El miércoles, otras 4.000 personas en Estados Unidos murieron a causa de la COVID-19, convirtiendo a enero en el mes más mortífero desde que comenzó la pandemia. El Gobierno de Biden pronostica que otros 90.000 residentes más morirán en Estados Unidos en las próximas cuatro semanas a medida que el virus continúe propagándose sin control en los 50 estados del país.
El miércoles, el equipo de respuesta al coronavirus del presidente Biden se reunió públicamente por primera vez. La reunión se realizó de forma remota, a través de la plataforma Zoom, y se transmitió en vivo desde el canal de YouTube de la Casa Blanca. Biden no estuvo presente en la reunión, lo que permitió a los científicos liderar las conversaciones. El asesor principal del equipo de respuesta a la COVID-19 de la Casa Blanca, Andy Slavitt, aplacó las expectativas del público sobre una vacunación rápida para la mayoría de los residentes de Estados Unidos.
Andy Slavitt: “Estamos tomando medidas para aumentar el suministro y la capacidad. Pero, aun así, pasarán meses antes de que todas las personas que quieran una vacuna puedan recibirla”.
La carrera para vacunar a los residentes del país se produce cuando las nuevas variantes del coronavirus se están extendiendo por todo el mundo, con mutaciones que pueden hacerlas más contagiosas y más propensas a evadir las vacunas existentes contra la COVID-19. (Fuente: Democracy Now)