EL EVANGELIO EN MARCHA
Sembrando Futuro
Por: Pastor Juan Arispe
REGLAS Y OBEDIENCIA (CONTINUACION)
Colosenses 3:20 “Hijos, obedezcan a sus padres, porque eso agrada al Señor”
Continuando, con lo que hemos venido compartiendo con ustedes acerca de la familia y las reglas que deben aplicarse en todo hogar cristiano o no. Si usted desea tener una familia armónica y funcional, donde haya respeto y consideración entre sus miembros, debe leer con atención esta serie de artículos. Un hogar sin reglas, es una familia que está destinada a la ruptura, desintegración y lo que es peor; esto se reproducirá en las descendientes.
PREGUNTESE, ¡QUE HERENCIA QUIERO DEJARLE A MIS HIJOS!; y no le estoy hablando de una herencia monetaria, sino la más importante, una herencia de moralidad y de buenos modales. La obediencia de aprende desde temprana edad, cuando se imponen reglas precisas y claras, además de una continuidad en su aplicación. Muchos padres esperan que sus hijos estén más grandes para imponer las normas y reglas, pensando que si lo hacen cuando están muy pequeños, es una manifestación de desamor y es todo lo contrario, si usted verdaderamente ama a sus hijos, debe comenzar a enseñarle límites y que no todo es permitido y no todo debe hacer como a ellos les parece. Usted tiene la responsabilidad de fijar las pautas y los caminos a seguir. Cuando las pautas y las reglas se imparten con amor, los niños se sienten amados y apreciados, NUNCA IMPONGA UNA NORMA O PAUTA, CUANDO ESTE ENOJADO (A).
Si el niño, siente que las reglas son impuestas a conveniencia de los padres, sin explicárselo previamente, el puede sentirlo como una amenaza y en su interior se rebelará y esta rebeldía en su momento se expresará en desobediencia.
TODA PAUTA CONDUCTUAL QUE USTED PONGA EN PRACTICA, DEBERA EXPLICARLA CLARAMENTE A SUS HIJOS. Otro aspecto a ser tomado en cuenta, es que los hijos deben aprender que toda conducta trae consecuencias. La conducta obediente traerá consecuencias positivas y por el contrario, la desobediencia traerá consecuencias negativas. Efesios 6:1 dice “Hijos, obedeced a vuestros padres en el Señor porque esto es justo”.
Tenemos que enseñarles a nuestros hijos, las bendiciones que vienen cuando son obedientes y respetuosos a las reglas y pautas puestas en casa, por sus padres. En toda familia funcional, amorosa, los padres deben fijar sus metas en dos cosas: amar a sus hijos, expresarles su amor y hacerles comprender que porque los aman, los disciplinan. La Biblia, habla que Dios disciplina al que ama. Efesios 6:4 “Y vosotros padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en la disciplina e instrucción del Señor”. Todo este proceso conlleva a tres pasos: 1-Establecer reglas. 2-Fijar consecuencias (tanto buenas como menos buenas).
3-ADMINISTRAR DISCIPLINA.
1-Establecer Reglas: Que hacer o dejar de hacer, esa es la naturaleza de las reglas. Las reglas dan dirección al núcleo familiar. Uno de los elementos a ser tomado en cuenta cuanto se implementan las reglas, es que, estas deben de ser lo más claras posibles, para que de esa manera no haya confusión y así poder implementarlas y cumplirlas. Las buenas reglas deben ser: claras, explicitas, entendibles, mutuas, justas, discutidas en el seno de la familia. Cuando nos reunimos para implementar las reglas y exponerlas al grupo familiar, los padres deben ser lo más claro posible, no usar tantas palabras que confundan, por ejemplo: No usar celular, mientras comemos, lavarse las manos antes de comer, hacer los deberes al llegar de la escuela, etc., etc. Deben ser lo más explicitas posibles, que todos en casa la entiendan, hablarlas en un lenguaje sencillo, pocas palabras y siempre ir al punto que queremos regular, no mezclar varias cosas porque produce confusión, por ejemplo: cuando llegues de la escuela debes hacer tus deberes, pero antes debes tal y cual cosa; esto produce confusión y es posible que no se haga ninguna de las cosas planteadas.
Las reglas deben ser entendidas por todos los miembros de la familia, si alguno no la entiende, es deber de los padres, explicarlo y si es posible ejemplificarlo. Deben ser mutuas, es decir, deben de ser compartidas tanto por la madre como por el padre. Los dos deben estar de acuerdo en la aplicación de las reglas, ya que el desacuerdo, trae consigo la desautorización por parte de uno de los padres y por ende confusión en los hijos, porque no van a saber a quién deben obedecer. Continuaré la próxima semana con esta serie de artículos, esperando sea de utilidad para su familia.
Si necesitas más ayuda, no vaciles en llamarnos estamos para ayudarte a ti y a tu familia.
Nunca es tarde para comenzar y no importa cuál sea la situación, para DIOS nada es imposible.
SIEMBRA HOY Y COSECHARAS MAÑANA.
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