EL EVANGELIO EN MARCHA
Sembrando Futuro
EL HOMBRE CRISTIANO EN EL MUNDO DE HOY
Por: Pastor Juan Arispe
En esta semana, comenzaré una nueva serie de artículos referente a el padre como líder de gran influencia en la formación de los hijos, la cobertura del hogar, el referente para los hijos varones, etc. De cada uno de estos roles vamos a ir desarrollándolos en los próximos artículos. Las influencias a la que está sometido hoy por hoy el hombre hace que descuide los roles principales que el Señor le ha dado.
En estos tiempos el hombre y padre cristiano se encuentra asediado por toda una serie de situaciones que exigen mucho de nosotros, la familia, el trabajo, las finanzas, el rol de padre, esposo etc. a diario nos ponemos numerosos sombreros y no nos damos cuenta, en oportunidades descuidamos nuestro MINISTERIO el de mi familia poniendo adelante otras cosas menos importantes y es porque lo que hemos heredado de nuestro padre es lo que ponemos en práctica.
Nosotros somos producto de la imitación de nuestras figuras parentales masculinas y es así que muchos de los recuerdos que tenemos es de un padre: ausente, irresponsable, violento, borracho, etc. y esa misma relación en oportunidades es la que tenemos con Nuestro Dios Padre.
Confundimos la situación y así como tenemos ese enojo con nuestro padre carnal en oportunidades lo llevamos al Padre celestial, descuidando las enseñanzas y ese gran libro que nos dejó.
A través del Nuevo Testamento vemos como Jesús habla de la relación de él con el Padre una relación de respeto, de admiración y de obediencia sin imponer el terror o la violencia. En muchos de nuestros hogares cristianos tenemos a un padre que ejerce las funciones a medias, un hombre que en oportunidades tiene que valerse del terror, de la violencia del mal manejo del enojo para poder resolver las cosas, sin recurrir primero a la oración, al ayuno, a la búsqueda de Dios, etc.
No podemos seguir permitiendo que nuestro pasado destruya lo que Dios tiene para nosotros en el presente. Debemos reconocer los problemas ocultos que amenazan nuestro destino y enfrentarlos.
Todos tenemos heridas invalidantes e incapacidades ocultas en nuestro hombre interior. Como nosotros podemos caminar a través del tiempo solamente de una forma con nuestro Jesús; El nos puede poner cómodos con las partes incomodas y en paz con nuestras debilidades y daños.
Hay algo que es importante que sepamos “Usted nunca llegará a ser lo que quiere ser hasta que no se elimine lo que suele ser”. La paz solo viene cuando nos desafiamos a nosotros mismos, cuando dice cosas de si mismo que posiblemente no las haya admitido delante de su esposa, sus amigos o sus padres. Estas secuelas son enemigas del alma y no nos permiten realizarnos como Dios quiere.
Romanos 1:21,28 “Pues habiendo conocido a Dios, no lo glorificaron como a Dios …Y como ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios, Dios los entregó a una mente reprobada, para hacer cosas que no convienen.” Muchas veces nos volcamos a nuestros recursos, seríamos entonces auto-destructivos. Dios nos desafía de maneras especiales y únicas para ayudarnos a saber como somos, a despecho de nuestras flaquezas.
Nuestra salvación está en el hecho que Dios puso su mano sobre nosotros, nosotros tenemos un asiento que nos reservó el Señor, no importa lo que seamos: embustero, abusador, violento, adicto, “Ellos desestimaron el poder de Dios para cambiarlo a usted” Y recuerde lo que dice Romanos 4:17 “Dios llama las cosas que no son, como si fuesen”.
El es el único que nos puede convertir, transformar, solo una cosa El nos pide que le entreguemos nuestro corazón y todo nuestro ser y El lo hará. Podemos ser culpables de violencia doméstica o abuso mental, pero Dios dice “cuando yo me comunique con él, estará por convertirse en un diácono en la Iglesia. Dios tiene que prepararlo. Usted necesita estar listo antes de que pueda sentarse en el asiento que él le reservó.
Cuando usted guiaba embriagado por la autopista, Dios tenía a sus ángeles vigilándolo. Mientras usted abofeteaba a su mujer y se jactaba de que jamás había ido a la iglesia, Dios lo protegía asimismo El sabía que tenía que luchar con su mente, sabía cómo tenía qué extraer esa amargura de su interior y ponerlo de rodillas.
SIEMBRA HOY Y COSECHARAS MAÑANA
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