EL EVANGELIO EN MARCHA
Matrimonio
(PARTE VI)
Por: Pastor Kléber Jiménez
En nuestro mensaje anterior, estuvimos aprendiendo los tres primeros propósitos por los cuales Dios instituyó el matrimonio; los cuales son: La sociabilidad del hombre; la seguridad y la intimidad. Tales propósitos sirven para poder satisfacer algunos anhelos profundos que Dios ha puesto en todo ser humano, como es la necesidad del amor, la seguridad y la trascendencia entre otros.
Ahora, continuaremos estudiando y aprendiendo los otros tres propósitos importantes para el matrimonio
LA PATERNIDAD O PROCREACIÓN HUMANA
a)Dios ha puesto en forma general que los hombres anhelen ser padres; desean que sus apellidos permanezcan, desean dejar un legado en ellos, desean terminar sus días, rodeados de hijos, nietos y aun bisnietos. De la misma manera, Dios ha puesto en forma general en las mujeres ese anhelo ser madres; tal vez en la mujer, ese deseo es mucho más fuerte que en el hombre, tanto así, que en el Antiguo Testamento, cuando una esposa tenía muchos hijos, se consideraba una mujer muy bendecida por Dios; y por el contrario, si una mujer, tenía pocos hijos, no se consideraba muy bendecida por dios; y si no tenía hijos, se la consideraba una mujer maldita por Dios y era objeto de desprecio y burla; por ejemplo, el caso de Ana: 1 Samuel 1:6. Los hombres y mujeres desean tener sus hijos y criarlos desde su infancia hasta que sean adultos. Desean formar en ellos sus valores y derramar en ellos su amor; llenando así el anhelo profundo de amar y ser amados.
- b) Aunque el ser padres, es un enorme privilegio, pero también conlleva mucha responsabilidad, trae satisfacción y un sentido de cumplimiento en sus vidas. Sobre todo, ser un buen padre eleva nuestro auto estima, al saber que hemos cumplido con uno de los propósitos del matrimonio y de la familia.
- c) El Matrimonio es el medio para que la raza humana se propaga. Entendiendo que estamos hablando del matrimonio bíblico, el que fue implantado por Dios; es decir: La unión de un hombre con una mujer, la cual es la ÚNICA forma en que la raza humana se puede procrear; no hay otra forma de unión en la que el ser humano se propague.
LA CRIANZA DE LOS HIJOS EN UN AMBIENTE DE AMOR Y ACEPTACIÓN
- a) Dios creó el matrimonio, para que dentro de este, haya el calor de un hogar feliz, haya el ambiente adecuado para criar niños normales, saludables emocional y anímicamente, edificados en el amor de un matrimonio feliz, para que posteriormente aporten en forma positiva a la sociedad.
b)Si tenemos un matrimonio feliz, nuestros hijos tendrán un hogar feliz, si tenemos un hogar feliz, tendremos una familia feliz; si tenemos familias felices edificadas en los principios divinos, vamos a tener una Iglesia feliz; si tenemos una iglesia feliz, vamos a tener una sociedad feliz. Porque como está la familia, así estará la sociedad.
Más adelante profundizaremos sobre la crianza hacia los hijos.
GLORIFICAR A DIOS, ASÍ COMO CRISTO LO GLORIFICÓ, AMANDO A SU IGLESIA
- a) Es de suma importancia que entienda que el matrimonio, NO fue creado por Dios para que seas feliz, para que usted pueda realizarse como pareja, o para que tengan hijos, o para que te satisfagas sexualmente, etcétera. Sino que todos los propósitos anteriormente descritos acerca del matrimonio son PARA REFLEJAR LA GLORIA DE DIOS AQUÍ EN LA TIERRA Y MOSTRAR AL MUNDO LA RELACIÓN DE CRISTO CON SU IGLESIA. Y como consecuencia de tener presente esa prioridad en nuestras vidas, entonces tendremos felicidad, realización, satisfacción, una buena autoestima y vamos a encontrar el propósito de nuestra existencia: Mateo 6:33.
b)Para poder lograr este divino objetivo, Pablo nos da el mayor ejemplo de Cristo con respecto a su esposa: La Iglesia. Efesios 5:21-33. El principal propósito por la que nuestro Señor vino a este mundo, fue que vino a glorificar al Padre: Juan 12:28; 13:31-32; 17:1, 4; lo vemos desde su infancia hasta su sacrificio vicario en la cruz del Calvario. Y lo hizo, como Pablo menciona, para tener a sí mismo, una novia (esposa) gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha; y de esta manera, Cristo Jesús, glorificó al Padre; nosotros como seguidores de Cristo, debemos imitar su ejemplo, glorificando a Dios Padre, amando a nuestras esposas.
Continúa, Dios los bendiga abundantemente.
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