El Senado estadounidense ha confirmado a Pam Bondi como fiscal general de Estados Unidos, por lo que ha entregado el control del Departamento de Justicia a una fiel aliada de Trump que se ha negado a decir si el presidente perdió definitivamente las elecciones presidenciales de 2020.

Los demócratas temen que Bondi utilice el Departamento de Justicia como un arma para vengarse de los enemigos políticos del presidente estadounidense.
La confirmación de Bondi se produce después de que Trump despidiera a decenas de fiscales de carrera y agentes del FBI que trabajaron en dos casos penales interpuestos en su contra: el manejo indebido de documentos clasificados por parte del presidente estadounidense y sus colaboradores en Mar-a-Lago, y la insurrección del 6 de enero de 2021 en el Capitolio de Estados Unidos.

El martes, dos grupos diferentes de agentes del FBI presentaron demandas para bloquear la divulgación de los nombres de miles de empleados del Departamento de Justicia que trabajaron en esas investigaciones criminales. (Fuente: Democracy Now)