Más que vencedores

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EL EVANGELIO EN MARCHA

Más que vencedores

(ROMANOS 8:28-39)

Por: Rev. Julio Ruiz, Pastor

 

INTRODUCCION: Se dice que hay una cárcel en África donde se permite tener un solo libro. Un creyente dijo: “Si yo tuviera que ir preso allí y me pidieran escoger un libro, ese sería la Biblia. Y mi pidieran escoger uno de los 66 libros, yo escogería el libro de Romanos. Y si de ese libro me dieran a escoger un capítulo, ese sería el  8. Y si de todos esos versículos me dieran a escoger uno, yo escogería el v. 37”. Lo primero que nos sorprende de la frase de Pablo es que no dice: “somos vencedores”,  pues ya eso sería una gran promesa. El texto dice que el creyente es “más que vencedor”. Pero siga leyendo la frase. Note que Pablo no dijo “hay algunas cosas donde somos más que vencedores”. Él no dijo eso. La frase completa dice: “En todas estas cosas somos más que vencedores”. ¿De cuáles cosas? Vea versículo 35, todas ellas poderosas, pero ni siquiera estas pueden derrotarnos. En el griego hay una sola palabra para el mensaje de hoy: “hupernikao”. Cuando dividimos la palabra tenemos este resultado: huper “sobre y por encima de”, y nikao “conquistar”.  El sentido de esta palabra es de  uno que es victorioso en grado sumo, que gana una victoria más que ordinaria, porque está en condiciones de triunfar de forma absoluta. Que no puede ser derrotado, aunque en algunos momentos se caiga o se sienta debilitado. ¿Cuáles son las implicaciones de esta palabra? No significa que en todo lo haga nunca será vencido. El creyente sabe que puede ser sometido a la más dura tentación, pero él está señalado para ser un vencedor. Él sabe que no escapará a las tribulaciones y pruebas que la vida le presenta, pero está persuadido que de todas ellas saldrá vencedor. El creyente tendrá momentos de tristeza, soledad, temor, inseguridad, pero él es el único que sabe que todo eso saldrá vencedor. Su lema será como el de Pablo (2 Cor. 4:8, 9). El creyente nació para ser un vencedor aunque varias veces se caiga. Él está marcado para vencer. Veamos por qué.

 

  1. ANTES EN TODAS ESTAS COSAS

 

  1. ¿Cuáles cosas? Los versículos 35 y 38 nos hablan de esa serie de cosas. Algunas de esas tienen que ver con las angustias y los peligros. Son un total de 17 “cosas” mencionadas por Pablo y  ellas son potencialmente graves,  cuyo propósito central es separarnos de Dios. Vea que el creyente no está exento de ninguna de ellas, entre las que se cuentan las acechanzas de poderes demoniacos muy graves y fuertes. Tampoco está exento de los  peligros  de muerte. Si este año que ha comenzado fuéramos sometidos a algunas de estas 17 “cosas’, no debiéramos ser  sorprendidos.

 

  1. Como está escrito v. 36. En las profecías de las pruebas, Pablo hace referencia al Salmo 44:22 que tiene esta sentencia: “Pero por causa de ti nos matan cada día;
    Somos contados como ovejas para el matadero”
    . La verdad es que nosotros no hemos sufrido hasta la muerte por causa de Cristo, pero esta verdad se cumplió en el pasado y se cumple en nuestros días a través de distintas formas de persecución. El asunto es que Dios nunca nos promete que si somos cristianos no seremos insultados o maltratados; al contrario, fue el mismo Cristo que nos dijo: “En el mundo tendréis aflicción…”. A todos los creyentes se nos hablan de pruebas, necesidades, angustias, tribulaciones. Nosotros no creemos en las tonterías del horóscopo que “profetiza” siempre cosas buenas para cada uno de los que ha nacido en determinado mes.

 

  1. SOMOS MÁS QUE VENCEDORES

 

Esta promesa no es para todos. Note que esta es una promesa limitada.  ¿Quiénes son los que pueden decir somos más que vencedores? ¿Los súper cristianos? ¿Los hermanos que tienen muchos dones? ¿Los hermanos de tiempo completo, como los  predicadores, los misioneros? ¡No! Somos todos. Por cierto, todos los hermanos somos de tiempo completo. Usted no es mitad cristiano y mitad el mundo. Así que todos los cristianos podemos ser más que vencedores en este en todas las cosas que enfrentamos. Pero, ¿quiénes pueden decir que somos más que vencedores?

 

  1. Aquellos que aman a Dios v. 28. Son aquellos que han sido llamados por él Aquellos que han sido conocidos previamente por él. Todos aquellos que Dios amó con un amor eterno. Es un hecho que aunque Dios creó a todos los hombres, no todos los hombres aman a Dios,  ni son amados por él. Los que aman a Dios son los que han alcanzado la gracia y la bendición del cielo. Son aquellos que han tenido una experiencia de conversión y en consecuencia toda su voluntad, dones, talentos y las demás cosas de su vida, la consagran a Dios porque le aman. Son los que aman a Dios porque él “les amó primero”. Estos son los destinados a ser vencedores.

 

  1. Los que han sido predestinado v. 29. Note que estos que han sido predestinados es para que sean parecidos a Cristo en lo que respecta a su fidelidad, obediencia, consagración y entrega a Dios. Ellos mismos han sido justificados y a su vez glorificados. Como usted puede ver ningún incrédulo puede estar en esta categoría si uno que ama a Dios. Es una persona llamada, justifica y glorifica por Dios. Solo una persona cristiana podrá decir esto. Solo él sabe que ha sido escogido de ante mano.

 

  1. Los que pertenecemos a un grupo. Vea que el apóstol no dice soy más que vencedor. El pudo decir eso, pero no lo dijo. Incluye a un grupo. Es cierto, Dios nos salva como individuos, pero ahora habla de la iglesia. Somos salvados para ser parte de un grupo de hermanos, de un grupo que somos más que vencedores. Si usted vive aislado, si no se congrega, si no se involucra, usted no puede ver victorias. Nos necesitamos todos. Por eso, todos somos vencedores, pero juntos como hermanos. La Biblia nos da estas promesas: “Mas a Dios gracias, el cual hace que siempre triunfemos en Cristo, y manifiesta la fragancia de su conocimiento por nosotros en todo lugar” (2 Cor. 2:14). Pertenecemos a la familia de los vencedores no de los perdedores.

 

III. ¿POR QUÉ SOMOS  MÁS QUE VENCEDORES?

 

  1. Porque a los que aman a Dios todos las cosas ayudan a bien v. 28. Cualquier problema que tengamos como cristiano, Dios lo guiará para bien. Para el bien de la persona misma, la familia y la iglesia. Observe como en la historia de José él llega a la conclusión que todo ayudó para bien (Gn. 50:22). Él fue un “tipo” de Cristo y las pruebas por las que pasó lo confirmaron. Todas las cosas que te sucedan, Dios lo tornará para bien. Esa es una ley universal cristiana.

 

  1. Porque Dios cumple su propósito desde el principio hasta el final v. 29. Vea toda la forma cómo Dios ha obrado antes que naciéramos, cuando nacimos y después de la muerte. Dios cumplirá su propósito en mí no por mi fidelidad, sino por la fidelidad de Dios. Pase lo que pase, Dios cumplirá su propósito en mí. Esta es la verdad del Salmo 138:8. Si no lo sabía, entérese: Dios tiene ya determinado su propósito en su vida antes que naciera y después que muriera.

 

  1. Porque si Dios es con nosotros, ¿quién contra nosotros? V. 31. Él Dios soberano, todopoderoso es por nosotros. El que creo los cielos de los cielos, lo visible y lo invisible. Entonces si este Dios es con nosotros, ¿quién contra nosotros? ¿El jefe, el profesor, el diablo, las enfermedades, la muerte…? Nadie puede contra Dios. Por esa razón somos vencedores.

 

  1. Porque Dios nos dará todas las cosas gratuitamente v. 32. Claro que seremos más que vencedores. Por cuanto Dios ha hecho para nuestro bien lo más grande que es concebible, el entregarnos a su propio Hijo, ¿no proporcionará acaso ese mismo Dios todas las otras bendiciones que necesitamos? Amados, si Dios nos dio a su Hijo, ¿hay algo que no puede darnos? Esta promesa nos garantiza que podemos ser “más que vencedores…”.

 

  1. Porque no seremos acusados v.33. Esta pregunta tiene como respuesta un enfático  “nadie”.  Nadie puede acusar a los hijos de Dios. Si partimos del hecho que cualquier  acusación que se haga a un creyente es en la corte celestial, el único lugar  permitido, tal acusación no prosperará porque el Juez Divino ya nos ha justificado. Quiere decir que nadie puede hacer perdurar una acusación contra los elegidos de Dios en la corte del cielo. El que se ha atrevido a hacer eso, Satanás, ya fue sentenciado (Apc. 20:10).

 

  1. Porque Cristo intercede por nosotros v. 34. Cuando el diablo nos ataca, Cristo intercede por nosotros. Cuan el pecado nos asedia, Cristo intercede por nosotros. Cuando el mundo nos invade, Cristo intercede por nosotros. No se sorprenda que eso suceda. El apóstol Pedro fue seriamente atacado por Satanás. Pero observe que Cristo intercedió por él, y aunque cayó en la negación, Dios lo restauró. Algunas veces el cristiano cae, y cae muy mal, pero el Señor intercede por nosotros. Por cierto que no es la “santa muerte”, la virgen de Guadalupe, la virgen del Socorro, la virgen de Coromoto o el patrono de cualquier oficio al que se haga en la tierra. No, el único que puede interceder delante de Dios por nosotros se llama Jesucristo.

 

CONCLUSION. En los versículos 38 y 39 tenemos diez potenciales cosas que nos podrán separar del amor de Cristo. Cada una ellas es más poderosa que nuestra frágil vida. Pero mire la promesa cierta de estas Escrituras. “Antes en todas estas cosas somos más que vencedores”. ¿Qué es lo que le puede estar derrotando en este momento? ¿El decreto de Trump? ¿La falta de recursos para cumplir sus compromisos?  Usted tiene que convencerse que nació para ser un vencedor. Tome en cuenta la forma cómo  fue elegido por Dios. Pero a su vez considere que sobre las 17 cosas posibles que pudieran derrotarlo  o destruirle, ninguna de ellas podrá “separarle del amor de Dios que es Cristo Jesús Señor nuestro”. 

 

Si usted quiere comunicarse con el pastor Julio, llámelo al (571) 251- 6590 o escríbale a pastorjulioruiz55@gmail.com