La única palabra inspirada por Dios

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EL EVANGELIO EN MARCHA

La única palabra inspirada por Dios

2 TIMOTEO 3:14-17

Por: Rev.Julio Ruiz, Pastor de Iglesia Bautista Hispana Columbia, Falls Church, Virginia

 

pag 20INTRODUCCIÓN:¿Por qué decimos que la Biblia es un libro único sobre todos los demás? La palabra “único” nos viene del número “uno”; que es singular, y sin compañía. Eso significa que es diferente de todos los otros y no tiene igual o semejante. El número uno es indivisible. De esta manera Dios se nos presenta como un ser único, porque no hay otro como él. Por eso se dice: “Jehová nuestro Dios, Jehová uno es” (Dt. 6:4). La Biblia como libro es “único”, y es uno, pues mantiene una singularidad sobre todos los demás libros con su contenido. La Biblia es única en su continuidad. Fue escrita en uno periodo de unos 1.500 años; a lo largo de unas 60 generaciones y por unos 40 autores, de todas las clases sociales, incluyendo reyes, campesinos, filósofos, pescadores, poetas, estadistas, eruditos. Fue escrito en diferentes lugares que incluía: desiertos, cárceles, palacios, viajes, y en una isla como lo hizo Juan con su Apocalipsis. Fue escrita bajo distintos estados de ánimo, que incluyó el gozo de un David, o la tristeza de un Jeremías. Fue escrita en tres idiomas: hebreo, arameo y griego. Además fue escrita en tres continentes: Asia, África y Europa. La Biblia es única porque contiene prosa, poesía, narrativa histórica, romance, derecho, biografía, parábolas, alegorías y profecías. Ningún otro libro llega a tener tanta variedad como parte de sus escritos como lo tiene la Biblia. La Biblia se dirige a cientos de temas difíciles, sin una sola contradicción. Y aunque es cierto que es un libro de una gran diversidad, sin embargo, a pesar de esto, se desarrolla una sola historia continuada, y lo hace sin contradecirse. El tema central de la Biblia es la salvación del hombre. De de allí que la Biblia tenga a Dios como su autor principal. Él es único, pero se nos ha revelado como Padre, Hijo y Espíritu Santo. En su tema sobre la salvación, nos presenta al salvador y Señor Jesucristo. Como alguien lo dijo: “Hay una vena que recorre toda la Biblia con la sangre de Cristo”. ¿Por qué decimos que la Biblia es inspirada por Dios, haciéndola única y perfecta para ser obedecida?

 

I. CONOZCAMOS EL PROCESO QUE DIOS USÓ PARA INSPIRAR SU PROPIA PALABRA

 

1. La forma como se dio su revelación. Antes que el hombre pusiera en escrito la palabra de Dios, ésta tenía que ser revelada. Así que este es el proceso mediante el cual los “santos hombres de Dios” escucharon del mismo Señor lo que él mismo quiso que fuera escrito. Para esto, Dios se valió de distintos medios de modo de dar a conocer su especial revelación. De esta manera podemos saber que Dios habló por medio de sus ángeles (Gn. 18; Lc. 1-2). Habló por medio de su voz audible (Gn. 3:9-19). Lo hizo hablando con voz suave y apacible (1 Re. 19:11-12). Dios nos habló por medio de su naturaleza (Sal. 19), y también lo hizo a través de animales (Nn. 28:28). Pero también lo hizo a través de sueños (Gn. 28:12), de visiones (Is. 6:1-6). Y en lo que podamos llamar la “revelación previa”, lo hizo a través de la llamada “Cristofanía”, lo que también se conoce como la “teofanía”.

 

2. La forma cómo se dio su inspiración. ¿Qué significa esto? Bueno, este es el proceso mediante el cual el hombre plasmó en un papiro o pergamino lo que Dios le habló. Así como al principio de la creación del hombre Dios sopló “aliento de vida”, y fue el hombre un “alma viviente”, así también Dios “sopló” en la mente del hombre las palabras que luego serían escritas. El texto que estamos considerando nos afirma la inspiración por si misma de la Biblia (v. 17). El apóstol Pablo confirma la inspiración de la Biblia al decir que la muerte y la resurrección de Cristo fue “conforme a las Escrituras” (1 Cor. 15: 3, 4). Cuando escribe a los hermanos de Tesalónicas les recuerda que ellos recibieron, no la palabra de los hombres, sino “la palara de Dios” (1 Tes. 2:13). Y Pedro, quien también creía que los escritos de Pablo eran inspirados (2 Pe. 3:15, 16), nos reafirma su creencia en la inspiración de la palabra de Dios (2 Pe. 3:2).

 

3. La forma cómo se da la iluminación. Es el proceso mediante el cual la palabra inspirada por Dios llega a cada corazón. Este es el trabajo que pasa del hombre, con su propio estilo, a la obra del Espíritu Santo, quien enciende la luz en cada corazón hasta convencer y convertir a cada persona por medio del sacrificio que hizo Jesucristo en la cruz. Es en efecto, el momento cuanto el Espíritu Santo te convence de pecado, juicio y verdad.

 

II. CONOZCAMOS LAS PRUEBAS DE LA INSPIRACIÓN QUE HACEN ÚNICA A LAS SAGRADAS ESCRITURAS

 

1. Hay una prueba arqueológica. En su libro: “Y la Biblia tenía Razón”, Werner Keller, científico alemán convertido al Señor, se dio a la tarea de comprobar que las referencias a lugares, personajes y eventos que se registran en la Biblia, se pueden comprobar a través de esta ciencia. Estos descubrimientos arqueológicos han arrojado mucha luz para entender aún mejor la palabra de Dios y saber que los que creemos en ella no somos ignorantes e iletrados que lo único que hacemos es poner nuestra la fe en “un libro negro” al que se ha dado por llamar la Biblia. Así que lo más grande de la Biblia es que los hombres que se han convertido por ella, que antes negaban su poder y eficacia, ahora ellos se han dado a la tarea de comprobar que “la Biblia tenía razón”, y que todo lo descubierto desde el fondo de la tierra, después de muchos años, han revelado, por ejemplo, que el lugar donde nació Abraham es real. Que los tiempos cuando vivió José son auténticos. Que el sello de Baruc, el escriba de Jeremías encontrado, es el mismo… Y así, gracias a la arqueología, la Biblia es un libro de confianza que puede probarse.

 

2. Hay una prueba científica (Job 26:7). La Biblia ha tenido a sus burladores que afirman que toda ella está llena de contrariedades y que al pasar por “el ojo de la ciencia”, se descubren sus errores. Pero contrario al desdén de sus enemigos, el tiempo ha reivindicado una vez más la precisión y la autenticidad de del mensaje de la Biblia. Unos simples ejemplos nos ayudarán a callar a los enemigos de nuestra fe y aquellos que han tratado de ridiculizar la palabra de Dios. La Biblia había dicho muchos años antes que la tierra era redonda (Is. 40:22). Por cierto que este fue un tema de un gran debate en la edad media, descubriéndose para ese tiempo lo que ya la Biblia había dicho. La Biblia nos dice que la tierra está suspendida en el espacio (Job 26:7). Bueno, en el año 1687 Isaac Newton comprobó lo que la Biblia dijo a través de la ley de la gravedad. ¿Qué más podemos decir? La Biblia afirma que el número de las estrellas se encuentran por millares (Gn. 15:5). Ahora sabemos por el invento de los telescopios, que solamente en el sistema solar donde pertenecemos, hay millones y millones de galaxias y cada una de ellas contiene millones y millones de estrellas. La Biblia es digna de nuestra confianza.

 

3. Hay una prueba profética. Bien pudiéramos llamar esto como la prueba interna de la palabra misma. Lo que alguien profetizó mucho tiempo atrás se cumple con una precisión asombrosa. Tome en cuenta este ejemplo. El profeta Isaías menciona a Ciro el rey persa, por su nombre, 125 años antes de que naciera (Is. 44:28). ¿Cómo pude ser esto? Pues solo la Biblia ha logrado esta precisión. Se nos dice que el 27% de la Biblia es profética y que hay un total de 1.817 profecías. De estas, por lo menos el 80% se han cumplido. Por supuesto, y para los efectos de este mensaje, las profecías en torno a la llega de Cristo tienen un cumplimiento perfecto. El profeta Miqueas (5:2), dijo que el Mesías nacería en Belén de Judea, y así se cumplió. Isaías (40:3), habló del hombre que sería el precursor del Mesías, y así se cumplió. El profeta Zacarías (9:9), habló que el Mesías entraría en Jerusalén montado en un pollino, y así lo hizo. Los salmos hablan del amigo que lo traicionaría, de sus pies horadados, de la gente apostando a las pies de la cruz, y que su cuerpo no vería corrupción (Sal. 22: 8, 16; 34:20; 41:9; 34). Otros hablarían de sus heridas, traición por 30 piezas de plata… La Biblia es digna de confianza.

 

III. RESULTADOS DE LA INSPIRACIÓN QUE HACE ÚNICA A LAS SAGRADAS ESCRITURAS

 

1. Que es infalible (Sal.19:1). Esta declaración significa que las Escrituras son incapaces de fallar. Todo lo que la Biblia dice es verdad y todo lo que promete sucederá. La razón para que esto sea así fue expresado por el salmista, cuando dijo: “La ley de Jehová es perfecta, que convierte el alma…” (Sal. 19:1). De esto se desprende que la Biblia no puede contener ningún error, pues sería decir que Dios mismo contiene errores. La Biblia es el libro perfecto porque se constituye en la revelación perfecta de la mente de Dios traída al hombre pecador. La “inerrancia” es la otra palabra que define la infalibilidad de la Biblia, y significa que “la Biblia contiene la cualidad de ser libre de error. Que está exenta de confundir por algún error”.

 

2. Que está completa (Apc. 22:18, 19). Apocalipsis fue el último libro que se escribió. No en vano Juan dijo estas palabras finales: “Yo testifico a todo aquel que oye las palabras de la profecía de este libro: Si alguno añadiere a estas cosas, Dios traerá sobre él las plagas que están escritas en este libro. Y si alguno quitare de las palabras del libro de esta profecía, Dios quitará su parte del libro de la vida, y de la santa ciudad y de las cosas que están escritas en este libro”. Esto quiere decir que la Biblia está completa. No necesitamos añadir nada más a lo que ya se nos reveló. Dios ha terminado sus Escrituras y tenemos en nuestras manos el récord perfecto y completo de la revelación divina. Los santos hombres de Dios, que fueron inspirados por el Espíritu Santo, nos han dejado un total de 66 libros: 37 del Antiguo Testamento, y 29 del Nuevo Testamento.

 

CONCLUSIÓN:“Toda la Escritura es inspirada por Dios” esto significa que la Biblia es el único libro escrito por inspiración de Dios; él es el único ser que le dio su origen. Pero en esa inspiración Dios guió personalmente a sus escritores para que, usando su propia personalidad, nos dejaran el registro de lo que hoy conocemos como la Santa Biblia. Fue Pedro, quien al respaldar lo que Pablo dijo, escribió también: “Porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo”. (2 Pe. 1:21). De todo esto se desprende que las Escrituras no solo están libres de error, convirtiéndose en el único libro perfecto, sino que tiene el poder para cambiar la vida de todos los que la oyen. Vea la promesa de Juan 5:24. La Biblia es el libro que “convierte el alma”.

 

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