Bondad: el carácter del amor

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EL EVANGELIO EN MARCHA

Bondad: el carácter del amor

Por: Francisco Aular (faular@hotmail.com)

Pues su Espíritu nos hace actuar con bondad, justicia y verdad. Efesios 5:9

 

  El apóstol Pablo nos dice “pues su Espíritu nos hace actuar”, de este modo, la bondad es la inclinación que el Espíritu Santo pone en el corazón del cristiano, nacido de nuevo, para hacer el bien. Bondad es la virtud que hace a una persona ser buena, simpática y genuinamente recta en su diario vivir. Esto se refleja en su forma de ser, es decir, en su carácter. Como consecuencia, el ser humano revela la bondad en todas las esferas de su vida, porque como lo sabemos el carácter abarca todo: los sentimientos, las creencias, las opiniones, sus esfuerzos, las esperanzas, y da a todos los aspectos de la vida en esta tierra, su toque especial.

El compositor alemán Beethoven (1770-1827) dijo: “No conozco otro signo de excelsitud que la bondad”. Igualmente, Sir Francis Bacón, señaló: “De todas las virtudes y dignidades de la mente, la bondad es la más grande, ya que es el carácter de la Deidad; y sin ésta el hombre es una cosa atareada, maliciosa y miserable”. De esta manera, el rostro de un bondadoso brilla y hace brillar a quienes lo acompañan. El líder bondadoso saca lo mejor del ser humano que dirige. El mundo sale ganando cuando un ser humano es bondadoso. La bondad es la cadena de amor que ata y une a la humanidad. Si algo está faltando en este mundo es la bondad. Pido al Señor que no dejemos que la bondad nos abandone en esta hora aciaga que vive nuestra generación, porque el ser humano tiene una naturaleza malvada. Es tan fácil ser malo y difícil ser bondadoso, pero el final la bondad triunfará sobre el mal si no desmayamos: “Así que no nos cansemos de hacer el bien porque, si seguimos haciéndolo, Dios nos premiará a su debido tiempo” (Gálatas 6:9 LBLA)

Claramente la bondad es una de las nueve cualidades del amor “ágape” que el fruto del Espíritu produce en el creyente. Es más, la bondad esta latente en el cristiano. Lo que tiene que hacer es ser dócil al Espíritu Santo y desarrollarla: “Por mi parte, hermanos míos, estoy seguro de que ustedes mismos rebosan de bondad, abundan en conocimiento y están capacitados para instruirse unos a otros” (Romanos 15:14 NVI). Ser bondadoso es ser semejantes a Dios, y pensando en esto, debemos saber que no podemos ser semejantes a Dios por nuestros propios esfuerzos y méritos. Como lo hemos dicho, nuestra vieja naturaleza, que vive en nosotros, tiene un gran potencial de maldad que solo puede ser neutralizado al nacer de nuevo. Aún así, todavía no somos victoriosos completamente en esta vida a menos que aprendamos a morir al pecado y a vivir para Dios en el poder de la resurrección que nos produce el Espíritu Santo.

Entonces podremos decir como el apóstol Pablo: “En realidad, también yo he muerto en la cruz, junto con Jesucristo. Y ya no soy yo el que vive, sino que es Jesucristo el que vive en mí. Y ahora vivo gracias a mi confianza en el Hijo de Dios, porque él me amó y quiso morir para salvarme” (Gálatas 2:20 La Biblia en lenguaje actual). Como consecuencia de haber muerto con Cristo en la cruz, y porque JESÚS vive por el poder de Su Espíritu Santo en mí, puedo mostrar en mi personalidad: la bondad, que es el carácter del amor.
ORACIÓN: Padre eterno: Por tu gracia, tu amor y tu bondad viven en mí. Ayúdame a mostrar estas cualidades para ser bendición y ser bendecido en mi breve transitar en esta vida. En el nombre de JESÚS. Amén.

PERLA DE HOY: En un mundo indiferente, nosotros los hijos de Dios, somos la diferencia por medio del fruto del Espíritu Santo, la bondad.