Algo anda mal

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EL EVANGELIO EN MARCHA

Algo anda mal

Por: Enrique Monterroza (enriquemonterroza.com)

 

“Examina la senda de tus pies, Y todos tus caminos sean rectos” Proverbios 4:26 (Reina-Valera 1960)

 

pag-19a  El comienzo de la vida cristiana es una experiencia única, todos cuando iniciamos este peregrinaje hacia la vida eterna sentimos que es la mejor decisión que hemos tomado en nuestra vida y más allá de eso sentimos un gozo indescriptible y una animo de querer hacer miles de cosas. Cada predicación que escuchamos llena de una manera extraordinaria nuestro ser, cada alabanza que entonamos nos hace sentirnos más cerca de Dios y todo lo que aprendemos diariamente hace que queramos aprender más y más cada día.

¡Qué hermoso fuera que toda la vida fuera así!, aunque tendríamos que tratar que así fuera, pero no podemos negar que hay momentos en nuestro caminar que las predicaciones ya no nos saben tan interesantes como antes, en donde el hecho de leer la Palabra de Dios nos es motivo de aburrimiento o de sueño, en donde el orar se convierte en una festividad que se lleva a cabo solo una vez al año o solo cuando se es necesario, en donde el servir a Dios ya no es tan emocionante como antes.

En esos momentos en donde tenemos que hacer un alto en nuestro ritmo de vida y preguntarnos: ¿Qué está pasando? Porque sin duda algo anda mal. Uno no deja de sentir gozo en lo que hace así por así, tuvo que existir algo que me llevara a actuar de esa manera. No podemos decir que hoy estoy con los ánimos por las nubes y ya mañana mis ánimos andan por el suelo, todo tiene un motivo.

Las preguntas serían: ¿Estás orando lo suficiente?, ¿Estás leyendo la Biblia como se debe?, ¿Estás gozándote en lo que haces?, ¿Estás perdonando como se debe perdonar?, ¿Tu corazón sigue íntegro como al inicio o está manipulado por las circunstancias de la vida?

Amados, cuando ya no le sientas gusto a la vida cristiana tienes que saber que ALGO ANDA MAL, y ese algo puede ser motivo de dejar de recibir muchas de las bendiciones que Dios tiene preparado para tu vida.

El día que personalmente ya no sienta el gozo de hacer las cosas para el Señor, ese día me tengo que preocupar, porque seguramente algo anda mal en mi vida.

No nos podemos engañar y pensar que las cosas están bien, cuando ya no tienes ganas de orar, de leer la Palabra, de servir o de congregarte, eso no es normal.

Examina tu vida, examina tu ritmo de vida, mira si las cosas que estás haciendo están causando gozo en tu vida, si lo que estás haciendo esta llenándote espiritualmente y si estás sintiendo un crecimiento espiritual, si no es así, es hora de ir delante del Señor, rendirnos humilladamente delante de su presencia y clamar para que el gozo de su salvación venga a nuestra vida.

A parte de esto tenemos que comenzar a tomar el ritmo que deberíamos llevar, ¿Cómo?, simple, tomar nuevamente tu Biblia y comenzar a cultivar un hábito de lectura, pero de esas lecturas que más que leer y leer, puedas meditarlas. Soy del pensamiento que es mejor que leas cinco versículos y que te pases unos buenos minutos meditándolos a que leas cinco libros y no meditaste ni siquiera en la mitad de uno.

También es hora de comenzar a edificar un ritmo de oración, ¿Cómo?, orando, “Es que se me acaban las palabras”, orar es hablar con Dios, como hablas con tu mejor amigo. Habla con El, sin obstáculos, El te conoce mejor que tú mismo, El te comprende más de lo que tú mismo te comprendes, El estará feliz de hablar contigo.

No dejes de congregarte ni de servir, por más que quieras colgar los guantes del servicio, no lo hagas, el servir te ayudará a mantenerte activamente haciendo lo que a Dios le agrada. No dejes de congregarte por nada, visita regularmente tu congregación, no permitas a tu vida llegue la mala costumbre de no congregarte, porque te evitarás del crecimiento espiritual que Dios quiere darte.

Amados hermanos, yo sé que estos son pasos sencillos y que todos los sabemos, pero más allá del saber, tenemos que poner en práctica dichos pasos. No es posible que mientras la voluntad de Dios sea que gocemos de la vida cristiana, nosotros estemos desperdiciando nuestro tiempo en vanidades que no aprovechan en nada, busquemos al Señor, mayormente cuando algo anda mal en nuestra vida.

Examinemos nuestro corazón, examinemos nuestro ritmo de vida, veamos qué cosas son las que nos están provocando este estancamiento y luchemos en contra de ello, para no ser del montón, sino que ser hijos e hijas del Señor que anhelan hacer su voluntad.

  Si sientes que algo anda mal, frena y examina que es, pues más vale solucionarlo y no que esto provoque un mal episodio en tu vida.