El presidente Trump ha ordenado a las fuerzas armadas estadounidenses asumir el control de una estrecha franja de la frontera de Estados Unidos con México, que se extiende a lo largo de unos 3.200 kilómetros no contiguos, desde el océano Pacífico hasta el estado de Nuevo México.

Con esta transferencia de tierra, el Gobierno de Trump busca evadir la legislación federal que prohíbe emplear a militares estadounidenses en la aplicación de la ley nacional, que incluye las funciones propias de los agentes de inmigración. (Fuente: Democracy Now)