Tres mexicanos son condenados a la horca en Malasia por narcotráfico

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MALASIA

Los hermanos González Villarreal fueron detenidos en 2008 con metanfetamina. Su última esperanza sería un indulto del Sultán

 

Pablo de Llano  EL PAIS

pag 14 “Nuestra decisión es unánime. Se desestima el recurso contra los cinco acusados. Condena y sentencia confirmada”. De acuerdo con el fallo emitido este miércoles 22 de abril por un juez en Putrajaya, capital administrativa de Malasia, los tres hermanos mexicanos González Villarreal, José Regino, Luis y Simón, junto a un malayo y a un singapurense detenidos con ellos, serán ahorcados.

La defensa piensa pedir una revisión del fallo. En caso de que no les sea concedida, solo les quedará una carta que jugar: pedir el indulto real al Sultán. Si no hubiese clemencia, serían ejecutados en el patíbulo. No se tiene certeza de lo que durará el resto del proceso, aunque se estima que se podría demorar dos años.

Los hermanos, originarios de Culiacán, capital del Estado de Sinaloa, fueron detenidos en 2008 por la Policía Real de Malasia en una fábrica en la ciudad de Johor, acusados de tráfico, producción y distribución de narcóticos. Según la acusación estaban en posesión de 29 kilos de metanfetaminas y de equipos para elaborarla.

Los acusados han reiterado que eran empleados de la limpieza en la fábrica y que no sabían que allí se producía droga. Los González Villarreal, de origen humilde, han detallado que llegaron a Malasia a buscar trabajo y que en su tierra se dedicaban a hacer ladrillos. Sinaloa, al norte de México, es una región marcada por la profusión del narcotráfico.

La familia de los detenidos ha negado que estuviesen metidos en el tráfico de droga. De manera vaga, una hermana explicó que habían ido a Malasia a trabajar en la construcción: “No nos dijeron nada de adónde iban. Creo que ellos tampoco sabían adónde. El que se encargó de los trámites del pasaporte fue el amigo que les dio trabajo. Lo único que les dijo fue que iban a necesitar esos papeles, porque iban fuera”.

En la sesión de este miércoles, la defensa de los González Villarreal trató de frenar la condena argumentando que las evidencias del caso habían sido manipuladas. El abogado sostuvo que antes de ser analizada por los expertos hubo variaciones en la cantidad, el color y la naturaleza química de la droga con la que fueron arrestados. El argumento fue desestimado.

Tras la sentencia, la cancillería mexicana ha hecho un comunicado. “El Gobierno lamenta la imposición de la pena de muerte a los hermanos González Villarreal y, con pleno respeto a la legislación interna de Malasia, ratifica su posición contraria a la aplicación de la pena de muerte”.

José Regino (37 años), Luis (47) y Simón González Villarreal (40) estuvieron acompañados durante el juicio por dos familiares que llegaron desde México. Según el reporte in situ de un reportero mexicano, los hermanos estaban tranquilos. Antes de comenzar se les acercó un pastor cristiano que los ha estado acompañando: “Quiero que piensen en la cruz”, les dijo. En último término, sólo podría evitarlo la clemencia del Sultán. (Con datos de El País)