Mi amor al pecado no de deja ir a Jesús

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EL EVANGELIO EN MARCHA

Por Boris López, Iglesia Bautista Hispana de Warrenton, Virginia (borislopez986@yahoo.com)

Era un día domingo, había decidido incorporarme a los clubes evangelísticos de la iglesia, me habían hablado de un grupo de miembros que se llamaban “Club Pescadores” ellos cada domingo rentaban un bus para salir a diferentes lugares de San Salvador a “Ganar almas”. Fue sin conocer a nadie que me acerqué al grupo que se formaba en una de las esquinas afuera de la iglesia, como no conocía a nadie me dediqué a saludar a cada uno de ellos. De pronto apareció el pastor Silva, que era el encargado del grupo, me dijo en tono muy amable -¿usted va ir a ganar almas con nosotros?- le dije que si. Antes de salir al recorrido del grupo, antes de la oración de salida el pastor me dio la bienvenida al grupo y me recibieron como un nuevo “pescador” era el año noventa y tres.

Mi primer lugar para evangelizar fue el parque Cuscatlán que estaba a unos pocos kilómetros de la iglesia. Llegamos allí y se empezaron a formar los grupos de dos en dos, cada quien se ponía de acuerdo con alguien y salían a “buscar las almas”, todos se fueron, me quedé solo con el pastor y me dijo -venga-, yo le dije que no tenía experiencia, él me dijo que los primeros domingos me dedicara solamente a observar para que en los siguientes ya pudiera “hablarle a la gente”. Nos acercamos a una pareja que estaba sentada en las bancas de cemento del parque, el pastor con mucha cortesía los saludó y les anunció la palabra, les mostró diferentes versículos bíblicos para mostrarles que Cristo había muerto para darnos la salvación y que bastaba con tener un momento de fe para invitar a Cristo a su corazón y recibir la salvación; al principio me pareció que eran bien accesibles a las palabras del pastor, a todo decían que sí, -vaya- dije para mi mismo, esto va a ser fácil, después de la predicación, a los quince o veinte minutos de estar allí, llegó el momento de la verdad, el pastor los invitó a recibir a Cristo en su corazón. Yo estaba convencido que harían la oración a la que les estábamos invitando, cuando el pastor les invitó, ellos dijeron que en otra ocasión, que gracias pero NO. Entonces el pastor les agradeció el tiempo que nos habían puesto atención, les dio la mano y se despidió, yo hice lo mismo, sin embargo, pensaba que si les hubiésemos insistido un poco más habrían aceptado, no quería parecer que sabía mas que el pastor pero me decía a mismo que si les hubiéramos insistido -un poco mas- y que cuando yo fuera el encargado no me pasaría eso, yo insistiría, de todas maneras estaba aprendiendo y si hubo falta de práctica o algo parecido no fue mi culpa, yo en el futuro insistiría mas.

Pero no me quise quedar con eso en la mente, le dije -Hermano pastor, ¿no cree usted que si les hubiésemos insistido un poco mas a esas personas habrían aceptado? me contestó: podríamos haber pasado todo el día insistiendo y no lo habrían hecho. -le contesté- ¿y porqué? Como lo sabe?, me contestó; después de diez años de evangelizar el Espíritu Santo le da a uno el discernimiento de las vidas de las personas, Esa pareja jamás habrían recibido a Cristo porque son “amantes”, cada uno tiene su propia pareja y allí estaban en franco adulterio. Yo me quedé sorprendido, no lo podía creer; pero le pregunté ¿y porqué no habrían de aceptar?, me contestó citando el siguiente versículo”

 

Juan 3: 19 “Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas. 20 Porque todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a la luz, para que sus obras no sean reprendidas. 21Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios.

Y me explicó: Hay gente en este mundo que su amor por el pecado es tan grande, que aunque saben que Cristo les puede salvar, están tan esclavizados al pecado que no dejan que Cristo les salve porque a la larga tendrán que dejar ese pecado y por eso no vienen a Cristo, por no perder el pecado en el que están. Así dice este pasaje bíblico que citamos hoy.

En mi experiencia, diecisiete años después de ese evento, no me es muy difícil identificar a las personas con las que estoy tratando de presentar en evangelio. A veces yo tampoco insisto. Hace poco escribí en este espacio, un artículo que desató la controversia, Hubo alguien que me dijo que parecía que se notaba que no tenía nada que escribir o qué decir, pero lo cierto es que jamás me lo hubiera imaginado, un articulo que aparentemente no habría de llamar la atención, me hiciera recibir decenas de llamadas por su contenido, realmente toqué el punto medular de la gente que llamó, no quieren que nadie intervenga en su reino de pecado, quieren vivir allí,  revolcándose en el pecado, y el hecho de descubrirlos y decirles que están fuera de Dios, fuera de la gracia de Dios, les incomodó, a algunos en extremo.

Pero reflexiono y pienso, esto está escrito, son aquellos que no quieren venir a luz de Cristo, hacen su propia Biblia, tienen su propia interpretación, tienen su propia justificación, lo cierto es que si no vienen a Cristo no pueden venir a la Salvación. Si no tienen la fuerza para salir del amor por este mundo tendrán condenación, así lo dice la palabra. Oro por ellos para que puedan romper esas cadenas de pecado y puedan ser salvos, quizás yo no sea mejor que ellos, pero la diferencia entre ellos y yo es que amé más a Jesús que a mi pecado y ahora tengo la salvación. Espero que la misericordia de Dios llegue a sus vidas también.

 

Si Usted desea consejería espiritual, por favor visite nuestra iglesia en Warrenton, Virginia, o llámeme al (703)357-2908  Dios tiene la solución a tu problema