Paz en medio de la angustia

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EL EVANGELIO EN MARCHA

PERLAS DEL ALMA

LECTURA DEVOCIONAL: SALMO 4

Paz en medio de la angustia

Por: Francisco Aular (faular@hotmail.com)

Respóndeme cuando clamo a ti, oh Dios, tú que me declaras inocente. Libérame de mis problemas; ten misericordia de mí y escucha mi oración. (…) En paz me acostaré y dormiré,  porque sólo tú, oh SEÑOR, me mantendrás a salvo. SALMO 4:1,8 (NTV)

 

Millones de personas no pudieron dormir anoche, posiblemente, tuvieron que a acudir a las pastillas y a otros remedios caseros para poder dormir. Sin embargo, en la Palabra de Dios podemos encontrar paz en medio de la angustia. ¿Cómo puede Dios venir en nuestro auxilio? El rey David, nos da al menos tres razones: Primero, tenemos paz con Dios por medio de su perdón “tú que me declaras inocente” Ah que grande es cuando podemos venir a Dios con toda la culpa que nos causa nuestros pecados, se los confesamos y Dios “nos declara inocentes”. El perdón de Dios es total y completo porque Él no hace nada a medias “¡Tú guardarás en perfecta paz a todos los que confían en ti; a todos los que concentran en ti sus pensamientos!” (Isaías 26:3 NTV) y como esto fuera poco, me deja sin aliento y lleno de gozo cuando Su Palabra, reitera una y otra vez, esta verdad de la paz de Dios y su perdón: “¿Dónde hay otro Dios como tú, que perdona la culpa del remanente y pasa por alto los pecados de su preciado pueblo? No seguirás enojado con tu pueblo para siempre, porque tú te deleitas en mostrar tu amor inagotable. Volverás a tener compasión de nosotros. ¡Aplastarás nuestros pecados bajo tus pies y los arrojarás a las profundidades del océano!” (Miqueas 7:18,19 NTV)

Segundo, podemos tener paz con Dios al dejar en Sus manos nuestros problemas: “Líbrame de mis problemas”. Me consuela mucho saber que Dios tiene un propósito detrás de cada problema que se me presenta. Es más Dios usa los problemas que me ocurren para ayudarme con mi carácter. En este Salmo el salmista, le dedica cinco versículos a los problemas que él enfrentaba. Eso se debe a que enfrentamos las circunstancias y los problemas en un alto porcentaje de nuestro breve paso por este mundo. Es decir, vivir nos enfrenta a una serie de conflictos y problemas unos tras otros. Esto nos lleva a una conclusión, o dejamos que las circunstancias nos dominen y nos hagan sus esclavos; o nosotros, en el nombre de Dios, nos situamos por encima, y las mantenemos bajo control: “No pequen al dejar que el enojo los controle; reflexionen durante la noche y quédense en silencio.” (Salmo 4:4) Algunos viven preocupados por el futuro, el salmista nos dice: “Muchos dicen: ¿Quien nos mostrará tiempos mejores?” De allí que los cultos y prácticas ocultistas, bajo el dominio de Satanás y sus demonios los esclavicen; muchos no salen de sus hogares –después de una noche de insomnio- sin leer el horóscopo, sin ponerse un amuleto encima, sin hacerse la señal de la cruz. Sin embargo, el verdadero hijo de Dios, sabe que su protección, resguardo, seguridad y futuro, está en las manos de Dios: “Haz que tu rostro nos sonría, oh SEÑOR. Me has dado más alegría que los que tienen cosechas abundantes de grano y de vino nuevo.” (Salmo 4: 6b, 7) En realidad pase lo que pase, Dios tiene y tendrá el control.

 

Tercero, podemos tener paz con Dios, al poner bajo Su control todo lo que nos aqueja por medio de la oración: “Respóndeme cuando clamo a ti oh Dios”. En realidad, orar es hablar con Dios. Así que me puedo orar: “En paz me acostaré y dormiré, porque sólo tú, oh SEÑOR, me mantendrás a salvo.” (Salmo 4:8) Ore al Padre antes de dormir, confiésele sus pecados, póngase de acuerdo con Él, cualquier cosa que le perturba, y tenga pensamientos de paz al colocarse sobre la almohada: “No se preocupen por nada; en cambio, oren por todo. Díganle a Dios lo que necesitan y denle gracias por todo lo que él ha hecho. Así experimentarán la paz de Dios, que supera todo lo que podemos entender. La paz de Dios cuidará su corazón y su mente mientras vivan en Cristo Jesús.” (Filipenses 4:6,7 NTV)

Perla de hoy: Dentro de cien años, el problema que hoy me aqueja y no me deja dormir, no me quitará mi sueño.