EL EVANGELIO EN MARCHA
Mi Comandante Nazareno
Por: Francisco Aular (faular@hotmail.com)
Ustedes vayan y hagan más discípulos míos en todos los países de la tierra. Bautícenlos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Enséñenles a obedecer todo lo que yo les he enseñado. Yo estaré siempre con ustedes hasta el fin del mundo. Mateo 28:19-20 (LBLA)
¡Mi Comandante Nazareno, pido permiso para hablar con Usted!
¡Amado JESÚS!, mi Comandante Nazareno, hoy me presento delante de usted, como hace 53 años, en aquella tarde de un jueves santo en que lo conocí. Yo era entonces un jovencito de 17 años atraído por la vanidad de la vida, pero a través de su santa Palabra usted me dijo: “Yo soy el camino, y la verdad y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí” (Juan 14:6). Le obedecí, y aquella inolvidable tarde usted me aceptó como su hijo (Juan 1:12). Recuerdo que usted me dijo: “Si ustedes les dicen a otros que son mis seguidores, yo le diré a mi Padre que está en el cielo, que sí lo son. Pero si ustedes dicen a la gente que no son mis seguidores, yo también le diré a mi Padre que no lo son” (Mateo 10:32-33 LBLA).
Pues bien, ¿sabe mi Comandante que desde ese día usted me hizo parte de su ejército, y me enlisté con el grado de soldado raso? Allí sigo. Mi dedicación a usted y la proclamación de sus verdades es total. ¡No me avergüenzo de ser un apasionado por usted y su glorioso evangelio desde aquella tarde! Mi único propósito en la vida es vivir para la gloria suya y de nadie más. Usted entonces, me comisionó para que en su Nombre fuese por varios países de la tierra. Le obedecí.
Usted mi Comandante, ha viajado conmigo; su influencia la he hecho sentir en muchas partes, he puesto mi granito de arena en la extensión de su reino; hoy más de una tercera parte de la población mundial profesa seguirlo; hoy más de cien mil personas llegan ante usted diariamente confesándolo como Señor y salvador, ¡eso es grande!; hoy sus palabras traen consuelo a millones de hombres, mujeres y niños en todo el mundo; hoy sus milagros y sus hechos corren de boca en boca y de corazón a corazón; hoy sus enseñanzas y su ejemplo de amor y perdón son las armas pacíficas que sus soldados levantamos en su Nombre.
Todavía recuerdo cuando en 1961 los Beatles dijeron que ellos eran más famosos que usted, sin embargo, la juventud de hoy va en pos de otros artistas y ya los olvidaron, pero usted sigue cautivando las vidas y corazones de millones de jóvenes; los poetas, compositores y cantantes, se inspiran en usted y salen a la conquista de las multitudes en su Nombre; hoy los enfermos y los desechados por la medicina acuden a usted en oración, y usted en su soberanía, los sana. ¡Bendito sea usted por los siglos de los siglos!
Por otra parte, mi amado JESÚS, mi Comandante Nazareno, vengo a decirle que ya no soy un muchacho de 17 años, yo he cambiado de aspecto, pero usted, hoy como ayer, sigue siendo el mismo. Le pido un favor, aquí le traigo el arado que usted me dio aquel día, está oxidado por mi sudor y mis lágrimas, vengo a pedirle que me lo renueve; porque sigo como soldado suyo en su ejército mundial; mientras usted no venga por los suyos para llevarlos al cielo o me prolongue la vida, me quedan muchos países por recorrer, millones por evangelizar, muchas personas por bautizar y muchísimos otros para enseñarlos a obedecer a usted como nuestro Comandante Nazareno; sí, lo sé, usted lo dijo y me lo ha demostrado en estas cinco décadas en su ejército: ¡Usted va conmigo, no voy solo! ¡Usted es real y estoy convencido de que es la única esperanza para este mundo convulsionado!
¡Mi Comandante, pido permiso para retirarme, voy al cumplimento de Su Gran Comisión en este día! ¡Bendito sea usted mi amado Comandante JESÚS Nazareno!
Oración: Amantísimo Padre Celestial: Gracias por enviar a tu Hijo para rescatarnos, comprarnos un lugar en el cielo; como nuestro pariente redentor y además, ser quien intercede por nosotros delante de ti. Dame fuerzas para seguir siendo un soldado de su ejército mundial. En el nombre de JESÚS, amén.
PERLA DE HOY: Servirle a JESÚS no es opcional, o Él es nuestro único y suficiente Comandante y Señor, o seguimos a otro.