MISCELANEAS
El célebre roedor de la localidad de Punxsutawney, en Pensilvania, no se vio la sombra al salir de la madriguera. La costa Este estadounidense vive un invierno extraño. Nada que ver con el frío y las tormentas de nieve de años anteriores. La primera gran nevada de la temporada no llegó hasta final de enero. Fue otra de las que paralizó medio país. Pero parece como si fuera la última, a la vista del buen tiempo que ha seguido a la tormenta Jonás. Eso es lo que espera también la célebre marmota Phil, que no se vio la sombra al salir de su madriguera.
Amaneció con una niebla muy ligera en Punxsutawney, donde cada 2 de febrero se celebra el ritual de sacar al animal de su letargo para ver lo rápido que vuelve a su guarida. Centenares de turistas llegados desde Alaska, Florida, California e incluso del extranjero toman esta localidad en Pensilvania, a un centenar de kilómetros de Pittsburg, desde que el inofensivo roedor saltó a la fama en 1993 por la pesadilla interminable de Bill Murray en la película Atrapado en el tiempo.
Phil se vio entonces la sombra. La leyenda dice que en ese caso la primavera tardará seis semanas en llegar. La marmota, que tiene su propio club de fans, lleva prediciendo el tiempo desde 1887. Solo se saltó la cita en dos ocasiones, durante la II Guerra Mundial. El pequeño mamífero tiene varios imitadores, uno de ellos en Staten Island. El alcalde neoyorquino, Bill de Blasio, se saltó esta vez la ceremonia porque estaba de campaña por Hillary Clinton en Iowa.
“¿Estáis listos para seis semanas más de invierno o queréis que llegue la primavera?”, preguntaba el encargado de entretener al público. Los apasionados que siguen esta tradición cuentan 102 veces en las que Phil se vio la sombra. Están convencidos de que este animal de unos nueve kilos es infalible y que son los nuevos medios de predicción los que se equivocan con sus cálculos. Las estadísticas oficiales, sin embargo, cuestionan este registro porque falló 15 de las últimas 28 ocasiones.
“Podéis quitaros la chaqueta, la primavera está a la vuelta de la esquina”, anunció el jurado. La fecha del ritual coincide en el punto medio entre el solsticio de invierno y el equinoccio de primavera. El año pasado, Phil se vio la sombra y volvió corriendo a su guarida. Febrero fue más frío de lo normal, pero marzo registró temperaturas claramente por encima de la media. La nota para el roedor, por tanto, fue algo confusa. Suficiente para darle razón a los supersticiosos y a los incrédulos. (Con datos de El País)