EL EVANGELIO EN MARCHA
(1ª CORINTIOS 12:1-11)
Por: Rev. Julio Ruiz
INTRODUCCIÓN: Cuando hablamos de los dones espirituales hay creyentes que reaccionan con recelos o algunos se ponen nerviosos, porque en sus mentes la idea que tienen es que ese es un asunto no es para no es para ellos. Sin embargo, ese temor pudiera estar arraigado en el hecho de no saber cuál es la naturaleza de los dones espirituales. Al comenzar este tema es bueno decir algunas cosas que deben ayudarnos a conocer y profundizar lo relacionado a esta gracia del cielo de manera que vivíamos para usarlos. Por ejemplo, usted necesita saber que hay dones naturales, dones sobrenaturales y dones de servicio. Por otra parte, es necesario que estudiemos este tema para saber cuál es la diferencia entre los dones y los talentos naturales. El talento natural es aquello con lo que uno nace, por ejemplo, la destreza en la ejecución de un instrumento de música, el hermoso canto de una melodía o el arte de hacer cosas con las manos, los pies o la cabeza. Pero en el caso de los dones espirituales, ellos son dados por el Espíritu Santo como una gracia exclusiva. El don espiritual solo lo poseen los hijos de Dios al mismo instante que ellos le entregan su vida a él. Así que lo más triste de este asunto será pasar toda esta vida desconociendo cuál o cuáles dones espirituales tengo. Y este asunto fue desconocido en el pasado y sigue siendo ahora. Por otra parte, ninguna otra iglesia tuvo tantos dones espirituales como la iglesia a los corintios, sin embargo, no hubo una iglesia con tanta confusión como ella en el NT. Teniendo, pues, este trasfondo acerca de los dones espirituales, veamos cuáles son algunas verdades centrales que debemos responder cuando tratamos este importantísimo tema.
HAY UNA IGNORANCIA DE LOS DONES ESPIRITUALES (v.1)
1. Porque esto es más que otro asunto espiritual. La ignorancia espiritual es el “caldo de cultivo” para el error y la confusión. Hay muchas cosas espirituales que ignoramos en la vida cristiana. De hecho, creo que hay creyentes con un “analfabetismo” espiritual asombroso. El Señor le recordó a su pueblo que ellos perecieron por fala de conocimiento, por ignorancia de él y de su palabra (Os. 4:6). Ahora bien, cuando Pablo habla acá de los dones espirituales usa la palabra “neumático” para referirse a algo muy particular. Y es como si dijera, si bien es cierto que hay algunas cosas que pueden ser ignoradas, a lo mejor porque son muy profundas o porque no somos dados a profundizar ellas, lo que corresponde al tema de los dones espirituales no debe ser ignorado. Pero la verdad que nos sorprende es que este es el tema que menos se conoce entre el pueblo del Señor. ¿Por qué esto? Porque a veces el énfasis de muchas iglesias y pastores son hacer miembros, pero no discípulos. La primera cosa que aprende un discípulo es acerca de su don para servir. ¿Sabe usted cuál es su don?
2. Porque pensamos que no somos capaces de usarlos. El uso y el abuso de los dones espirituales ha hecho que muchos creyentes tengan sus temores y hasta complejos para usarlos. Por ejemplo, cuando se habla de esos dones espectaculares, los que parecieran que son los más buscados, hay creyentes que se sienten hasta intimidados porque piensan que ellos no pueden hacer nada cuando ven a otros haciendo tantas cosas y él no hace ninguna. Hay creyentes que ni siquiera se atreven a decir algo en público porque creen que no serán tomados en cuenta. La ignorancia de los dones hace que solo un 10% de la iglesia sea la que trabaje. Y de esta manera asisten a la iglesia, se reúnen frecuentemente y participan del compañerismo, pero siguen sin usar sus dones porque los ignoran, no saben finalmente cuál o cuáles dones poseen. La ignorancia de los dones espirituales ha sido la mejor manera cómo el diablo ha paralizado a la iglesia en este tiempo.
LOS DONES ESPIRITUALES SON UNA POTESTAD DEL ESPÍRITU (v. 11)
1. El Espíritu como dador de los dones. Este versículo es sumamente importante en todo este pasaje al momento de estudiar un tema tan necesario para la iglesia del Señor.Lo primero que descubrimos es que el dador de los dones es una tarea exclusiva de la tercera persona de la Trinidad. En esto observamos lo siguiente, que, así como Dios escogió al Espíritu Santo para engendrar al bebé Jesús en el vientre de María, ser el protagonista del inicio de la iglesia y el dador del poder a los apósteles, y además de todo quien nos convence de pecado, de juicio y de verdad, ahora se nos asegura que él es quien nos da los dones espirituales para que sirvamos en la iglesia.
2. Él reparte como quiso. Esta es otra garantía en la consideración del uso y abuso de los dones espirituales. Dos verdades surgen de esta frase. Por un lado, es la verdad que cada creyente posee por lo menos un don espiritual. La frase “a cada uno en particular” determina que al momento de nuestra conversión el Espíritu Santo nos dotó con un don del cielo. De así que no hay excusas respecto a si tengo o no un don espiritual. La otra parte de la oración es “como el quiere”. Esto significa que la potestad de los dones son su exclusivo derecho, que no es lo mismo que su propio criterio y de acuerdo con su única y soberana voluntad. De esta manera evitamos la controversia humana que no les toca a los creyentes darle las ordenes al Espíritu para tener los dones que más nos gustan. Con esto quedamos claro que el Espíritu Santo es mucho más sabio en lo que respecta la distribución de los dones que en la manera como nos gustaría a nosotros tenerlos. Al pensar de esta manera nos anteponemos a esa idea de poseer dones espirituales para jactarnos por ellos, o en su defecto, sentirnos menos que otros por no tener los dones que otros tienen. El Espíritu hará siempre lo mejor.
EXISTEN DIVERSOS DONES, PERO EL CUERPO ES UNO (vv. 4-6)
1. La belleza de la diversidad en la unidad. Con su estilo literario Pablo nos presenta esta sección de manera secuencial y por demás interesante. Lo primero que vemos es que, aunque hay una diversidad, se mantiene una unidad en todo su contenido. Y esta diversidad es vista en una especie de “tríadas formada por Dios, Señor y Espíritu”. Nos parece aún más interesante que en el gran tema de los dones del Espíritu Pablo describa como la Trinidad está envuelta en este tema para que no quede duda de su importancia. Observe el orden de este arreglo literario que Pablo hace. El Espíritu Santo como dador de los dones (carismas) espirituales, de manera que cada creyente sea poseedor de por lo menos uno. Por otro lado, aparecen los ministerios (diaconía) quienes son repartidos por el Señor. Y luego aparecen las llamadas “operaciones” o actividades (energuemata) siendo Dios quien lo da.
2. Muchos miembros, pero un solo cuerpo vv. 12. 14. En la Biblia encontramos muchas figuras acerca de la iglesia, pero esta como “cuerpo” es una de las más explicativas en cuanto a su naturaleza y razón de ser. Llama la atención que Pablo la introduzca exactamente en el tema de los dones espirituales, ¿por qué razón? Por un lado, por la diversidad misma. Ninguna cosa ha sido tan bien hecha como el cuerpo humano. La manera como están distribuidos los miembros ejerciendo sus funciones es asombrosa. Definitivamente el cuerpo es una obra maestra de un diseñador divino. El asunto que no todos los miembros tienen la misma función nos ayuda a entender porque en la iglesia debe existir la diversidad de dones, ministerios y operaciones. Imaginarse que en la iglesia existiera solo los dones de la enseñanza sería lo mismo que Pablo dice, cuando pregunta: “Si todo el cuerpo fuese ojo, ¿dónde estaría el oído? …” v. 17. Sería como un monstro. Pero el asunto es que, así como Dios nos creó con todos nuestros miembros haciendo su función, también el Espíritu Santo puso sus dones en la iglesia que hagan su función, pero manteniendo la unidad del cuerpo.
CADA DON ES NECESARIO COMO LO ES CADA MIEMBRO (vv. 24-27)
Cuando Pablo utiliza la figura del cuerpo habla en los términos de la variedad de miembros que posee. Es interesante la manera como menciona al ojo, los pies, el olfato, la mano, el oído… y siempre la referencia es a la utilidad específica de cada uno. Y en medio de esta analogía del cuerpo habla del cuidado que todos tenemos para con cada miembro, aun aquellos que parecieran insignificante. Llama la atención como el apóstol entra en su suposición como si los miembros hablaran. Por lado utiliza el ejemplo del ojo diciéndole a la mano que no la necesita. Es como si el ojo divisara algo con lo que el cuerpo va a chocar, y la mano que está puesta para detener al cuerpo automáticamente, entra en acción y evita el accidente. Lo mismo hace la cabeza (vv. 21) en relación con los pies. Es cierto que hay cabezas que funcionan sin los pies, pero son excepciones. Y el otro asunto que usa es lo de los miembros más débiles, los menos dignos y los que son menos decorosos (vv. 22, 23). Pablo nos dice que no por ser ellos menos, los ignoramos y no los cuidamos. Pues es lo mismo que pasa con los dones espirituales. Hay hermanos que tienen dones espirituales que pudieran verse insignificante, pero no solo son necesarios e importantes, sino que al igual que los miembros del cuerpo, los apreciamos, los queremos y los cuidamos. Este ejemplo nos dice que nadie es más importante porque tenga un don distinto.
CONCLUSIÓN: En el v. 7 Pablo pareciera darnos un resumen de todo lo que nos ha venido hablando de este tema. Con esto afirma la necesidad de no ignorar acerca de los dones espirituales. Por un lado, nos dice que indefectiblemente no hay creyentes que no tengan por lo menos un don del Espíritu. Esto implica que cada creyente tiene una manifestación del Espíritu en su vida. El otro asunto que nos ha dicho Pablo es el uso de los dones no implica que algunos, por ser más espectaculares, manifiesten más la presencia del Espíritu que otros. Ningún don me hace más espiritual que los demás. Ciertamente, cualquier don que se tenga, su propósito único es el de edificar a la iglesia de Dios (14:12). Ningún don es otorgado por el Espíritu para el consumo personal. Todos fueron dados para honrar al Señor.
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Julio Ruiz, es pastor de La Iglesia Bautista, Ambiente de Gracia, ubicada en 5424 Ox Rd. Fairfax Station, VA 22039 (pastorjulioruiz55@gmail.com)