Técnico alemán: “Volvemos a empezar de cero”

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Joachim Loew, técnico de la Selección Alemana

DEPORTES

Fuente: FIFA.com

 

En realidad, Joachim Loew ha sido siempre la imagen misma de la serenidad y la confianza en lo que hace. Desde hace algunas semanas, sin embargo, el seleccionador alemán parece haber alcanzado nuevas cotas de paz interior, motivada sin duda por la consecución de un trofeo largo tiempo soñado y para el que había preparado con gran minuciosidad a su equipo.

El actual entrenador de la selección campeona del mundo disfruta abiertamente del título, pero no por ello ha perdido la ambición, y espera con impaciencia la oportunidad de refrendar el éxito alcanzado.

Joachim Loew, técnico de la Selección Alemana
Joachim Loew, técnico de la Selección Alemana

El estratega de la Selva Negra tiene ya que hacer frente a importantes desafíos. Tres piezas clave en su equipo han dicho adiós a la selección (Philipp Lahm, el capitán; Miroslav Klose, máximo goleador histórico; y Per Mertesacker, el eje de la defensa), y Loew debe ahora dar con la tecla para cubrir su ausencia.

La Eurocopa de la UEFA Francia 2016 se adivina ya en el horizonte, y para Alemania sólo puede haber un objetivo: conquistar el cetro continental para reafirmar su condición de campeona del mundo.

Durante la Conferencia para Seleccionadores Nacionales y Directores Técnicos de FIFA/UEFA celebrada en San Petersburgo (Rusia), hablamos con Loew sobre su gran victoria en la Copa Mundial de la FIFA Brasil 2014™, de sus emociones durante las semanas que siguieron a la consecución del título, y de sus perspectivas de futuro.

Señor Loew, viene usted de vivir grandes emociones en las últimas semanas y meses. ¿Puede describirnos en pocas palabras cuáles han sido sus sensaciones durante las semanas transcurridas desde la victoria en Maracaná?

La alegría inmediatamente posterior a la conclusión de la final del campeonato mundialista fue inmensa, qué duda cabe. Durante dos o tres días vives en una nube mientras te haces a la idea de que has ganado. Es una sensación maravillosa. Y luego, cuando después de ocho semanas fuera vuelves a tu país, te das cuenta de la ilusión que ha generado todo el asunto. En Berlín, cientos de miles de personas salieron a la calle para darnos la bienvenida. Fue algo fascinante, increíble.

¿Qué pasó luego?

Dondequiera que vas se acaba hablando siempre de aquel acontecimiento. Poco a poco percibes que aquello afectó emocionalmente a la gente de manera extraordinaria. Con el paso de las semanas, además, vas tomando conciencia de que un título de campeón del mundo es algo para la eternidad. Hemos pasado a la historia, hicimos algo que no se olvidará nunca. Saber que ése es tu legado te deja una sensación muy agradable.

Hablemos de la faceta deportiva: ¿cuándo empezó para usted el proceso que ha conducido a este éxito? ¿Y cuáles han sido en su opinión los momentos claves de ese recorrido?

Ha sido un camino largo y complicado, que comenzó en 2004, por entonces aún con Juergen Klinsmann. Ha habido momentos difíciles, momentos en los que recibimos muchas críticas, pero nos mantuvimos firmes en nuestras ideas. Queríamos volver a ganar un gran título. ¿Y qué teníamos que hacer para conseguirlo? Hubo aspectos del juego en los que tuvimos que trabajar con especial hincapié. Nunca nos hemos dado por satisfechos con que las cosas estén simplemente “bien”. Por supuesto, ha habido algunos momentos determinantes. Perdimos la final de la Eurocopa 2008, por ejemplo, y en la Copa Mundial de 2010 y la Eurocopa de 2012 caímos eliminados en semifinales. Pero yo siempre he mantenido que desde 2004 nuestra progresión ha sido constante, y estaba convencidísimo de que conseguiríamos superar ese último escalón. Así ha sucedido en 2014. Era el momento, y el equipo estaba preparado.

 

Cabe imaginar que de puertas adentro no se dudó nunca de la bondad de su modelo, pero la opinión pública alemana les ha presionado exigiendo títulos. ¿Se siente reivindicado ante el público tras hacerse con la Copa Mundial?

No necesariamente ante el público, pero sí que ha sido un espaldarazo, una confirmación ante el cuerpo técnico y los jugadores, de que íbamos por buen camino. Poco a poco nos íbamos planteando nuevos objetivos, porque queríamos mantener un ritmo constante de mejora. Ahora que lo hemos conseguido, y que quizá algún que otro jugador ha llegado a superarse a sí mismo en su rendimiento, me siento enormemente satisfecho como entrenador.

Con la renuncia de Per Mertesacker, Miroslav Klose y Philipp Lahm, la selección alemana ha perdido jugadores muy importantes en su esquema. ¿Prevé muchas dificultades para suplir estas bajas?

En el juego de selecciones es muy habitual que tras un gran torneo se produzcan cambios de este tipo. De ese modo, además, se abren oportunidades para los jóvenes. Pero es cierto que hablamos de tres futbolistas con los que llevaba diez años trabajando y con los que mantenía una relación de confianza muy estrecha. Juntos hemos pasado por momentos muy difíciles y por fases extraordinarias. Además, los tres tenían un valor importantísimo para nosotros desde el punto de vista humano. Su personalidad, su forma de hacer las cosas y los valores que representaban nos han aportado mucho. Desde el punto de vista deportivo, evidentemente, tener que renunciar a estos tres jugadores es una pérdida enorme. Per Mertesacker estabilizaba la defensa, Miro Klose había llegado a ser el máximo goleador de la selección y Philipp Lahm lleva diez años desplegando ininterrumpidamente una clase mundial. Los vamos a echar de menos.

Alemania cuenta en la actualidad con muchos futbolistas jóvenes que, sin embargo, juegan a un altísimo nivel. ¿Ha pesado esta circunstancia en la decisión de prolongar su contrato como seleccionador nacional?

También tenemos problemas en algunas demarcaciones. Eso que se oye ahora de que tenemos jugadores de talla mundial a puñados no es cierto. Pero sí contamos con unos cuantos futbolistas con un talento excepcional. Y yo me he visto con ganas suficientes de afrontar la Eurocopa de 2016 con un equipo que, además de haber rendido a gran nivel, es todavía muy joven. Muchos jugadores no han llegado todavía al cénit de sus carreras. Contamos con muchos futbolistas jóvenes, y otros muchos que vendrán después de ellos. Por eso creo que todos tenemos todavía grandes retos por delante.

 

¿Qué importancia tiene para su trabajo el resultado de análisis como los que lleva a cabo, por ejemplo, la Conferencia para Seleccionadores Nacionales y Directores Técnicos de FIFA/UEFA en San Petersburgo?

Lógicamente, las estadísticas están integradas en nuestro trabajo, y ahí ya aplicamos criterios propios. ¿Qué esperamos ver en nuestros jugadores? Por ejemplo: para nosotros no es sólo determinante cuánto corre en total un jugador, sino también la intensidad con la que corre. ¿Cuántas faltas cometemos por partido? ¿Cuántas veces recuperamos el balón? ¿Cuántos pases damos en el último tercio del campo? Ahí hay varias cuestiones que considero muy importantes y que procuro tener presentes para el siguiente partido, y por supuesto para los próximos meses y los próximos dos años.

El camino a Francia 2016 ha comenzado ya. El partido que Alemania ganó en Dortmund por un ajustado 2-1 ante Escocia fue tan complicado como cabía esperar. ¿Cuáles son sus conclusiones a medio plazo?

Digámoslo así: pese a lo fantástico que es el título, y pese a todo lo que nos ha dado, volvemos a empezar de cero. Participar en un Mundial, y no digamos ya llegar a la final, genera necesariamente una serie de desafíos para el futuro inmediato. Los jugadores han tenido poco tiempo de preparación y muy poco descanso. Además ha habido cambios dentro del equipo, así como cinco o seis bajas por lesión. Esos son problemas con los que tendremos que lidiar durante las próximas semanas. Es algo que ya vivimos en 2006 y 2010: después de un Mundial (que es siempre extenuante para todos los participantes) se dan situaciones en las que los futbolistas se lesionan y no están disponibles. Por eso me hago a la idea de que en octubre y noviembre habrá algunos cambios. Tenemos que encontrar la manera de capear ese periodo. A partir del próximo año, creo yo, podremos empezar a preparar a la selección para la fase final de la clasificación y para el próximo torneo.

¿Qué le parece el Grupo D de clasificación para la Eurocopa?

Contra Polonia ya hemos jugado alguna vez. Es una selección con jugadores de primerísimo nivel, como Robert Lewandowski o Lukasz Piszczek. Muchos de ellos juegan en la Bundesliga o en grandes ligas internacionales, conocen bien a nuestros futbolistas y tienen mucha experiencia. Es un equipo que ha evolucionado y está en un momento dulce de juego. Irlanda y Escocia, por su parte, son equipos muy combativos. No va a ser un grupo fácil. No digo que no podamos imponernos, pero no va a ser un paseo.

Ser campeón mundial es de por sí difícil, pero ahora son ustedes el equipo a batir para todo el mundo. ¿Lo percibe usted?

No sabría decírselo. Es posible que nuestros adversarios le pongan un poquito más de ganas cuando se enfrenten a la vigente campeona del mundo. Hemos pasado de ser la selección número dos a ser la número uno. Todos van a por nosotros. Pero también es verdad que antes todo el mundo jugaba con un plus de motivación contra Alemania. Si alguien consigue vencer a Alemania en la fase de clasificación, ese país lo considera siempre un logro enorme. Es algo a lo que nos hemos acostumbrado con el paso de los años.