Con mucho dolor, rabia e impotencia, miles de salvadoreños recuerdan a las víctimas de la masacre cometida por exsoldados del Batallón de Reacción Inmediate Atlacatl, contra civiles que vivían en el cantón El Mozote, departamento de Morazán, que sin justificación alguna fueron ligados con la antigua guerrilla del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), y cuyo genocidio sigue en la impunidad.
El miércoles 9 de diciembre de 1981 miembros del batallón Atlacatl, de la Tercera Brigada de Infantería de San Miguel y del Centro de Instrucción de Comandos de San Francisco Gotera, Morazán, ingresaron a La Joya, Los Toriles y El Mozote, con la misión de realizar un operativo de contrainsurgencia contra la guerrilla, sin embargo, en su camino principalmente encontraron niños, mujeres y ancianos, quienes uno a uno fueron ajusticiados sin darles tiempo de defenderse, más que solo con sus palabras pidiendo piedad y clemencia a sus verdugos.
Según registro de las autoridades, en esa masacre asesinaron a 553 menores de 12 años y el resto eras adultos mayores que estaban cuidando a los niños, para hacer un total de 978 personas asesinadas. Aunque hay otro registro que suma a más de mil personas que fueron ajusticiadas por los soldados.
Ese 9, 10 y 11 de diciembre sigue en la mente de los salvadoreños y en especial de las familias que perdieron a sus seres queridos, que no van a tener reconcilio en su corazón, hasta que los involucrados sean llevados a la justicia y paguen por los crímenes cometidos. Algunos de los jefes militares que participaron en la masacre ya murieron, como el caso del coronel, Domingo Monterrosa Barrios, que en ese momento tenía el grado de teniente.