EVANGELIO EN MARCHA
PERLAS DEL ALMA
El camino de la grandeza familiar
Por: Francisco Aular (faular@hotmail.com)
Los hijos son un regalo del Señor; son una recompensa de su parte. Los hijos que le nacen a un hombre joven son como flechas en manos de un guerrero. ¡Qué feliz es el hombre que tiene su aljaba llena de ellos! Salmo 127:3,4 (NTV)
Charles R. Swindoll en su libro Afirme sus valores, comparte una bella ilustración a través de una leyenda, de lo que en esencia marcaría la pauta del segundo momento o etapa de la familia: “Entre las leyendas hay una que habla de un superintendente y mirón medieval, que preguntó a tres albañiles de una obra que estaban haciendo. El primero contestó que ponía ladrillos; el segundo describió su tarea de cómo edificar un muro; pero aquel que demostró verdadera estima por su trabajo fue el tercero, cuando dijo: “Estoy construyendo una gran catedral”.
Haga la misma pregunta a dos padres cualquiera en relación con su papel en la familia y probablemente obtendrá el mismo tipo de contraste. El primero, puede que diga: “Estoy manteniendo a una familia”; pero el segundo verá las cosas de un modo diferente, y exprese: “Estoy criando hijos”. Aquel considera que su trabajo es poner pan en la mesa; pero éste, ve las cosas desde la perspectiva de Dios: está participando en la formación de vidas humanas.”
¡Qué precioso momento cuando llegan los hijos al hogar! “Los hijos son un regalo de Dios”. “Son como flechas en manos de un guerrero.” ¡Disparemos esas flechas hacia el blanco de la voluntad de Dios! Sin embargo, requerirá que nos concentremos en amarlos, guiarlos y educarlos para que sean hombres y mujeres de bendición tanto en la vida familiar, como en la eclesiástica, y en la sociedad.
El hogar es el lugar apropiado para sembrar los valores que los harán seres útiles en medio de un mundo necesitado de lo puro y lo grande. En esta etapa tenemos muy poco tiempo para hacer de ese pequeñín, un monstruo o un santo. De las instituciones que Dios ha creado para que los seres humanos puedan aprender sus deberes y derecho como: la familia, el estado, la escuela y la iglesia.
¡Nadie puede superar la familia en producir a hombres y mujeres de bien! Pensando en esto de la responsabilidad de los padres en la buena crianza de sus hijos, está corriendo por la red del Internet, un escrito que editó el Departamento de Policía de Houston, Texas, cuyo título es “Como criar hijos delincuentes”, dice así:
- Déle a su hijo todo lo que pida. Pensará que tiene derecho a obtener todo lo que desea.
- Ríase cuando su hijo diga malas palabras. Crecerá pensando que el irrespeto es divertido.
- Jamás reprenda a su hijo por su mal comportamiento. Crecerá pensando que no existen reglas en la sociedad.
- Recoja todo lo que su hijo desordena. Crecerá creyendo que otros deben hacerse cargo de sus responsabilidades.
- Permítale ver cualquier programa de televisión. Crecerá creyendo que no hay diferencias entre ser niño y ser adulto.
- Dé a su hijo todo el dinero que pida. Crecerá pensando que obtener dinero es fácil y no dudará en robar para conseguirlo.
- Póngase siempre de parte de él, contra vecinos, maestros y policías. Creerá que lo que él hace siempre está bien y son los otros lo que están mal.
“Siguiendo estas instrucciones le garantizamos que su hijo será un delincuente y nosotros tendremos una celda lista para él.”
Si alguien le pregunta que está haciendo de importante en su vida, responda: Estoy levantando una familia para la gloria de Dios, porque la Biblia dice: Los hijos son un regalo del Señor; son una recompensa de su parte. Los hijos que le nacen a un hombre joven son como flechas en manos de un guerrero. ¡Qué feliz es el hombre que tiene su aljaba llena de ellos! No pasará vergüenza cuando enfrente a sus acusadores en las puertas de la ciudad. Salmo 127:3-5 (NTV) Sí, este el camino de la grandeza familiar.
ORACIÓN: Amado Padre Celestial; Tú diseñaste el matrimonio y la familia para que el ser humano sea feliz. Gracias te doy por mi familia e invoco tu bendición sobre cada familia y hogar en cualquier lugar, ya sea una choza, una cabaña, en las granjas o en las ciudades; haz que en cada hogar se sienta tu presencia e influencia bienhechora. En el nombre de JESÚS, amén.
PERLA DE HOY: Tener flechas no te hace un buen arquero, ni tener hijos un buen padre.