Nacer de nuevo

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EL EVANGELIO EN MARCHA

Nacer de nuevo

Por: Enrique Monterroza

 

Una oración para aceptar a Cristo en nuestro corazón cualquiera lo puede hacer, pero Dios nos llama a NACER DE NUEVO, lo cual no tiene que ver solo con una pequeña oración, sino también con un estilo de vida.

Cuando uno de los maestros de Israel en el tiempo de Jesús llamado Nicodemo se acercó al Señor para hablar con él, Jesús le dijo:“Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios.” Juan 3:3 (Reina-Valera 1960).

Como lo dije anteriormente NACER DE NUEVO tiene que ver con un estilo de vida, con hacer todo lo que anteriormente no hicimos, es ver la vida desde diferente perspectiva con un objetivo trazado que no es otro que agradar a Dios en todo.

Nacer de nuevo tiene que ver con ir dejando nuestra vida antigua, para vivir una nueva en Cristo Jesús. ¿Por qué hay muchas personas que dicen seguir a Cristo pero sus fruto no lo reflejan?, porque simplemente no han nacido de nuevo, solamente repitieron una oración, quizá asisten regularmente a una Iglesia, pero su vida en su día a día no refleja que Cristo vive en él o que nació de nuevo.

A veces creemos que estamos haciendo bien, solo porque religiosamente asistimos a la Iglesia los días de servicio, pero más allá de una asistencia Dios demanda de nosotros una vida que a través de nuestras acciones prediquemos lo que Cristo ha hecho en nosotros transformando nuestro ser desde el día que nos rendimos a Él.

 

Algunas características de una persona que ha nacido de nuevo son:

–         Vive con el objetivo en su mente y su corazón de agradar a Dios en todo lo que hace.

–         Cuando falla o peca siente un dolor muy profundo en su corazón por haberle fallado al Señor y como consecuencia busca rápidamente la restauración en su presencia.

–         No se conforma a saber que Cristo lo salvo, sino que también busca que otros sean salvos por medio de Cristo Jesús.

–         Le causa dolor cuando el nombre de Cristo es vituperado.

–         Tiene una comunión diaria con Dios, ora, lee la Biblia, reflexiona en la Palabra del Señor y busca siempre alimentar su espíritu.

–         Ayuda al necesitado, pues su corazón tiene compasión por los desfavorecidos en este mundo.

–         Su forma de hablar es diferente, pues siempre incluye a Dios en sus charlas sin ser cansino ni religioso extremista.

–         Comprende a los demás y los ve como un alma necesita del Señor, no critica, sino ayuda, no derriba, sino levanta, no pisotea, sino restaura.

–         Usa la Biblia como su manual diario de vida, es decir trata de obedecer a su palabra negándose a sí mismo y siguiendo el camino de Cristo.

–         Vela constantemente por su vida espiritual, ya que reconoce que se encuentra en una lucha espiritual diaria.

–         No se rinde en su camino hacia la eternidad, ya que reconoce que a pesar de las dificultades de la vida, Dios ha prometido estar con el.

Estas y muchas otras descripciones caracterizan a una persona nacida de nuevo, la pregunta es: ¿Estamos dando frutos que hablen de nosotros como unos hijos de Dios nacidos de nuevo?

Nosotros somos valiosos para Dios, por lo tanto deberíamos vivir cada día agradecidos porque Él nos hizo nacer de nuevo, como dice su Palabra: “Él, por su propia voluntad, nos hizo nacer de nuevo por medio de la palabra de verdad que nos dio y, de toda la creación, nosotros llegamos a ser su valiosa posesión.” Santiago 1:18 (Nueva Traducción Viviente).

Vivamos cada día recordando que fuimos llamados a nacer de nuevo y como consecuencia nuestra vida tendría que ser un testimonio vivo de lo que Dios está haciendo en nosotros.

No nos cansemos de hacer el bien, aun cuando no veamos las respuesta que quisiéramos de la gente, si otros deciden no dar frutos de haber nacido de nuevo, nosotros que entendemos la importancia de esto los demos, no porque otros lo hacen o no, sino porque personalmente Dios quiere que nosotros los demos.

Que nuestro único modelo de vida sea nuestro Señor Jesús, que imitemos su forma de andar por la vida, su forma de pensar y de actuar frente a las situaciones que diariamente se nos presentan, entonces, cuando actuemos como Él comenzaremos a reflejar que realmente hemos nacido de nuevo.