Por: Rafael Lazo
José y Marta Delmy Rodríguez vivían la vida sin mayores angustias, en Richmond, la capital de Virginia, Estados Unidos, hasta que el 9 de agosto del 2021, una llamada telefónica, cambió toda la tranquilidad y paz en su hogar, era una voz que decía “Isaac ha sido baleado”.
Isaac Samuel Rodríguez, su hijo había recibido doce balazos de alguien que, hasta la fecha, no se sabe quién fue y porqué fue asesinado, dado que las investigaciones no han concluido, dicen sus padres.
“Eran las 9:40 de la noche, del 9 de agosto del 2021, fue un un día común y corriente para nosotros, veníamos de trabajar, tenemos una humilde compañía de pintura, y como todo típico salvadoreño, cenamos y nos acostamos; pero lamentablemente esa noche cambió todo nuestro contorno y nuestras vidas”, dice Marta, todavía sin superar ese doloroso hecho.
“Para nosotros fue un momento de locura, Isaac, apenas tenía 21 años, él murió en el acto, enfrente de su casa, en la Jefferson Davis Hwy, de Richmond, era un joven alegre, jovial, con muchos sueños, alguien que le encantaba armar y desarmar carros, era su pasatiempo”.
“Desde ese momento comenzó para nosotros, el doloroso camino de la vida; no es fácil pensar que de la noche a la mañana, una persona que amas, desaparece de tu vida”.
José Rodríguez, dice que no tiene idea de quien asesinó a su hijo, supuestamente hay algunos arrestos, pero no hay nada en concreto.
“Yo perdí a mi madre cuando lo tenía 11 años, la mataron en la guerra civil en El Salvador y fue un dolor fuerte perder a mi madre; pero el dolor de perder un hijo, no se compara, uno siente que le sacaron el corazón, se lo rajaron por mitad, le dejaron la mitad y se llevaron a otra”, comenta José.
RECOMPENSA
La familia Rodríguez, con la ayuda de varias personas en Richmond, por medio de la policía, ofrecen una recompensa de cinco mil dólares, a quien de pistas concretas sobre los asesinos de Isaac.
Marta dice que la recompensa sigue vigente, se espera que alguien informe a la policía, para aclarar este caso “Hoy somos nosotros, mañana pueden ser otros, y no es justo que una familia sufra la pérdida de un hijo”.
Hay personas que vieron, pero no sé por qué no quieren hablar, incluso hay una oferta, de que alguien que aporte datos y es indocumentado puede lograr residencia, dice José. “Sé que hay gente que vio, pero no quieren hablar, tienen miedo” es necesario que denunciemos para que la policía pueda actuar y limpiar la zona de delincuencia, dice.
Este angustiado padre, manifiesta que ha preguntado a varios amigos de su hijo, si él tenía problemas con alguien, si debía dinero, y le responden que no, por tal motivo, descarta cualquiera de esas hipótesis.
TERAPIA DE AYUDAR AL NECESITADO
La muerte de su hijo Isaac, afectó mucho la salud de su padre José, es por eso que su esposa Marta estaba muy preocupada, “Esta tragedia fue en agosto; el 1 de octubre, a José le dio un derrame cerebral, le dan terapias, pero yo sentía que no le ayudaban”.
A los seis meses del asesinato de Isaac, muere quien era su novia, en un trágico accidente; “Ante esta situación y decidimos con José, regalar el espacio para que enterraran su cuerpo, cerca de donde estaba enterado nuestro hijo; esta acción, de solidaridad, hizo bien a mi esposo”, comenta Marta.
“Descubrí que a José le hacía bien, ayudar a los demás y fue de esta manera que, también debido a que el padre de la novia de Isaac, cayó en depresión; en medio de esa situación, le ofrecimos arreglar su casa; junto a nuestros empleados, se la remodelamos; yo le vi el cambio a José, cuando él estaba haciendo algo por otra persona, estaba emocionado, de tal manera, que estas acciones nos han llevado a involucrarnos en llevar más ayuda a gente necesitada y constituir la fundación con el nombre de nuestro hijo”, comenta Marta.
En diciembre de 2022, invitados por el cónsul de Woodbridge, Guillermo Olivo, llevaron una buena cantidad de juguetes para entregarse a niños en esta cede consular.
Posteriormente se ha llevado alguna ayuda a un alberque de Richmond y se hace entrega económica a personas necesitadas en El Salvador, entre otras acciones de solidaridad.
“Algunas personas se unen y me regalan juguetes y otros productos y junto a José vamos a repartir; yo veo la expresión de José cuando él está con otros niños, como que se transporta en otra dimensión o se trae al recuerdo a Isaac; esa es la mejor terapia que hemos encontrado, para superar ese dolor” comenta Marta.
Hace ver que tienen varios proyectos de ayuda para los próximos meses, por lo que invita a quienes deseen unirse, que lo hagan.
FUNDACIÓN
Marta descubrió con los meses, que una forma para aliviar el dolor tanto de ella como de su esposo José, era ayudar a gente necesitada, principalmente niños y ancianos; es por eso, que han constituido una fundación con el nombre de Isaac Samuel Rodríguez, para recolectar ayuda y trasladarla a los necesitados, principalmente juguetes, comida, ropa, ayuda monetaria en casos extremos y la restauración de casas dañadas, habitadas por ancianos de escasos recursos, entre otros.
Asimismo, Marta cree que su espíritu de solidaridad es hereditario, “mi abuela era de las que les daba de comer a la gente cuando no tenían que comer, yo vengo arrastrando eso, de generación en generación, me siento más feliz dando que recibiendo”, expresa.
La Fundación de Isaac, tiene dos razones, una es ayudar a otros y que el nombre de Isaac no quede en el olvido, que cada vez que nosotros donamos, a las personas que le donemos les vamos a regalar una camisa con el logo de la fundación, dicen José y Marta.
Ellos esperan que el nombre de Isaac Rodríguez no se olvide, “nosotros pedimos humildemente, nos ayuden a hacer justicia, porque él no merece quedar en el olvido, queremos respuestas”.
RESTAURACIÓN Y PINTURA
José y Marta, están dispuestos a servir y ayudar a quienes lo necesiten, por ejemplo, dicen que si hay ancianos, gente discapacitada, que necesite que le restauren su casa o habitación, ya sea pintándola o haciéndole algunas reparaciones, ellos con gusto, van con sus empleados, para hacerles el trabajo gratis.
“Nosotros hemos experimentado que somos más felices dando que recibiendo; no es que tengamos dinero, pero además de ayudar sentimos que nuestras acciones nos ayudan para superar el dolor de la pérdida de nuestro hijo” comenta José.
5% PARA AYUDA
En su compañía de pintura, los esposos Rodríguez, han decidido que el 5% de dinero, de cada contrato obtenido, es destinado para la fundación.
Por otro lado, hacen ver sus trabajadores, reciben un almuerzo gratis todos los días, como parte del agradecimiento hacia los empleados.
DESDE 1989 EN RICHMOND
José Rodríguez, se estableció en Richmond, desde que llegó de El Salvador, en 1989, como la mayoría de sus compatriotas, emigró a esta nación huyendo de la guerra entre el FMLN y el gobierno y por la falta de oportunidades para crecer y desarrollarse.
Don José aprendió la soldadura en El Salvador, pero el primer trabajo que encontró en Estados Unidos, fue en construcción, como carpintero “Empecé ganando cuatro dólares la hora, a los tres meses ya ganaba nueve dólares”. Con mucha experiencia en la carpintería, el destino lo ha llevado junto a Marta, a dedicarse a la pintura, donde ya lleva 14 años y son muy reconocidos.
Si usted sabe algo de los autores de este crimen, comuníquese con la policía de Richmond, Virginia.
Si usted desea unirse a esta fundación de ayuda a los necesitados comuníquese con Marta o José Rodríguez, al Tel. 804-400-1532