EL EVANGELIO EN MARCHA
“Porqué causa la zarza no se quema”
(ÉXODO 3:1-10)
Por: Rev. Julio Ruiz, Pastor
INTRODUCCIÓN: El Antiguo Testamento es un libro lleno de historias extraordinarias, milagros que para algunos resultan inverosímiles, hechos que han desafiado las mentes más críticas y acontecimientos que han puesto a investigar a la ciencia para ver si la Biblia tiene razón. Y entre esas cosas curiosas, ¿había pensado que un arbusto podría estar ardiendo en llama pero nunca consumirse? Lo que sabemos de los voraces incendios es que el fuego consume todo rápidamente, quedando solo un montón de cenizas. Es probable que Moisés estaba acostumbrado a ver como el fuego consumía los arbustos en el desierto, pero para su sorpresa observa un zarza en llamas, y mientras espera que sus ramas se desgarren, el árbol sigue allí de pie. El tiempo pasa y sigue observando que el árbol no se consume. Entonces, y frente a lo que considera un fenómeno extraño, decide ir a ver “porque causa la zarza no se quema”. Ese acontecimiento lo usará Dios para llamar a su siervo. De allí Dios lo ordenará para que fuera el hombre que conduciría a su pueblo a la libertad gloriosa de los hijos de Dios. Fue allí donde Dios se le manifestó de esta manera como el Hijo de Dios en la persona del Ángel de Jehová. Es allí donde él escuchó decir que se quitara el calzado de su pie porque el lugar donde estaba era tierra santa. Pero, ¿qué había detrás de este fenómeno? ¿Qué figura estaba escondida detrás de aquel arbusto que ardía sin consumirse? Bueno de eso se trata nuestro mensaje hoy. El árbol sin consumirse es el tipo, ¿cuál es el antitipo?
- LA ZARZA SIN CONSUMIRSE TIPIFICA A LA IGLESIA CON EL SEÑOR EN MEDIO DE ELLA
- La iglesia en el “monte de Dios” v. 1. La figura de este texto es muy hermosísima. Moisés ahora es un hombre casado y empleado de su suegro Jetro. Aquel que pudo ser príncipe del gran imperio egipcio ahora aparece como el humilde pastor de las ovejas en las regiones del Sinaí. Esta palabra confirma lo que el escritor a los Hebreos 11:25, 26 dijo del él, que Moisés prefirió escoger los vitorios de Cristo en lugar de gozar de los deleites temporales del pecado. Y lo significativo de este pasaje es que Moisés está en el “monte de Dios”. Ese monte es Horeb que también es el monte del Sinaí. ¿Y qué iba a pasar allí? Pues ese sería el lugar donde más adelante Dios le daría al mismo Moisés las tablas de la ley y donde Dios manifestaría su aterradora gloria en medio del fuego. El hecho de mencionar a Horeb como el monte de Dios es porque él está allí en medio de él. Esto no es una casualidad. Un día la gloria de Dios se manifestaría en el tabernáculo, después en el templo y por último en la iglesia del Señor. Un día Jesús vino en carne y desde entonces esa gloria se ha visto en la iglesia. Se espera que Jesús esté en la iglesia.
- El Señor en medio del fuego v. 2. Ahora vea esto. Moisés se acerca al arbusto que también está cubierto en fuego, y no se consume. Pero para su mayor sorpresa dentro del árbol encendido surge una voz que tuvo que dejarlo más aterrado. Moisés ni había visto ni había escuchado antes la voz de Dios como sus antepasados. Ahora Moisés oye una voz apacible de en medio de la zarza. Las voces que surgen del fuego son de terror. ¿Pero quién es el que habla allí? Se dio cuenta que es el Ángel de Jehová. Y por todos es sabido que el Ángel de Jehová es la presencia del Cristo preencarnado. Es lo que se conoce como la teofanía. La presencia del Señor en medio del árbol que no se quema es tipo de la presencia de Cristo en medio de su iglesia. Esta figura es extraordinaria pues nos hace ver no solo la gloria de Dios manifestada en el fuego, pero también al Señor en medio de ella con lo que manifiesta su promesa de estar con la iglesia hasta su venida. Juan capturó mejor esta figura cuando vio al Hijo del Hombre en medio de siete candeleros, símbolos de la iglesia, caminando entre ellos (Apc. 1:20). Jesús está en medio de su iglesia.
- LA ZARZA SIN CONSUMIRSE TIPIFICA A LA IGLESIA QUE JAMÁS SERÁ DESTRUIDA
- El fuego de Dios no se consume v. 2B. La maravilla de aquel fenómeno era que ardía y no se consumía. Aquí hay verdades ocultas, tipos que demandan su cumplimiento en algún momento de la historia. Hay una verdad que corre por todas las Escrituras respecto a esta figura que encontramos acá de un fuego que no extingue. Cuando Dios ordenó la construcción del tabernáculo una de las primeras cosas que demandó a los servidores de aquellos sagrados lugares es que “el fuego arderá perpetuamente en el altar; no se apagará” (Lv. 6:13).
- La obra de Dios no se destruye v. 3. El otro elemento que interesa analizar acá es ver cómo el fuego no destruye al arbusto. En esto hay una gran simbología. Hay ocasiones donde el fuego de Dios destruye. La ciudades de Sodoma y Gomorra fueron destruidas por el fuego de Dios, tanto así que fueron reducidas a ceniza. El fuego de Dios consumió el sacrificio que Elías hizo cuando desafió a los profetas de baal. Al final de los tiempos el fuego de Dios vendrá como purificador de la tierra, toda vez que ella será destruida por el fuego para dar lugar a la nueva tierra donde viviremos según 2 Pedro 3:7, 10. Y será el fuego de Dios que destruirá a Satanás, la bestia y el falso profeta en el lago de fuego y azufre junto con todos los desobedientes.
III. LA ZARZA SIN CONSUMIRSE TIPIFICA A LA IGLESIA PLANTADA SOBRE UNA TIERRA SANTA
- La tierra santa debe pisarse descalzo v. 5. El calzado de Moisés estaba sucio por el continuo caminar. El trabajo como pastor planteaba una condición extrema de suciedad en aquello que cubría sus pies. Doquiera está el Señor su presencia es santa, de allí las demandas para sus adoradores. Dios no permite ningún tipo de suciedad en su presencia. Cuando uno lee la visión de la vida en el Apocalipsis se encuentra que ese lugar está desprovisto de todo tipo de pecado. La presencia del Señor en ese lugar demanda de sus habitantes total santidad.
- El rostro del Señor debe producir temor v. 6. Los versículos 2 y 3 nos ofrecen una escena por demás hermosa y singular. La una tiene que ver con la curiosidad del pastor de ovejas y la otra con la actuación de Dios en aquel acercamiento entre lo humano y lo divino, entre un mortal quien será reconocido como el hombre que estuvo cara a cara con el Señor, el Santo de Israel. Moisés, el escritor de esta experiencia no se le escapó ningún detalle con lo que describió exactamente la escena. Así tenemos que la revelación que Dios hizo de sí mismo a Moisés tuvo dos impactos extraordinarios en su vida. Una es que Moisés conoció a un Dios que es de vivos y no de muertos cuando mencionó a Abraham, Isaac y Jacob, por lo tanto es el Dios de la historia que ya Moisés conocía. Y la otra es el temor que infunde el Dios que llama. Si hay algo que se pierde con tanta frecuencia es el temor a Dios. Cubrir el rostro por temor de mirar a Dios es una señal de reverencia, de respeto y de un temor que debe conducir al quebrantamiento. El temor a Dios debe producir en todos nosotros un sentido de su santidad, pues sin ella nadie verá su rostro (He. 12:14). No en vano Jesús murió por una iglesia santa (Ef. 5:25-30).
- LA ZARZA SIN CONSUMIRSE TIPIFICA A LA IGLESIA PROCLAMANDO SU MENSAJE DE LIBERACIÓN
- La condición de esclavitud desesperante vv. 7, 9. La esclavitud de Israel en Egipto tipificando el estado en que se encuentran los hombres sin Dios en el mundo, es descrita por Dios de una forma muy elocuente. Hay varios verbos que nos revelan el conocimiento profundo que Dios tenía de su pueblo esclavizado. Nos dice que Dios había visto la aflicción de ellos. Eso significa que no le era indiferente su dolor. Luego nos dice que ha oído el clamor de ellos por el castigo que le imponían sus jefes. También nos dice que él había conocido sus angustias. Pero también que el clamor de su estado había subido a su presencia.
- La determinación de Dios para liberar v. 8. Dios no solo ve la condición de esclavo en la que vive su pueblo sino que toma una acción concreta para traer su liberación. Moisés sabía del terrible estado en que vivía su gente. Tuvo que matar a un egipcio por el maltrato que uno de ellos le propinó a un israelita; alguien de su propia sangre. El planteamiento de sacar a su pueblo de semejante condición tiene que producir en él una gran esperanza. En su determinación Dios también habla de cumplir la promesa de liberación cuando dice que ha descendido para sacarlos de allí y llevarlos a la tierra que les había prometido. La proclamación de ese mensaje de liberación desde una zarza que arde en llama y no se consume es exactamente una visión de lo que debe hacer la iglesia para descender y poner en libertad a tantos hombres que de igual manera están esclavizados. Dios se compromete con la iglesia, como lo hizo con Moisés, en descender a librarnos de la mano de Satanás para llevarnos a la Canaán espiritual.
CONCLUSIÓN: ¿Por qué Dios escogió la zarza para revelarse? La zarza es la menos significantes entre los árboles frutales. Su estructura no sirve para madera. En eso hay sencillez, humildad. Es un lugar sagrado donde Dios puede hacer de todo. En Jueces 9 encontramos una parábola donde se le planteó al olivo, la higuera y la vid que reinaran sobre ellos, pero ante la negativa de estos, porque ninguno quiso dar lo que producía, cuando le preguntaron a la zarza ésta aceptó sin mayores problemas. Dios se vale siempre de lo más sencillo en su iglesia para ser usado. Por otro lado, y esto es la esencia de esta enseñanza, es que Dios escoja la zarza, lo más rápido que se quema, para revelar un fuego que no se apaga. Hermanos el fuego siempre será de Dios. La zarza tipifica a la iglesia. El Señor anda en medio de ella, por lo tanto debe ser un lugar de santidad, ella debe mantener su fuego permanente y anunciar su mensaje de liberación a un mundo esclavizado. Al igual que Moisés, Dios llama a sus hijos para usarlos poderosamente.
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