesús no sabe nada de pesca, pero por la fe echa las redes al mar.
Dice la Biblia que cuando echa la red, cae gran cantidad de peces, la red se estaba rompiendo y esto para un pescador avezado, es algo sobrenatural e insólito, no puede pasar esto, ¿por qué? Porque ya amaneció y al amanecer los peces bajan, ellos no podrían alcanzarlo en el fondo del mar, ellos saben que tienen que pescar de noche, que es cuando los peces suben y allí los recogen y si se fueron y lavaron las redes, entendieron que los peces estaban abajo, ahora la red esta tan llena que la red se rompe, cuando los peces estaban en las barcas se estaban hundiendo por la cantidad de ellos.
Es aquí cuando Pedro comprende que estaba al frente de alguien más que una autoridad espiritual, como él pensaba, estaba al frente de alguien más que un maestro, por esa razón Pedro dice: “Apártate de mi Señor, que soy un hombre pecador”
En este momento se produce un crack en la vida de Pedro, porque el deja de ver a Jesús como un maestro espiritual, él lo comparaba con Shelley, Shamai, Gamaliel, tremendos estudiosos de la Palabra de Dios de aquel entonces.
Era un Rabino más como estos, pero Jesús le demostró que era alguien más que un rabino, que era más que cualquiera de los sabios judíos, tiene un poder especial y este poder es de Dios. Desde este momento Pedro ya no lo llama maestro, lo empieza a llamar Señor, en ese momento aparece para Pedro la regla fundamental del discípulo, que es: “EL SEÑORIO DE CRISTO”
Sigue la próxima semana
SI USTED DESEA CONTACTARNOS, POR FAVOR LLÁMENOS AL (571) 217-2000