EL EVANGELIO EN MARCHA
La relación con tus seres queridos depende de tu capacidad de escuchar y expresarte
El Señor nos aconseja que nos pongamos de acuerdo para caminar juntos. Y ¿qué es lo más importante para ponerse de acuerdo y hacer un pacto? Definitivamente lograr una buena comunicación. Incluso con Dios, con quien debemos buscar una relación estrecha a través de la oración. Así que debemos aprender a comunicarnos. Muchas veces no estamos de acuerdo con alguien, pero podemos lograr acuerdos a través de una buena comunicación.
A veces pedimos el don de hablar lenguas y profetizar, porque esto implica una estrecha relación con el Espíritu Santo, ya que es un don que Él nos ofrece, pero también deberíamos darle importancia al don de comunicarnos y comprendernos entre nosotros. Sabemos que nuestras palabras tienen valor y son determinantes para compartir un mensaje. Si no nos expresamos claramente, no podemos comunicarnos.
La Palabra dice que si la trompeta diera sonido incierto, es imposible prepararse para la batalla, es decir que si no nos comprendemos no podemos ponernos de acuerdo. Para que toda la familia salga a la batalla, el líder debe comunicar bien el mensaje. Para edificar y trabajar en equipo hay que darse a entender. Si no nos explicamos bien es como si fuéramos extranjeros que hablamos diferentes idiomas. ¿Cuántos extranjeros tenemos en la familia porque no hablamos el mismo lenguaje? Por favor, procuremos ser más claros para expresar lo que nos sucede, solamente al intentar hablar el mismo idioma podremos resolver las situaciones y procurar ser felices.
Si hablare con mi esposa sobre algo, debo prepararme y orar para que pueda encontrar las palabras correctas y expresarme bien para que me comprenda. Debemos planificar lo que diremos, así como planeamos nuestras presentaciones en la oficina y con los clientes. Nuestra familia es el auditorio más valioso e importante, por lo que debemos planear nuestras conversaciones. Medita lo que quieres decir a tus hijos para no actuar impulsivamente y desatar una tormenta de reproches. Pide a Dios la capacidad para explicar lo que intentas decir.
Lo primero que debemos tomar en cuenta para mejorar nuestra comunicación es establecer una línea directa sin intermediarios. No se vale enviar mensajes con terceras personas. Lo que tengas que decir, ¡dilo tú! El segundo consejo para mejorar la comunicación es realmente estar presente al momento de hablar, es decir, prestar toda la atención a la persona con quien hablamos.
Hay que ser sensatos en la comunicación, ordena tus prioridades, esfuérzate por estar presente al momento de hablar y escuchar. Tercer consejo, insisto, prepara tus conversaciones, no dejes tus palabras a la suerte porque es muy probable que te equivoques. Además, evita frases como: “¿Me comprendiste?”, o bien: “Nunca me comprendes”. Es mejor preguntar si nos explicamos claramente.
El cuarto consejo es evitar los distractores externos. Me refiero al celular, la computadora, el periódico o cualquier cosa que exprese indiferencia frente a quien hablamos. Ahora es muy común ver escenas en las que los padres e hijos están juntos, pero cada uno encerrado en su propio mundo, como en una burbuja.
Eso no es compartir tiempo, solamente espacio y no aporta valor a la buena comunicación. Para estar conectados con tus seres queridos debes desconectarte de los aparatos que te comunican con el resto del mundo. Es irónico que ahora, en plena era de las comunicaciones, ¡estamos cada vez más lejos de las personas más próximas! Claro que es genial que sea tan fácil compartir con el mundo lo que hacemos y pensamos, pero debemos aprender a regular el uso de los aparatos de comunicación y de las redes sociales para que no nos alejen de aquellos con quienes vivimos y debemos compartir más tiempo.
¡No puede ser que una madre tenga que enviar un mensaje de texto a sus hijos en la habitación de al lado para decirles que la cena está servida! Antes, el castigo para un joven desobediente era no salir de casa, ahora da lo mismo porque siempre están afuera, ya que los aparatos los mantienen conectados con el mundo real y virtual. Puede ser que tu cuerpo esté en un lugar, pero tu mente y corazón están del otro lado de planeta.
Debemos evitar que los vínculos más íntimos se rompan y que las relaciones humanas se conviertan en fríos mensajes a través de un aparato. Si bien podemos establecer una conversación utilizando una computadora, no hay nada como el contacto físico y la comunicación frente a frente.
Si no reaccionamos a tiempo, la fractura entre los miembros de la familia y de la sociedad será difícil de reparar. Esto lo digo especialmente a los jóvenes, quienes son ese conector entre generaciones y los responsables de la forma de comunicación en las familias del futuro, las que ellos formarán. ¿Es a través de una computadora o de un celular que los adolescentes de hoy quieres establecer vínculos con sus futuros hijos? Creo que no, porque nada sustituye el beneficio de abrazar y besar a una persona amada, y eso debe quedar claro ahora para que sea una herencia que se transmita a las próximas generaciones. ¿Cómo podemos rescatar la comunicación personal? Pues estableciendo reglas claras. Por ejemplo, ¿qué tal si en casa a la hora de la cena todos dejan su celular en una cajita especial? O bien, ¿cómo funcionaría que a partir de las 9 de la noche se desconecte el internet? ¡Esas pueden ser soluciones para provocar un tiempo especial para conectarnos y amarnos!
En Su Palabra, Dios nos dice que escuchar es fuente de sabiduría y que al contrario, es tonto y vergonzoso no escuchar. Yo pienso que si Jesús viviera, no solo diría: “Toma tu cruz y sígueme”, sino también: “Apaga tu celular y escucha”. ¿Puedes imaginar a Jesús en la última cena con Sus discípulos chateando y respondiendo mensajes? ¡Cuántas cosas bellas nos perdemos por no poner atención a quienes tenemos frente a nosotros! Es tiempo de pedir perdón por permitir que los aparatos nos alejen de nuestros seres queridos. Puedes usar la comunicación para hacer el bien o para fracturar tus relaciones, depende de ti. Pídele al Señor que te ayude a comunicarte mejor con tu familia y con tus amigos, Él desea enseñarte, porque sabe que de ello depende tu bendición. Dale gracias por la oportunidad de conectarte con Él y con tus seres queridos.
Versículos: 1 Corintios 14:8-11 Y si la trompeta diere sonido incierto, ¿quién se preparará para la batalla? Así también vosotros, si por la lengua no diereis palabra bien comprensible, ¿cómo se entenderá lo que decís? Porque hablaréis al aire. Tantas clases de idiomas hay, seguramente, en el mundo, y ninguno de ellos carece de significado. Pero si yo ignoro el valor de las palabras, seré como extranjero para el que habla, y el que habla será como extranjero para mí. 1 Corintios 14:13 explica: Por lo cual, el que habla en lengua extraña, pida en oración poder interpretarla. Proverbios 18:13 aconseja: Es muy tonto y vergonzoso responder antes de esc