Mi padre, mi superhéroe

0
596

EL EVANGELIO EN MARCHA- PERLAS DEL ALMA

Por: Francisco Aular (faular @hotmail.com)

Mi padre, mi superhéroe

Hijos míos, escuchen cuando su padre los corrige. Presten atención y aprendan buen juicio, porque les doy una buena orientación. No se alejen de mis instrucciones. Proverbios 4:1,2 (NTV)

MI HOGAR CAMPESINO

  Cuando tenía ocho años, recuerdo my bien, mi madre y mi abuela materna, siempre hicieron delicias en nuestro humilde fogón, en aquel hogar campesino. Pero mi disgusto comenzaba al terminar las comidas y me llegaba mi turno para lavar los platos y las ollas. Eso incluía, ir a buscar el agua a un riachuelo algo distante de la casa. Así lo hice.

  MI HERMANO MAYOR Y SUS BROMAS: Tenía todo listo para empezar, pero José mi hermano mayor, quien era exceptuado de labores como la mía porque a sus diez años, era demasiado listo y el ayudante principal de mi padre en el campo, empezó a burlarse de mí “apúrate sirviente”, me dijo. Confieso que me puse furioso, entonces más se reía mi hermano… “sirviente estás perdiendo mucho tiempo”… Pero el montón de plato y ollas, me recordaba que si comenzaba de una vez terminaría pronto. Sin embargo, no podía esconder, el disgusto que tenía y rezongaba en voz baja.

“LO HAREMOS LOS DOS”: Entonces, sentí una mano tierna, sobre mi cabeza alborotaba, que cayó con la misma suavidad sobre mi hombro: “Negro Chico” -dijo con mucha ternura-. Era mi padre… ¡Lo haremos los dos!” Mi padre era el mejor contador de cuentos e historias que yo he conocido; él había sido trabajador de las Minas de Aroa del Estado Yaracuy, debió haber sido allí, donde aprendió los cuentos de los famosos escritores alemanes, los hermanos Grimm, y como buen relator, no los tradujo a nuestro escaso lenguaje que sabíamos.

“TODOS DEBEMOS SERVIR”: Todas las noches mi padre en el patio, antes de dormir, y bajo la luz de las estrellas, nos contaba uno de aquellos cuentos. En esos años, no había ningún héroe para mí como mi padre. Y muchas noches al acostarme, lloraba en silencio al pensar que un día, moriría y yo no estaba dispuesto a perderlo. Pero en aquella ocasión y solamente para mí, mientras él lavaba los platos y las ollas y yo los ponía a secar a un lado del fregador, me dictó una cátedra sobre el servicio. Nunca lo he olvidado. “Sabes Negro Chico, todos en este mundo somos sirvientes de alguien…hasta el Presidente de la República, es sirviente del Congreso…”

¡MI SUPERHÉROE!: Años, mas tarde y mientras yo les contaba esta anécdota a mis hijos, nos dimos cuenta que aquel sería el año 1953, en ese entonces, Venezuela estaba dominada por la dictadura de Marcos Pérez Jiménez. Sin embargo, en aquella tarde, mi padre me enseñó una de las verdades más grandes de una verdadera democracia, y de un verdadero servidor: ser un sirviente de todo corazón en el hogar, la familia y la sociedad… Así fue mi padre. Por eso, creo yo aquel hombre fue y es todavía en mis recuerdos: Mi padre, mi superhéroe.

ORACIÓN: Amantísimo Padre Celestial; ¡Gracias por ser mi padre eterno! ¡Gracias por hacerme parte de tu pueblo, antes de que el mundo fuese. Ayúdame a servirte y consumirme en ti para servir a otros y anunciar tu reino en esta generación. En el nombre de JESÚS. Amén.
PERLA DE HOY: Es posible que yo no sea el superhéroe que mis hijos piensan, pero si seré el servidor de ellos de todo corazón, mientras pueda.