En horas de la madrugada de este viernes falleció monseñor Joao Scognamiglio Clá Dias, fundador de los Heraldos del Evangelio, cuyo movimiento católico fue reconocido por los papas Juan Pablo II y por Benedico XVI.
Su muerte fue registrada a las 2:30 de la madrugada. Clá Dias tenía 85 años de edad, siendo autor de 27 obras que fueron traducidas a varios idiomas, destacando los títulos “Fátima, albores del tercer milenio” y “Los inéditos sobre los evangelios”.
Joao Scognamiglio Clá Dias, nació el 15 de agosto de 1939 en Sao Paulo, Brasil, en el seno de una familia de raíces italianas y españolas.
Se dice que desde muy joven sintió el llamado a formar y guiar a la juventud en la fe. Su encuentro en 1956 con el doctor Plinio Correa de Oliveira, prominente líder católico en Brasil, marcó profundamente su vida, convirtiéndose en su fiel discípulo. Se unió a la Tercera Orden del Carmelo y, poco después, a la Sociedad Brasileña de Defensa de la Tradición, Familia y Propiedad.
Sin embargo, en 1958 se enlistó al ejército brasileño, siendo distinguido con la medalla Marechal Hermes, alta condecoración militar.
Luego siguió estudios en Derecho en la Facultad del Largo S. Francisco, donde culminó con una licenciatura y recibió formación de importantes dominicos de la escuela tomista de Salamanca. Posteriormente, obtuvo también títulos en Psicología y Humanidades, y se doctoró en Derecho Canónico en la Universidad Pontificia de Santo Tomás de Aquino, en Roma, además de profundizar en estudios teológicos.
Fue fundador del Instituto Filosófico Aristotélico-Tomista y el Instituto Teológico Santo Tomás de Aquino, además de la revista científica “Lumen Veritatis” y la publicación católica Heraldos del Evangelio.
Inspirado en el legado del doctor Plinio, inició una experiencia de vida comunitaria en Sao Paulo en los años 70. Tras el fallecimiento de su mentor en 1995, fundó tres entidades de derecho pontificio: La Asociación Privada Internacional de Fieles Heraldos del Evangelio, aprobada en 2001 por el Papa Juan Pablo II, y las sociedades clericales Virgo Flos Carmeli y Regina Virginum, que fueron reconocidas en 2009 por el Papa Benedicto XVI.
En 2017, renunció a sus cargos de superior general de los Heraldos debido a su salud, afectada por un ictus, aunque continuó asistiendo a las organizaciones que fundó. Fue distinguido por el Papa Benedicto XVI con la medalla Pro Ecclesia et Pontifice en reconocimiento a su labor en la Iglesia.