Detenido un joven por llevar a clase un reloj que parecía una bomba

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TEXAS

Detenido un joven por llevar a clase un reloj que parecía una bomba

Una maestra de Ahmed Mohamed, de 14 años, creyó que el artefacto era una bomba y avisó a la policía. Obama le ha invitado a llevar el invento a la Casa Blanca.

 

PAG 6 La etiqueta #IStandWithAhmed (Estoy con Ahmed) está siendo el vehículo a través del cual el joven Ahmed Mohamed recibe mensajes de apoyo después de que esta semana fuera detenido por la policía de su ciudad texana tras llevar al instituto un reloj construido por él mismo que su profesora creyó que era una bomba.

Este miércoles 16 de septiembre, Barack Obama, a través de su cuenta de Twitter @POTUS ha invitado al chico a visitar la residencia presidencial. “Un reloj muy chulo, Ahmed. ¿Quieres traerlo a la Casa Blanca? Deberíamos inspirar a más chicos como tú a que les guste la ciencia. Es lo que hace grande a América”.

Poco después de la Casa Blanca, Mark Zuckerberg, fundador de Facebook, alababa la ambición de Ahmedpor construir algo nuevo. “Ahmed, si en alguna ocasión quieres venir a Facebook, estaré encantado de recibirte”, escribe el joven empresario en su cuenta en la red social.

A Ahmed se lo llevaron esposado a un centro de detención juvenil los agentes del orden después de estar retenido y ser interrogado durante varias horas en el instituto MacArthur de la localidad de Irving (Texas), donde el muchacho de 14 años acudió a clase de ingeniería con el artefacto. Tras mostrárselo a su profesora —a quien quería impresionar con sus dotes—, esta mostró cierta inquietud y le aconsejó que no lo enseñara a nadie más.

Con el reloj a buen recaudo en su mochila y ya en clase de inglés, el aparato comenzó a sonar, por lo que la profesora de esa asignatura pidió ver lo que contenía la bolsa del chaval al acabar la lección. “Me dijo que parecía una bomba”, ha relatado el joven al diario The Dallas Morning News.

La profesora procedió a confiscar el artefacto y Mohamed fue enviado al despacho del director del centro, donde cinco agentes de policía le interrogaron, según el diario de Dallas. El responsable del centro ha expulsado al alumno durante tres días, aunque no haya sido acusado de ningún delito.

“Me decían [los policías]: ‘así que has intentado construir una bomba, eh’, a lo que yo les respondía que solo quise hacer un reloj”, explica el joven, hijo de un inmigrante sudanés, que de cuando en cuando viaja a su país, donde está involucrado en la política nacional y ha tenido aspiraciones presidenciales. En opinión del padre, Mohamed Elhassan Mohamed, su hijo solo quiere inventar “cosas buenas para la humanidad, pero todo se ha complicado porque se apellida Mohamed y acaba de conmemorarse el 11-S”.

La policía, durante su interrogatorio —en el que no estuvo en ningún momento un adulto de la familia de Mohamed—, insistió en varias ocasiones en que el artefacto parecía “como la bomba de una película”, según el relato del chico. Mohamed abandonó el instituto esposado y fue conducido a un centro de detención juvenil, donde se le tomaron las huellas dactilares y la consabida foto de frente y de perfil para su ficha policial. “Me hicieron sentir como un criminal”, asegura el adolescente, que en el momento de la detención vestía una camiseta con el logo de la NASA.

En opinión del Consejo de Relaciones Islámico-Estadounidense (CAIR, siglas en inglés), la mayor organización civil islámica de EE UU, todo el asunto es “bastante indignante”. “Sin duda esto enciende todas nuestras alarmas”, asegura Alia Salem, al frente de CAIR en Texas, que ya investiga el caso.

En las redes sociales había voces que reclamaban que el asunto formara parte de los temas que esta noche de miércoles traten los candidatos a la nominación republicana durante el debate que tenían previsto mantener en California. ¿Es el caso Mohamed un ejemplo de buena práctica por parte de las autoridades locales? ¿Sospechan los norteamericanos de cualquier musulmán por el simple hecho de serlo o incluso de quien solo consideran musulmán por su aspecto físico? ¿Es la norteamericana una sociedad cada vez menos amigable con los inmigrantes? (Con datos de El País, por Yolanda Monge)

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