La iglesia que está en tu casa

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EL EVANGELIO EN MARCHA

La iglesia que está en tu casa

(ROMANOS 16:3-5; 1 CORINTIOS 16:19)

Por: Rev. Julio Ruiz, Pastor de Iglesia Bautista Hispana Columbia, Falls Church, Virginia

INTRODUCCIÓN: Si todos los creyentes conformamos la iglesia, ¿hay una “iglesia” en cada una de nuestras casas? Si esto fuera el caso, ¿todos los que habitan en la casa, incluidos los padres, los hijos, los amigos son miembros de la iglesia? Bueno, si no es esta su realidad, el mensaje de hoy tiene como propósito despertar en cada uno de nosotros la urgencia de la más grande tarea: que cada hogar sea la verdadera extensión de la iglesia para alcanzar al mundo para Cristo. ¿Sabía usted que la iglesia que comenzó en el Pentecostés no conoció ningún templo sino hasta el año 232 d. C? Así que por más de 200 años los hogares de los hermanos fueron las “iglesias” con las que nació el evangelio. De modo, pues, que es muy normal que en el Nuevo Testamento se hable de la “iglesia que está en tu casa” (Ro. 15:5, 1 Cor. 16:19, Flm. 2). Pablo conoció un sinfín de hombres y mujeres cuyos hogares fueron verdaderos santuarios donde se proclamó la palabra de Dios. Aquila y Priscila se destacan entre ellos. Un matrimonio que fueron usados poderosamente para la extensión del reino. Pablo los elogia como auténticos colaboradores y defensores del evangelio. La iglesia que acepta el desafío de trabajar con “la iglesia que está en tu casa” (algunos lo llaman, células, grupos familiares, del alcance, casas de oración o casas culto, como en Cuba), se embarca en una de sus más gratificantes experiencias de un crecimiento integral. Las familias que deciden abrir las puertas de sus hogares para que allí funcione una “iglesia” (recordando que Jesús dijo que donde “dos o tres están reunidos en mi nombre, allí estoy yo”) se constituyen en un poderoso instrumento misionero para su vecindario. Mucha gente no viene a la iglesia donde se congregan las multitudes cada domingo, pero si podrán ir con más espontaneidad a la “iglesia que está en tu casa”. Vea el siguiente ejemplo. En China se está produciendo un crecimiento inusitado del cristianismo mediante los Grupos familiares. El 80% provienen de zonas rurales. 22 mil personas se convierten todos los días. Es algo así como siete días de Pentecostés cada 24 horas. La iglesia debe pasar de ser espectadora cada domingo, a una iglesia trabajadora toda la semana. Debe pasar de oír todo el tiempo la palabra, a practicarla con sus vecinos durante los otros seis días. De esto se trata el tema de hoy. Veamos por qué Aquila y Priscila son un modelo para el crecimiento de la iglesia a través de los Grupos Familiares. Veamos con ellos cuál es la naturaleza de la “iglesia que está en tu casa”.

 

  1. LA IGLESIA QUE ESTÁ EN TU CASA ES EL RESULTADO DE OBREROS QUE PONEN SU OFICIO AL SERVICIO DEL SEÑOR

 

  1. Sirviendo a través del negocio (Hcn. 18:2). En la ciudad de Corintios, una de las más paganas e inmorales de aquellos tiempos, Pablo encontró a una pareja que estaba recién llegada de Italia porque el emperador había ordenado una expulsión de todos los judíos que vivían allí. Pablo se identificó completamente con esta pareja, pues aparte de ser creyentes, eran del mismo negocio: hacedores de tiendas. No sabemos si entre los tres montaron alguna compañía, la que habrían dedicado para el sostenimiento y servicio al Señor. El texto dice que “trabajaban juntos”, lo cual hace ver la importancia de unir esfuerzos y fusionar negocios para la causa del evangelio. Aquila y Priscila son el más claro testimonio de lo que significa poner mi negocio para que sirva a la causa del reino. El fin del negocio no es hacerse rico, sino enriquecer a la obra del Señor. Su trabajo no era atesorar tesoros en la tierra, sino acumular ganancias celestiales. Esta pareja nos enseña que el trabajo que el Señor nos da debe ser usado para servir y no para esclavizar. Mi negocio debiera ser lo primero que yo pongo para que sirva al Señor. Pero si mi trabajo es la mejor excusa que tengo para no servir, entonces no puedo decir que mi trabajo es una bendición para la obra.

 

  1. Sirviendo con mucho sacrificio (Ro. 16:3). Priscila y Aquila son un matrimonio modelo en el asunto del ministerio del Señor. Sus altísimas cualidades nos hacen ver la importancia de contar con obreros con semejante disposición. El hecho de abrir su casa para que allí funcione una comunidad de creyentes, a quien Pablo habla de la “iglesia que está en su casa”, nos muestra la enorme bendición que son los matrimonios consagrados que sirven al Señor de esta manera. Entre las virtudes más encumbradas que Pablo reconoce en esa pareja estuvo el sacrificio con el que se invirtieron para la obra del Señor. Pablo los elogia, diciendo: que expusieron su vida por mí…”. No sabemos lo que esta pareja hizo hasta exponerse a la muerte por el apóstol. Pudo ser alguna de esas terribles persecuciones de aquellos tiempos. El asunto es que ellos sirvieron al Señor con gran sacrificio.

 

  1. LA IGLESIA QUE ESTÁ EN TU CASA ES UN AMBIENTE APROPIADO PARA LA EDIFICACIÓN LOS UNOS A LOS OTROS

 

  1. “Todos los días en el templo y por las casas…” (Hch. 5:42). La iglesia del primer siglo no tuvo institutos bíblicos ni seminarios. La influencia de la doctrina de los apóstoles hizo posible que aquella iglesia que nació en las casas, se edificara sobre ese fundamento. Lo que servía como base para el desarrollo del creyente era la fresca enseñanza de la doctrina de los apóstoles. Por supuesto que la obra del Espíritu Santo en medio de todos los que acudían a las casas, se reflejaba en hechos poderosos. La conversión cotidiana de multitudes que venían a las casas, era parte del cumplimiento de la Gran Comisión. Este es el ministerio que debemos recuperar. Es a esta experiencia original a la que la iglesia debe retornar.

 

  1. Edificando en cada lugar donde se vive (1 Cor. 16:19). Aquila y Priscila eran una pareja en continuo movimiento. Fueron expulsados de Roma y vinieron a parar en Corintios. Si desde Roma ya eran convertidos, lo que se deduce en el encuentro con Pablo, en la misma capital del imperio habrían organizado la primera iglesia de su casa. El carácter de servicio que ambos poseían refleja eso. Ahora véalos moviéndose en distintos lugares por causa del evangelio. De Roma fueron a Corintios. De Corintios fueron a Éfeso. Y, ¿qué hicieron allí? Pues siguieron con lo que sabían hacer. Allí organizaron su casa para que funcionara una iglesia. Muchos hombres y mujeres vendrían a ese lugar para ser edificado por este matrimonio. Feliz el matrimonio que es luz afuera, pero sobre todo que lo es adentro. Hudson Taylor dijo: “Una luz que no ilumina bellamente alrededor de la mesa de la familia en casa, no está en condiciones de correr a un largo camino para hacer un gran servicio en otro lugar”. El hogar de Aquila y Priscila brillaba donde quiera se instalaba. Era una pareja determinada para que el evangelio de Cristo se proclamara. El trabajo de los Grupos Familiares, el equivalente a esas “iglesias de la casa”, tienen esta función.

 

III. LA IGLESIA QUE ESTÁ EN TU CASA ES LA MÁS GENUINA EXPRESIÓN DE COLABORACIÓN EN EL MINISTERIO

 

  1. “… mis colaboradores en Cristo Jesús” (Ro. 16:3b). El ministerio de Pablo necesitó de muchos colaboradores. De hecho, en este mismo capítulo (el más largo donde saluda tanta gente), menciona a una cantidad de hombres y mujeres quienes fueron sus más cercanos colaboradores. El nombre de Pablo se destaca en la mitad del Nuevo Testamento. No dudamos que su liderazgo acapara la atención de un tercio de la Biblia, por lo menos. Pero Pablo no habría hecho tan grande y bendecido trabajo sino contara con sus colaboradores. Aquila y Priscila fueron uno de ellos.

 

  1. “Porque nosotros somos colaboradores de Dios” (1 Cor. 3:6-9). La segunda parte del texto nos dice que “vosotros sois labranza de Dios”. Otra versión habla que somos “el huerto de Dios”. Hay un mundo de cosas cuando consideramos esta metáfora de la Biblia. No es cualquier cosa ser el “huerto de Dios”. Piense lo que él ha tenido que hacer para convertir esa tierra, en tierra de cultivo, poniendo la buena semilla. Él ha puesto un vallado de protección, pues muchos son sus enemigos. Y al final, como huerto de Dios, él espera que demos una buena cosecha. Para que esto se dé, es necesario que todos participemos. Pablo se identifica como un “colaborador de Dios”. Spurgeon ha dicho: “Dios obra ordinariamente Sus designios mediante una agencia humana”. Y yo añadiría, mediante una “agenda humana”. ¡Qué privilegio para los mortales! La salvación de un alma no es trabajo de una sola persona. Note que en este mismo texto Pablo dice: “Yo sembré y Apolos regó, pero el crecimiento lo ha dado Dios”. Cada hogar que se abre como “la iglesia que está en tu casa”, es un “colaborador de Dios”. Cuánta gente está ahora mismo en el cielo por el trabajo constante y fiel de parejas como Aquila y Priscila. Haga su parte ahora.

 

CONCLUSIÓN: El nombre “Aquila” significa “águila” y el de “Priscila”, “la que envejece con dignidad”. Si los ponemos juntos como un matrimonio ejemplar para la obra del Señor, podemos concluir que los dos poseían extraordinarias virtudes que hacían de ellos, esposos con altas calificaciones para el servicio del Señor. Ellos no solamente eran hacedores de tienda; no solo eran grandes expositores de la palabra; no solo eran misioneros itinerantes, sino que convirtieron la casa donde vivían en una “iglesia” para la continua predicación del evangelio del reino. Los vecinos sabían que allí vivía una pareja con un excelente testimonio cristiano que abrían las puertas de su casa para que los visitantes escucharan el mensaje. Amados, mucha gente no podrá venir a nuestra iglesia, pero podrá ir a su casa. Convierta su hogar en una “iglesia”. Esto podrá ser su más grande obra terrenal. Conviértase en un Aquila y Priscila para el reino de Dios.

 

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