Miles de admiradores despiden a Joan Sebastian

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MEXICO

PAG 12Miles de admiradores del fallecido cantante Joan Sebastian le brindaron este miércoles 15 de julio una multitudinaria despedida en la catedral de la turística ciudad de Cuernavaca (centro).

El cuerpo de Joan Sebastian, uno de los artistas más populares de México en las últimas décadas, fue trasladado la mañana del miércoles de su rancho “Cruz de la Sierra” del poblado de Teacalco (Guerrero, sur) para una misa en la catedral de Cuernavaca, que consideraba su segundo hogar.

El féretro del llamado “poeta del pueblo”, que falleció el lunes a los 64 años tras una larga lucha contra el cáncer, hizo ese recorrido de unos 600 km en una carroza negra. Al llegar a Cuernavaca, zona de descanso de muchos capitalinos, fanáticos de todas las edades lo esperaban al costado de la carretera.

A pocos metros de llegar a la catedral ya era casi imposible el paso por la multitud que vitoreaba al autor de canciones como “Secreto de Amor”, “Juliantla” y “Alma de niña”.

En medio del tumulto se escuchaban gritos y sollozos de algunas mujeres. Familiares y amigos del cantante tuvieron que cargar el ataúd hasta el interior de la catedral de Cuernavaca, donde Joan Sebastian llegó a ser seminarista.

Al término de la misa, el féretro hizo otro recorrido hasta el centro de la ciudad antes de emprender camino hasta Ciudad de México, donde la Sociedad de Autores y Compositores de México le brindará otro homenaje.

A lo largo de su extensa carrera, este cantante de sempiterno bigote y sombrero grabó más de 40 álbumes y obtuvo cuatro premios Grammy y siete Grammy latino. A mediados de 2013, el cantante se sometió a un tratamiento de quimioterapia debido a la reaparición de un cáncer de huesos que padecía desde 1999.

Numerosos compañeros del mundo de la música y otras personalidades lamentaron el fallecimiento del artista, desde el ídolo ranchero mexicano Vicente Fernández al español Enrique Bunbury.

Sebastian, de 64 años, falleció a causa de un cáncer que le fue diagnosticado en 1997 y que se le reprodujo en 2012. El pasado abril, el hijo del artista, Julian Figueroa, confirmó que su padre estaba de vuelta en el hospital al sufrir un empeoramiento en su enfermedad.

Con 37 álbumes y colaboraciones con numerosos intérpretes de música popular, como Pepe y Antonio Aguilar, Alicia Villarreal, Vicente Fernández, Rocío Durcal y Los Tigres del Norte, el cantante y compositor se convirtió en un ícono musical dentro y fuera del México.

Nacido en Juliantla, Guerrero, Joan Sebastian adoptó su nombre artístico por Los llano de San Sebastián, en honor al lugar donde trabajó de niño, y por Juan, que significa libre.

Desde entonces, su carrera musical no paró y lo hizo acreedor del apodo de el rey del Jaripeo, donde sus canciones más emblemáticas, como Secreto de amor, 25 rosas y Tatuajes se convirtieron en himnos.

“Llegó un momento que estaba cantando Estos Celos y percibí que la gente estaba cantando conmigo, bajé el micrófono y mi caballo empezó a bajar las orejas porque notó que el sonido no venía de nosotros sino directo del público; ante eso quise integrarme y me di cuenta que tenía las quijadas entumidas. No sé a cuántos cantantes les pueda suceder, pero ojalá les suceda”, contó el cantante en una entrevista, cuando recordó una presentación ante 47,000 personas que tuvo junto a Vicente Fernández.

Joan Sebastian contaba que, cuando era joven, llegó a la puerta de su casa un hombre con una guitarra, que despertó su curiosidad. A partir de ese momento, se interesó por la creación musical y, tras salir de un internado religioso a los 17 años, decidió tocar puertas como compositor en la Ciudad de México. Así, llegó a los estudios Capitol. El resto fue historia…y música.

Tras realizar presentaciones en el norte del país, fue llamado a Texas y a Chicago para cantar.

En 1978, un grupo argentino hizo una versión de su canción Sembrador de amor en el mundial de fútbol celebrado en el país sudamericano y su fama internacional se catalizó.

La vida de Joan Sebastian estuvo marcada, en muchas ocasiones, por la tragedia y las dificultades. En 2006, el rey del jaripeo vio morir a uno de ocho hijos, Trigo, mientras realizaba una presentación en Texas. Cuatro años más tarde, en 2010, otro de sus descendientes murió en Cuernavaca, tras una riña afuera de un centro nocturno. (Con datos de CNN)