El arte de ser feliz

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EL EVANGELIO EN MARCHA

El arte de ser feliz

Por: Francisco Aular (faular@hotmail.com)

Felices son los íntegros, los que siguen las enseñanzas del SEÑOR. Felices son los que obedecen sus leyes y lo buscan con todo el corazón. Salmo 119:1,2 (NTV)

PAG 17  El Salmo 119, con justicia es llamado el “Alfabeto del amor divino”, el “Paraíso de todas las doctrinas, el “Almacén del Espíritu Santo, la “Escuela de la verdad”, y la “Excelencia de la ley de Dios”, en resumen, pudiéramos decir que el mensaje del Salmo 119 es “toda gracia crece cuando crece el amor a la Palabra de Dios”. En efecto, Dios nos dejó la Biblia como mapa para guiarnos hacia Él, y ser transformados y felices. Por eso, ignorar la Biblia es ignorar a Dios mismo. En los primeros ocho versículos el Salmo nos da la respuesta a la pregunta: ¿En que consiste el arte de ser feliz?

  El arte de ser feliz consiste en edificar nuestras vidas sobre la solidez de la Palabra de Dios: “No negocian con el mal y andan sólo en los caminos del SEÑOR” (v.3). Estaba de visita en la casa de un hombre muy rico en Ecuador, él mismo me había invitado para que le hablara de la Biblia; me relató su vida, y lo escuché atentamente, porque básicamente, él quería ser oído. Me dijo, “tengo todo lo que un humano pueda anhelar para ser feliz, y no lo soy…”; luego de contarme toda una vida contraria a la Palabra de Dios, exclamó: “¡Ah, si yo pudiera nacer de nuevo!”.

Entonces, empecé a hablar yo, y le dije que precisamente por ese motivo había venido JESÚS, para que nosotros los seres humanos naciéramos de nuevo. Leímos juntos San Juan 3, y sobre todo, lo dicho por JESÚS a aquel hombre de mucha moralidad y mucha religión al cual JESÚS le dijo: “De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios” (Juan 3:3).

En aquella tarde, ese hombre rico ecuatoriano puso toda su confianza para su salvación personal, y su nuevo nacimiento en el Señor Jesucristo, y, ¡Dios lo hizo otra vez! Nos vimos ese domingo en la iglesia, él vino con toda su familia, y hasta su chofer aceptó al Señor en su corazón. Eso sí, ¡todos eran felices y lo lucían! Años después, me enteré de que aquel hombre era uno de los baluartes de su congregación. Alabado sea el Señor que cumple su Palabra.

  El arte de ser feliz consiste en hacer de los mandamientos de la Palabra de Dios un estilo de vida: “¡Oh, cuánto deseo que mis acciones sean un vivo reflejo de tus decretos!” (v.5). La verdadera fe en el Señor no es fría ni seca. La Palabra de Dios es una continua corriente de agua viva que nos lleva a mostrar en la vida diaria que Dios es quién Él dice ser; que Dios puede hacer lo que Él dice que puede hacer; que yo soy quien Dios dice que soy; que todo lo puedo en Cristo, y que por sobre todo, la Palabra de Dios está viva y activa en mí. ¡Que diferente es una vida cuando JESÚS a través de su Palabra vive en nosotros!

Cuando recién convertido y llegué a la iglesia, había un himno para los niños de la Escuela Dominical, que no tardé mucho en aprender, y que expresa el amor y la lealtad que debemos dar a la Palabra de Dios: “Santa Biblia para mí”.

Santa Biblia para mí eres un tesoro aquí; Tú contienes con verdad la divina voluntad; Tú me dices lo que soy, de quien vine y a quien voy. Tú reprendes mi dudar; tú me exhortas sin cesar; Eres faro que a mi pie, lo conduces por la fe; A las fuentes del amor del bendito Salvador.
ORACIÓN: Amado Señor: ¡Gracias por dejarnos tu Palabra! Ella me da a conocer tu ser como Dios eterno y tu poder, tu gracia y misericordia; es una canción que puedo llevar conmigo a dondequiera que vaya; es mi compañera mientras subo a las cumbres y transito por los valles de la vida; Ayúdame Señor a oírla, leerla, estudiarla, memorizarla, meditarla y aplicarla en mi diario vivir. En el nombre de JESÚS. Amén.

PERLA DE HOY: En un mundo cambiante y en permanente conflicto, el arte de ser feliz se encuentra en confiar en Dios y su Palabra que son inmutables.