MES DE LA HERENCIA HISPANA
¿Quiénes somos los inmigrantes…extranjeros o americanos?
Por: Alirio Alemán*
Para escribir este articulo sobre nuestras raíces hispanas y nuestra vida de inmigrante tuve que viajar hasta nuestra tierra salvadoreña para asimilar con exactitud el síndrome sociológico que empuja a la juventud a emigrar a otras tierras, en principal a los EEUU.
Quiero expresar sin medida que soy nostálgico de mi tierra y mi gente, en principal del espíritu indígena que sigue vigente como en los grandes países latinoamericanos, aquí también vivieron pequeños pueblos como Los Pipiles y Lencas, aquí se siente la presencia viva de nuestras raíces indígenas, ahora semilleros de inmigrantes.
Como lo expreso en mi obra literaria DIARIO DE UNA VIDA: LOS HIJOS PERDIDOS DE EL SALVADOR acerca de mi gente inmigrante a tierras desconocidas, gente que nos exhorta a recrear la cotidianidad de nuestras costumbres y convivencias, pueblo que nos hace reflexionar y añorar el porvenir. Estoy convencido que no seré el último en escribir sobre nuestros inmigrantes que vienen a formar parte del futuro de nuestro país y son los que nos traen la posibilidad de crear nuevas formas de vida y otras formas culturales, lo que al final del camino se define como comunidades progresistas.
En este recorrido, en el afán de recopilar esta historia cruce lodazales hasta llegar a cada comunidad donde me relataban en un mar de palabras los sentimientos encontrados de las familias que han roto esa unidad familiar por tener que viajar hacia el país del norte (EEUU) en busca de mejores oportunidades que eleven el nivel de vida. Aquí se palpa la sicosis colectiva en los niños y jóvenes en el desprendimiento familiar, aún así en esta gente se siente el calor humano, que en cada una de sus sonrisas expresa su hospitalidad, el ambiente familiar, su diversidad gastronómica y porque no decirlo musical donde entonan melodías que hace recordar los viejos tiempos que compartieron con aquellos que ahora viven en Los Estados Unidos de América. Así es nuestra gente, le canta a la vida, a viejas épocas nada fácil de olvidar, gente humilde y progresista que siempre apunta y apuesta a historias nuevas.
En este mes que celebramos EL MES DE LA HERENCIA HISPANA. Nos ayuda a reflexionar sobre la experiencia como inmigrante, compartimos el mismo sentir desde aquellos que venimos hace treinta años y más, como de aquellos que recién han llegado, ahí expresamos las aventuras, ahí escuchamos esas voces poderosas de las mujeres, hombres y niños. Sepan que nuestra gente hispana inmigrante es única que llevan en ella la raíz de la humanidad…aquí todos somos inmigrantes, con excepción de los descendientes de las tribus nativas de esta tierra norteña, que importa si somos extranjeros o no, lo más importante es darnos cuenta que nuestra comunidad hispana es grandiosa y está ligada al desplazamiento geográfico y la creatividad de la supervivencia.
Nosotros como inmigrantes hemos venido a estas tierras ha trabajar y aprender del pueblo de los Estados Unidos de América, su cultura e idiosincrasia, aquí estamos también contribuyendo a las comunidades que nos hospedan a engrandecer la economía y estabilidad sociopolítica, o sea aquí estamos unidos en un solo pensar y un solo sentir.
¿Quiénes somos los inmigrantes…de donde venimos?
Aquí todos somos extranjeros o americanos…que importa, lo importante es que aquí estamos conservando los sueños que nos empujó a emigrar, aquí estamos promoviendo esos sueños por todas partes desde los valles californianos, a las planicies de Long Island y rascacielos de Nueva York, desde Miami, cruzando Washington DC hasta llegar a las tierras gélidas de Alaska, ahí estamos, somos valientes y enseñaremos a nuestros hijos a mantener esos sueños y a vivir siempre con esperanza.
Así esperanzamos aquí en El Norte y los que siguen viviendo en nuestras tierras hispanas siguen pensando en su tan necesitado viaje al país de las oportunidades, así es nuestra gente, imágenes y recuerdos que quedan impregnadas en la retina como si de un hermoso sueño se tratará.
Aquí estamos añorando nuestra tierra, pero a la vez disfrutando esta tierra que nos ha recogido, los centros turísticos, el clima, los paisajes, aquí vivimos, aquí nos encontramos disfrutando todo eso y mucho más, es como un enjambre de colores como el mismo huipil (traje típico) que va tejido con las manos del tiempo, es que es una abigarrada realidad que se expresa de mil formas, aquí hay comunidades hispanas anegadas a sus costumbres, a su tierra, son vidas que palpitan con fuerza en los quehaceres cotidianos y sobre todo llevando ese gran misterio amoroso que nos identifica como hispanos hablante.
No es posible decirlo todo, hay que escribir cuantas veces sea posible, como miradas haya, hay tanto que decir…tanto que aprender y tanto que sentir que no basta con solo pensarlo.
Quiero invitar en este legado, quizás como una suplica que cada vez que encuentres a un hispano donde quiera que sea, quiero pedirte que lo sientas como un verdadero hermano, pues es portador de una inmensa cultura y tradiciones, inmigrante con una presencia viva que manifiesta en cada hecho y en cada palabra toda la herencia de sus pueblos, gente que ha esforzado sus días con su sabiduría en las condiciones más adversas que cualquiera puede imaginarse.
*Columnista, poeta y escritor salvadoreño, residente en EEUU.